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Presentación de la película 'El verano que vivimos' en Jerez
"Jerez es otra cosa. Cierra los ojos carajote, deja que que se acostumbre la nariz". Gonzalo (Javier Rey) hace caso a Hernán (Pablo Molinero) y cierra los ojos entre un manto de cepas y sonríe. Se detiene el tiempo, ese mismo tiempo que juega en 'El verano que vivimos' a ser un protagonista más. Desde el reloj que suena cuando aún la pantalla está en negro, hasta el que pierde el hijo de Gonzalo porque había que darle cuerda.
Jerez, el tiempo y el amor. Un triángulo amoroso que se llena los zapatos de albariza y los morros de buen fino. Que baila con el quejío de Jesús Méndez en el tabanco El Pasaje y con Eva Rubichi en el patio de la Casa Petra de la Riva hasta poner los pelos de punta. Gonzalo, Lucía y Hernán. Javier Rey, Blanca Suárez y Pablo Molinero. Querida Lucía. Sigo parado en aquel verano de 1958, el año en el que te conocí y te perdí. Han pasado 40 años desde que nuestras vidas se cruzaron y aún lo recuerdo cada día. ¿Cuánto duran los recuerdos de un verano? Puedo afirmar que a veces, toda una vida.
'El verano que vivimos' ya está aquí. El 6 de noviembre llegará a más de 400 salas de cine, pero unos pocos afortunamos hemos descubierto antes esta historia de amor y la impagable promoción que hace esta película de Jerez. En agosto del año pasado la ciudad abrió las puertas al equipo que lidera el director Carlos Sedes y desde entonces cualquier imagen del film era esperada y aplaudida. Ahora, a pocos días de poder comprar la entrada para disfrutar, de forma segura, de buen cine, estas líneas servirán para abrir boca. ¿Qué se ve en 'El verano que vivimos?
Sin intención de desvelar detalles del argumento, es justo avanzar que Jerez se ve y se ve bonita. Y es que, como dice Hernán en los primeros minutos, olvida lo que tienes en tu cabeza sobre vinos y bodegas porque "Jerez es otra cosa". Este joven bodeguero que persigue su sueño de "abrir Jerez al mundo" invita a su amigo, un arquitecto gallego, a oler Jerez, vivir la ciudad, su música, su comida y las risas frente al mar (Rota) mientras disfrutan de carreras de caballos.
El tono amarillo de las escenas de 1958 dibuja una historia que recorre rincones entre viñas, centro histórico y casas señoriales. De vasos de vino en tabancos, miradas robadas entre palmas por bulerías, de risas mientras se dirigen a la bodega (González Byass) en una moto con un perro bodeguero en un cesto de mimbre.
Vendimiadores bajo el sol de septiembre y una solemne Catedral para despedir a un ser querido. "Que no te falte de ná canijo", le dice Miguel, amigo de Hernán, al gallego, con el que después tendrá más que palabras en una noche de Feria, fiesta que se montó en la Alameda Vieja para la ocasión.
No soy crítica de cine, no podré valorar con criterio aspectos técnicos de la película, aunque -insisto, sin trayectoria que me respalde- me parece que está rodada con mucho gusto. Y es eso. Se ve que tanto el equipo como los actores han intentado ser lo más fiel a ese Jerez de 1958, poniendo en valor las fuertes raíces de la tradición y el amor (a veces olvidado) por lo nuestro.
Plaza de la Asunción, calle Ancha, Porvera, vistas desde el Alcázar, viñas, bodegas, la Catedral, calle Santa María, tabancos, el palacio de la plaza Rafael Rivero, parte de Tornería... Jerez se ve y se ve bonita.
Desde el principio del rodaje sabemos que en 1998 una estudiante de periodismo, Isabel, se topa con una esquela que le cambia la vida. La de Gonzalo. Cada 15 de septiembre el gallego escribía un recordatorio a su amor jerezano desde cualquier punto de España en el que estuviera viviendo. Buscar quién es Gonzalo y Lucía permite dar los saltos al pasado. Del gris de 1998 al cálido amarillo del 58.
No tuvo que ser fácil para Blanca Suárez interpretar a Lucía con nuestro acento, al principio chirría pero te acabas acostumbrando y se hace más natural. María Pedraza (Adela, hermana de Hernán), la jerezana María Espejo -bravo María, qué bonito lo haces- Carlos Cuevas, Guiomar Puerta, Moreno Borja, Adelfa Calvo, Manuel Morón, Joaquín Núñez, Pedro Rudolphi, Paloma Reynaud... Elenco preciso para contar una historia que va más allá del tiempo. Abre los ojos... es Jerez.
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