"Disparó pero se le encasquilló, me pudo atravesar el pecho"
El agente José Maldonado redujo a los atracadores de la joyería. "Cuando supe que la pistola era real la verdad es que el mundo se me vino encima". Ayer ya estaba de servicio de nuevo.
Jerez/José Maldonado tiene 50 años y es policía local de Jerez. El pasado martes vivió uno de los momentos más tensos de su vida cuando tuvo que hacer frente a dos atracadores que intentaban robar en un 'compro oro' de las Puertas del Sol. Iban armados.
Este patrullero de vocación -"lo que me gusta de verdad es la calle"- estaba por casualidades del destino prestando servicio en la grúa municipal. Todo marchaba tranquilo cuando, al borde de las siete de la tarde, y parado en el semáforo que da acceso a La Plazuela, un ciudadano "se acercó y nos dijo (a él y al conductor) que algo raro pasaba en la joyería pues había visto entrar a dos hombres con cascos de motorista puestos".
El agente y el conductor se bajaron de inmediato y el policía, desde la puerta, contempló los primeros compases de un delito muy violento. "El empleado ya sangraba por la cabeza y el agresor estaba tras él pidiéndole que abriera la caja fuerte y el hombre le repetía que era de apertura retardada".
Apenas un instante después algo sorprendió al policía Maldonado. Uno de los atracadores estaba intentando arrastrar con todo cuanto tuviera valor del escaparate. Por el ángulo no pudo verlo. Al percatarse el delincuente de que el atraco se les complicaba decidió cruzar de izquierda a derecha hacia el mostrador apretando varias veces el gatillo de la pistola que portaba. El arma, vieja pues le faltaban hasta las cachas, se encasquilló. El agente, de forma intuitiva respondió a la agresión realizando un tiro que impactó en el suelo sin herir a nadie.
Los atracadores actuaron empuñando un arma de fuego real y otra simulada. Horas más tarde, el agente tuvo la certeza absoluta de que la pistola que se encasquilló fue la que era capaz de disparar proyectiles. "Cuando he tenido la confirmación se me ha venido el mundo encima. La verdad es que es un bajonazo. Si llega a disparar me atraviesa el pecho allí mismo. La reacción que tuve fue inclinarme atrás y disparar".
No acabó ahí la historia de esta intervención policial. Con los dos atracadores tras el mostrador y un cliente en la zona de la trastienda el agente comenzó a solicitar a voz en grito a los asaltantes que depusieran las armas. Visto que el nerviosismo crecía por instantes, el agente Maldonado decidió buscar un blanco en la joyería que sirviera para intimidar a los delincuentes y no supusiera riesgo alguno para la integridad física de nadie. Fue por ello por lo que eligió un espejo que tras quedar roto cumplió una última función: los asaltantes entregaron sus armas.
Lógicamente, antes de entrar en la Joyería Juncal, el funcionario local avisó y requirió la ayuda de cuantos compañeros pudieran asistirle. Ese fue el motivo por el que en torno a las siete de la tarde las sirenas policiales sonaron por toda la ciudad.
"Yo esposé a uno de ellos y un compañero que ya había llegado hizo lo propio con otro". Cabe destacar igualmente que un funcionario fuera de servicio del Cuerpo Nacional de Policía que pasaba por allí también ayudó en la intervención.
"Esta profesión es así. Incluso hay gente que dice que es una vida tranquila, que a fin de cuentas estamos dando vueltas por Jerez y cosas así, pero lo cierto es que cuando llega la hora te juegas el tipo y, muchas veces, esa circunstancia llega cuando menos te lo esperas". El agente José Maldonado es un firme defensor de la utilización del chaleco antibalas, una dotación que deberían tener todos los agentes municipales. "Al menos deberíamos tener el que protege contra armas cortas. Nos han dicho que ya está en marcha".
Igualmente, se congratula de que el ciudadano que les avisó lo hiciera en las Puertas del Sol (una zona alta) porque "hay problemas de conexión en la Zona Sur de la ciudad. Si hubiera sido allí habría tenido que tirar de móvil y perder un tiempo valioso".
Los atracadores son de El Puerto y eran muy buscados
Los dos delincuentes, que fueron detenidos 'in fraganti', eran muy buscados por las fuerzas del orden pues habían protagonizado varios atracos por la Bahía. Ambos utilizaban para sus correrías una motocicleta robada de color blanco, a la que incluso pintaron de negro recientemente para despistar a las fuerzas policiales. Otra medida que habían adoptado era retirarle la matrícula para colocarle otra falsa y así impedir que se les pudiera detectar. Según pudo saber este medio de fuentes policiales, uno de los dos detenidos es especialmente peligroso y cuenta con un amplio historial delictivo. Encañonar e intentar disparar al agente puede llegar a costarle una imputación por intento de homicidio.
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