Y Dios creó a 'Ingrato'

De alguna manera, la historia de hoy encuentra sus orígenes en Jerez de la Frontera. Y verán por qué. Corría el año 1910 cuando el conde de Puerto Hermoso y Marqués de Arienzo, Fernando de Soto y González de Aguilar Ponce de León (1876), casado con la jerezana María del Carmen Domecq y Núñez de Villavicencio, comenzó a criar caballos angloárabes y anglo hispanoárabes en la finca Romanito, en Jerez.

El matrimonio comenzó criando caballos con yeguas de la familia Domecq y con sangre pública de Yeguada Militar. En los años treinta del siglo XX, la yeguada del matrimonio Soto Domecq comenzó a arrojar importantes ejemplares que se antojaban muy útiles y bellos para otros criadores y aficionados del momento (hay que tener en cuenta que entonces el deporte ecuestre no estaba tan desarrollado como actualmente). En enero de 1940 muere el marqués y los caballos pasan a ser propiedad de sus nueve hijos, que aunque anuncian el nuevo nombre de la yeguada como Soto Domecq, lo cierto es que la ganadería siguió conociéndose como Puerto Hermoso. Más tarde, a mediados de los años cincuenta, el ganado se traslada a una finca situada entre las localidades sevillanas de Écija y Osuna, Villar de Ajenjo, donde continúa en la actualidad. Posteriormente, a mediados de los años setenta, la finca se divide definitivamente entre los hermanos Soto Domecq, que la conservan con el mismo mimo y la misma afición que antaño.

En la actualidad, son los hijos de Juan Pedro Soto Domecq (Jerez 1907), casado con María Soledad Martorell Castillejo (Madrid 1924), Fernando, Juan Pedro y Manuel, quienes se encargan de mantener la reputación y el prestigio de los caballos de Almenara Alta, nombre que tiene hoy la yeguada. Y lo hacen en las novecientas hectáreas de finca sevillana destinada a la agricultura y la cría del ganado equino. En la finca se cultiva el pienso, el heno, la paja y todo lo necesario para que los ejemplares crezcan sanos y fuertes.

CARLOS DÍAZ, SU JINETE

Uno de los ejemplares que ha nacido y se ha alimentado de estos andaluces pastos es 'Ingrato' ('Fusain du Defey' y 'Baturra', por 'Zafarancho'). Este macho entero de ocho años de edad y con clara influencia genética deportiva y de Yeguada Militar es el mejor embajador de Almenara Alta en España y en Europa, aparte de ser uno de los ejemplares más bellos de la actualidad deportiva. 'Ingrato' ha compartido momentos de juego y esparcimiento con otros potros que tienen igualmente influencia francesa y española en sus venas y que los convierten en caballos muy aptos para el deporte o para el campo. Pero ha sido sin ninguna duda el bello 'Ingrato' el que ha superado cualquier expectativa. Se metió en el bolsillo a los exigentes jueces del concurso de belleza Equisur, en Jerez, posteriormente se hizo con el título de campeón de España de Concurso Completo y en unos meses comenzará a prepararse para el Campeonato de Europa de la disciplina.

Su entrenador, el gaditano Carlos Díaz, es jinete de la yeguada Almenara Alta y ayer recordaba para este periódico el día en que conoció al caballo. "Me lo mandaron con cuatro años y cuando lo vi me di cuenta que estaba ante un bellísimo caballo. No sabía cómo sería en el trabajo pero su físico era espectacular. No es extraño que ganara el concurso de Jerez".

Al poco tiempo de comenzar su doma y adiestramiento el caballo empezó a dar lo mejor de sí. Su padre es un caballo angloárabe francés de Concurso Completo y su madre una yegua árabe de Yeguada Militar. Esto condicionó su futuro y por eso su orientación deportiva ha sido la disciplina de los tres días. "Es un caballo que ha nacido para el Concurso Completo. Es muy difícil encontrar un caballo de Completo e 'Ingrato' lo reúne todo. Es un caballo valiente, no se arruga nunca, galopa, es franco, siempre tiene claro lo que hay que hacer y, además, se recupera muy rápido del esfuerzo". Un partido. Ah, por cierto, el caballo está en venta y tiene varios interesados. Casi todos extranjeros.