Dueño de Marina del Puerto y con inversiones inmobiliarias

"La quiebra ha sido mi peor pesadilla". Con estas palabras expresaba Joaquín Rivero sus primeras impresiones tras tener conocimiento en febrero de 2008 del auto del Juzgado Número 2 de El Puerto que decretaba el levantamiento de la quiebra de Puerto Sherry después de 13 años, en los que la Autoridad Portuaria se hizo cargo de la gestión del complejo náutico. El que fue hasta la quiebra del complejo administrador único de Puerto Sherry recibía la noticia en París, ya que entonces el empresario inmobiliario residía entre la capital francesa y España. Se volvía a abrir así, a favor del empresario y de su socio Pedro Bores, un ciclo que se había cerrado en 1994, cuando tras la compra de Marina del Puerto por parte de Joaquín Rivero y su sociedad, la empresa gestora del puerto deportivo decidió solicitar la quiebra, que en 2015 recibió la calificación de "fraudulenta".

La trayectoria empresarial de Joaquín Rivero en la ciudad portuense ha estado muy vinculada a Puerto Sherry, cuya adquisición realizó a Brent Walker, aunque también a otras operaciones inmobiliarias que finalmente no salieron adelante y a las que fiaba el futuro del complejo náutico. La principal de ellas, la urbanización del Pueblo Marinero y de la finca La China, terrenos anexos al puerto deportivo, en primera línea de costa, de 63.000 metros cuadrados, adquiridos por la inmobiliaria Noriega, y que tras la crisis y el embargo a la promotora pasaron a manos de Bankia y Cataluyacaixa, ambas nacionalizadas. Las inversiones de Rivero en El Puerto, cuando la revista Forbes le situaba entre los empresarios más ricos del país, le llevaron también a adquirir unos terrenos en la margen derecha de la carretera de Fuentebravía, El Camaleón, de 167.000 metros cuadrados, la cual, como La China, iba a ser urbanizada mediante un convenio firmado en la época de Independientes Portuenses, que aumentaba la edificabilidad. Aunque estaban previstas 580 viviendas, en el nuevo PGOU fue declarada zona protegida.