Descubren el significado de las esculturas del patio del Palacio de Camporreal en Jerez
Patrimonio
Los investigadores jerezanos Manuel Romero Bejarano y Bruno Escobar Fernández publican un artículo con el hallazgo del programa iconográfico de este edificio del XVI
El patrimonio de Jerez nunca deja de sorprender con nuevas historias y descubrimientos. Los historiadores Manuel Romero Bejarano y Bruno Escobar Fernández acaban de publicar en la revista Imago el artículo 'El programa iconográfico del Palacio de Camporreal en Jerez de la Frontera. Interpretación y fuentes impresas'.
Un trabajo de investigación en el que los autores, tras trazar un breve retrato del comitente del palacio (ca. 1535-1545), Pedro de Benavente Cabeza de Vaca, abordan el contexto cultural en que se fraguó la obra y señalan por primera vez la fuente iconográfica empleada: el Catalogus Gloriae Mundi de Barthelemy Chasseneuz (1529). A través de este hallazgo se aproximan a los atributos originales –hoy fragmentarios– de la obra, y dan a conocer las claves generales de su significado. Asimismo, el humanista Bernardino de Riberol es propuesto como autor conceptual del conjunto y su Libro contra la ambición de 1556 como un recurso esencial para reconstruir el discurso del programa, al que numerosos autores se han aproximado.
"Este palacio es uno de los edificios más interesantes que hay en el Renacimiento como arquitectura civil, ya que en Jerez hay mucha religiosa y no tanto civil. Es un edificio que se conserva bastante bien. Desde hace unos años venimos estudiando la figura del marqués de Camporreal. Se habían dado algunas interpretaciones iconográficas pero que no habían acabado de reflejar lo que allí había", apunta Bejarano.
El autor del palacio es un mercader que acaba haciéndose noble, algo que genera entonces bastante rechazo en la ciudad por parte de los nobles a la vieja usanza. "Para él -añade-, la arquitectura del Renacimiento y el programa iconográfico es una manera de justificarse a través del arte, algo que se hace desde mucho tiempo atrás. Además, pone un programa iconográfico pagano, cosa que no es nada habitual en la época, a mediados del siglo XVI. Él se retrata con Eneas y Dido, como ya se sabía, pero del resto de las figuras se habían dado interpretaciones, pero como estaban rotas, pues no se conocían".
El artículo se divide en dos partes: la historia del personaje, Pedro de Benavente Cabeza de Vaca, el mercader que se hace rico y acaba consiguiendo la nobleza y título de marqués, un ejemplo de cómo se compra la nobleza en la época. Y, la segunda parte, qué quiere decir el patio, "porque lo que nos queda de él, aparte de la documentación, es eso, qué quiero decir de mi persona. Y como estaban rotas las figuras pues era imposible saber qué eran. Pero, del Archivo de la Catedral surgió un libro con todos los oficios en el que se incluyen grabados. Vimos que eran de Camporreal y que de ahí nacían sus figuras".
Así que, frente a una nobleza que había ganado las batallas en la Guerra de Reconquista, nuestro marqués tiene otro concepto y coloca en su patio otros valores que él considera los propio de la época: el derecho, la dialéctica, la geometría, la gramática, la teología y la lisonja. Es decir, respecto a esto último, "él era consciente de que había mucha gente que le adoraba por su dinero, pero que por la espalda hablaban mal de él. Son unas figuras que están de espalda en el patio. Incluso, una de ellas tiene una partitura, ya que se compara la música con la mentira. De hecho, es una música que se podría interpretar ahora", añaden los historiadores.
Este descubrimiento demuestra que "cada vez se va profundizando más en algo que estaba muy desconocido y que es la cultura del Renacimiento en Jerez. Sí es verdad que desde hace mucho tiempo, mediados del siglo XX, con Hipólito Sancho o Manuel Esteve, por ejemplo, sí se había estudiado la arquitectura renacentista, pero siempre queda una parte muy importante que va unida a la obra de arte, que es decir quién la hace, por qué y qué nos está diciendo. Entonces, este artículo aporta eso precisamente: el mecenazgo, quién encargaba las obras de arte en la época y con qué fin. En este caso es una justificación del marqués, el noble moderno, se podría decir, con muchas posesiones, como las que tenía en la isla de La Palma. Un hombre que tenía relación con Carlos V, a quien le había costeado expediciones militares. Un tipo de personaje más parecido al Renacimiento italiano, con comerciantes que se hacen nobles y utilizan el arte como justificación de su persona, como los Médici".
El programa iconográfico se estructura mediante un total de catorce medallones: diez con figuras femeninas portadoras de atributos, dos personajes mitológicos identificados con una inscripción y otros dos correspondientes a retratos idealizados de Benavente y su esposa.
"El programa iconográfico de Camporreeal -concluyen- se perfila como testigo preclaro de la intelectualidad jerezana del XVI y como referente trascendente para otras edificaciones de la ciudad. La puesta en valor del Catalogus de Chasseneuz y del Libro contra la ambición de Bernardino de Riberol como respectivas fuentes librarias de la obra abre nuevos caminos para la investigación".
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