Don José presenta su casa al mundo

Patrimonio

El Palacio del Virrey Laserna, o Conde de los Andes, abre sus puertas al público. La casa, de unos 3.000 metros cuadrados, exhibe destacadas piezas que datan desde el siglo XIII.

Visitantes entran ayer al Palacio del Virrey Laserna, ubicado en la calle Pozuelo. /Miguel Ángel González
Visitantes entran ayer al Palacio del Virrey Laserna, ubicado en la calle Pozuelo. /Miguel Ángel González
A. Cala

02 de abril 2015 - 01:00

Félix cruzó ayer una puerta del tiempo que le llevó hasta cuando este maestro jubilado tenía 8 años. Un renacuajo que de la mano de su madre conoció la planta baja del Palacio del Virrey Laserna, más conocido como el del Conde de los Andes. Recuerda de entonces, hace ya más de medio siglo, unas estancias llenas de cuadros, sus jardines, cierta tristeza, o quizás quiso decir cierta solemnidad. Y precisamente fue Félix ayer el visitante número 1 de este palacio de la calle Pozuelo 8, que abre sus puertas al público de la mano de Asís Moreno Landahl, marqués de Mortara y propietario del edificio junto a sus hermanos Rocío y Álvaro. Un lugar, cuyo primer poseedor aparece en los Libros de Repartimiento de la época de Alfonso X 'El Sabio', allá por 1264, llamado Basco Martínez de Truxillo, abuelo del primer regidor de la ciudad, de los trece que hubo. La casa debe su nombre a José de la Serna y Martínez de Hinojosa, nombrado Conde de los Andes. Pero haciendo un poco de historia, el palacio permaneció en esa primera familia durante siglos, hasta que una Trujillo se casa con un Martínez de Hinojosa, y la hija de este matrimonio, Nicolasa Martínez de Hinojosa, casa con Álvaro de Laserna, padre del conde. Al virrey le sucede en el título y en la propiedad de la casa su sobrina Nicolasa, que es quien casa con Fernando Moreno, retatarabuelo de Asís. La casa entra en la familia Moreno, o viceversa, a mediados del siglo XIX. Ahora, para evitar su venta y poder mantenerla, sus dueños han decidido abrirla como museo y espacio de celebraciones.

De cimientos árabes, las diversas remodelaciones han ido sacando a la luz piezas tan destacadas como ánforas árabes, así como un alicatado nazarí del siglo XIII. La luz inunda la entrada a través de una vidriera francesa del siglo XIX obra de Maume Jean, el mismo que confeccionó la del hotel Palace de Madrid. Unas columnas del XVI, bustos de mármol de Siena del XVIII y un cuadro de Valdés Leal hacen el resto. De camino al jardín, una larga galería, donde Lola Flores hizo sus primeros bailes, exhibe los trofeos de caza del padre de Asís, Álvaro, Conde de los Andes, así como obras de cerámica española del XVII y cuadros de batalla de Acisclo Palomino del XVII, experto en estas escenas. A esta zona se añadió otro ala en 1925 cuando vino Alfonso XIII a Jerez para la coronación de la Merced, y como el bisabuelo del propietario era uno de sus ministros, pues se recibieron a muchos de ellos en este palacio.

En el jardín, un chirimoyero, un aguacatero y una piscina reciben al visitante. Una escalera exterior conduce a la planta superior, donde se pasean amplios salones y galerías. Allí, la Adoración de los Reyes Magos de Pieter Claessens, Tiziano, una biblioteca barroca, una antigua capilla, una Virgen de Zurbarán, lienzos de Antonio Carnicero, lámparas de araña, un San Juan Bautista, un discípulo de El Bosco... El salón rosa, el salón verde con su clavicordio, y un amplio comedor por el que han pasado Alfonso XIII, Juan de Borbón, Alfonso de Orleans, los príncipes de Lietchtenstein, y donde 'come' fruta un mono, obra de Snayders. Toda la visita es observada por los cuadros de los antepasados de Asís, personajes tan ilustres como el general José de la Serna y Martínez de Hinojosa, el último virrey del Perú y de España en América; el gran coleccionista de arte Francisco Moreno y Zuleta; y Francisco Moreno y Herrera, doctor en Derecho y licenciado en Ciencias Políticas por Oxford, quien fue nombrado por don Juan para que tratara de que volviera la monarquía al país, Premio Nacional de Literatura, y conocido en artes gastronómicas también por su seudónimo 'Savarín'. La escalera interior, dividida por una escultura de alabastro de Comendador, regresa al visitante a la planta baja, donde sigue la guirnalda de piezas de arte como una sola obra de madera del escultor francés Cueret, dos tapices flamencos..., entre otras. Todo aliñado por historias relatadas por el propio Asís, acerca de un palacio de unos 3.000 metros cuadrados, donde cada rincón tiene mil aventuras, que es mejor vivir en directo.

Más información: www.palaciodelvirreylaserna.com

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