Diario de Jerez: un cumpleaños que obliga a nuevos retos

Puntos de vista | 40 Aniversario Diario de Jerez

Pacheco, en campaña electoral señalando sus seis victorias en las elecciones celebradas en Jerez.
Pacheco, en campaña electoral señalando sus seis victorias en las elecciones celebradas en Jerez.
Pedro Pacheco - Alcalde de Jerez 1979-2003

08 de abril 2024 - 04:40

SE cumplen 40 años de la publicación de Diario De Jerez, que ha sido testigo de la época en que la ciudad consiguió sus mayores logros gracias a los innegables esfuerzos de los gobiernos que tuve el honor de presidir desde 1979 a 2003. Y también al coraje con el que Jerez defendió un espacio propio en Andalucía, acorde a su trascendencia cultural, económica y política, y a su posición estratégica en el arco atlántico y mediterráneo.

La llegada de Diario De Jerez coincidió con la recién inaugurada democracia municipal, que alumbraría la mayor transformación que ha tenido la ciudad en su historia, no sin antes sortear gravísimos problemas, como aquella durísima reconversión del sector de la vid, la entrada en el Mercado Común Europeo, la caída de Rumasa, etc., problemas que provocaron grandes movilizaciones sindicales y huelgas de los trabajadores en defensa de sus legítimos intereses.

"Diario de Jerez fue testigo de la dificultad de gobernar una ciudad desde unas siglas contrarias a las instituciones provincial, autonómica y nacional"

En aquella difícil coyuntura, de los primeros años ochenta, ni la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial salieron en apoyo de la quinta ciudad andaluza. Ni mucho menos el Gobierno de Felipe González, que no libró fondos económicos compensatorios para el Marco de Jerez, como sí lo hizo, por ejemplo, con la siderurgia de Sagunto. Solo el Ayuntamiento se puso al frente de la situación, asumiendo el liderazgo fueran aquellos problemas de competencia municipal o no, y dando la cara. Y ello desde la máxima que siempre he defendido: que todo lo que acontece en la ciudad debe ser objeto de la agenda municipal. Nada que ver con lo que sucede ahora, con responsables públicos poniéndose de perfil ante los problemas, provocando la estupefacción y el hastío de la ciudadanía.

Nos tocó asumir los grandes retos de la ciudad con las instituciones socialistas dando la espalda a Jerez. Un ejemplo de ello, entre otros, fue el Circuito de Velocidad, y la asunción por el Ayuntamiento del costoso canon para la celebración de los grandes premios. Aquella supuesta “obra faraónica” de Pedro Pacheco devino luego en el juguete más codiciado -y peor gestionado- de los posteriores gobiernos municipales, y en el culmen del glamour como plató de fotos para la galería en una ciudad abandonada por una nueva generación de políticas y políticos más pendientes de la prensa que de sus obligaciones y responsabilidades. Eso sí, ahora ya llegaba dinero autonómico, después de más de 20 años de exclusivo sacrifico de Jerez para mantener un equipamiento que proyecta España en el mundo y tiene enorme impacto económico en toda Andalucía.

Pedro Pacheco, mostrando los planos del Circuito de Jerez junto a dirigentes de la FIA en 1984.
Pedro Pacheco, mostrando los planos del Circuito de Jerez junto a dirigentes de la FIA en 1984.

Diario de Jerez fue testigo de la dificultad de gobernar una ciudad desde unas siglas contrarias a las instituciones provincial, autonómica y nacional. Efectivamente, Jerez era una isla rodeada de capullos -dicho siempre atendiendo al logo del partido gobernante en todas esas instancias-, una circunstancia que nos dejaba solos para sacar adelante las políticas municipales en pos del bienestar de la población. Y no siempre este hecho, de marginar antidemocráticamente a una ciudad, que había optado libremente por un gobierno andalucista, contó con la crítica del medio que en estos días cumple cuatro décadas dando cuenta del acontecer de la ciudad.

Los políticos de la llamada cosecha del 79 exigimos un nuevo escenario para ejercer el nuevo poder local y demandábamos el reconocimiento de la mayoría de edad por parte de las instituciones autonómicas y central. Nada se ha avanzado, y hoy seguimos esperando un nuevo marco competencial y financiero que potencie el papel de los ayuntamientos como impulsores de las políticas que contribuyan al bienestar de una ciudadanía, que tiene que ser protagonista de sus historia.

Es cierto que nuestra obsesión en la gestión de una ciudad, que lo tenía todo por hacer, nos hacía olvidar a veces el papel de los medios como fiscalizador del poder. Pero estos roces nos hicieron madurar a ambas partes: a los políticos, a asumir la crítica y a los medios, a valorar todos los frentes de la noticia en medio de la vorágine de la Transición.

Cuarenta años después de la aparición de Diario de Jerez, el escenario político y mediático ha cambiado radicalmente. La prensa de papel cada vez es más residual y la interlocución entre políticos y medios tiene lugar mayoritariamente en el universo digital de las redes. La confrontación política entre partidos, y entre los distintos gobiernos locales, provinciales, regionales, se ha convertido en un gallinero. La “información- espectáculo” copa muy especialmente el ámbito audiovisual, con una inmensa nómina de tertulianos al servicio de los distintos bandos políticos, salvo honrosas excepciones.

No es fácil ejercer ahora el periodismo en medio de esta polarización que sufrimos, con instituciones más debilitadas y alejadas de la ciudadanía: Congreso, Senado, órganos judiciales, estos últimos con un protagonismo político impropio, y totalmente desprestigiados y bajo sospecha de imparcialidad. Y lo peor es que también la mayoría de medios – ya sea por imperar el color de la línea editorial, o por intereses empresariales- han entrado en ese juego de la polarización. Esa polarización entre bandos, ese toma y daca del “y tú más” en los casos escandalosos de corrupción ocupa hoy la agenda de los medios. Pero se echa de menos una posición más determinante de estos en cuanto a la necesaria crítica y al ejercicio de esa misión fiscalizadora y de perro guardián. Y entre tanto, los grandes temas de la agenda política siguen sin resolver. No hay políticas eficaces que palien los grandes desigualdades existentes: paro, pobreza, falta de vivienda sociales, mejora de la sanidad, de la educación, o respuesta a la pertinaz sequía, etc.

Diario de Jerez es testigo de la marcha atrás de esta ciudad en todos los ámbitos, excepto en el de la propaganda. Tras las pasadas elecciones locales se ha consolidado el inmenso vacío en el horizonte político de Jerez; el vacío como ausencia total de proyecto. Se abusa de los eslóganes y argumentaros insulsos, de política fake a base de falsedades que prenden en la jungla de la redes sociales para mantener y jalear a las respectivas legiones de devotos. Pero, para resolver los muchos problemas que aquejan a la ciudad, se necesita mucho más que palabras vacías y glamurosas.

Jerez se echó a la calle el domingo 14 de diciembre de 1986. Más de 60.000 personas se manifestaron para apoyar a Pacheco por su condena tras su famosa frase “la Justicia es un cachondeo”.
Jerez se echó a la calle el domingo 14 de diciembre de 1986. Más de 60.000 personas se manifestaron para apoyar a Pacheco por su condena tras su famosa frase “la Justicia es un cachondeo”.

Aquellos años de 1979 a 2003 fueron años de vértigo, de hiperactividad en la gestión de la ciudad. Pero no se puede vivir de la nostalgia. Tras la crisis que estalló en 2007- 2008 y el desastre de la Covid, se hace más necesario que nunca el protagonismo de lo público en las cuestiones esenciales que afectan a la ciudadanía: sanidad, educación, vivienda, y el derecho a la ciudad contra la gentrificación y la turistificación. Contra las desigualdades hay que actuar a nivel local, autonómico y central perfectamente coordinados y no jerarquizados.

"Los roces nos hicieron madurar:a los políticos a asumir la crítica y a los medios a valorar todos los frentes de la noticia"

La comunicación se ha democratizado en la era digital y ya la prensa no tiene el monopolio de la producción de noticias. Decía Carlo Pagni, reconocido periodista argentino, que los periodistas de ser controladores del poder se han convertido en sujetos controlados por los usuarios de las redes. Reflexionar sobre todo eso en este aniversario de Diario de Jerez resulta imprescindible. Hoy más que nunca hacen falta medios honestos que filtren la avalancha de información, mayoritariamente interesada, que nos llevan a la desinformación generalizada. Y ese es un extraordinario reto para Diario de Jerez en la presente década. Con ese deseo, felicito a quienes han hecho posible que este medio, que nació en aquellos años en que conquistábamos la democracia municipal, haya cumplido 40 años.

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