Deberes y deberes
Parece que ahora, según algún sector educativo, el poder tener tiempo libre depende de que el profesorado "mande tarea" o no para los fines de semana al alumnado.
Se habla de que "no se puede estar con los hijos o que los deberes los terminan haciendo los padres", pero creo que no se trata de hacer los deberes sino de aprender a dosificar la responsabilidad, de organizar el tiempo, de aprovechar cada segundo, se trata de estar al día en el trabajo diario, de rendir positivamente o de tomarse el tiempo necesario para coger el ritmo adecuado, se trata de ser "una esponja", de "pensar con las manos", de hacer, de pensar, de vivir.
El aprendizaje lúdico no está reñido con la dedicación a los hijos y no es solamente la realización de tareas escolares.
Los hogares y las familias tienen que contribuir a la formación integral de cada persona que compone ese núcleo.
La implementación en el aula de nuevos métodos no debe tratar de actuar en el lugar del alumnado o dejar de lado sus funciones. Dicen que en las escuelas danesas no obligan a memorizar sino a dudar. Cuestionar las enseñanzas no es discutir quién lleva razón o cuánto hay que saber de cada cosa sino que es una cuestión de actitud que no suplante ni desprecie, que no desestime ni eluda de antemano sino que despierte la curiosidad, la capacidad de observación y toma de decisiones, de construir un futuro de seres en actividad que de manera positiva contribuyan a que la pasividad reinante desaparezca.
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