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Antonio Castilla, pionero de la Radio en España

EL REBUSCO

Radio Ibérica fue la primera en retransmitir

Una placa y una calle le recuerdan en Jerez

Edición de sello y matasello en su homenaje.
José Luis Jiménez

16 de noviembre 2020 - 04:00

Si consultamos el Diccionario Enciclopédico de la Provincia de Cádiz (1985), o la misma Gran Enciclopedia de Andalucía (1979), para buscar su nombre, no lo encontraremos. Si preguntamos a los historiadores de la ciudad tampoco sabrán decirnos quién fue y qué hizo Antonio Castilla López.

Un grueso manto de olvido cubre su persona, como la envergadura de su labor. Sin embargo, y gracias a los recuerdos conservados por los familiares de su cuñado, Miguel Rodríguez Bernal, eminente pedagogo jerezano, además de los documentos conservados por su único hijo vivo, Manuel, se ha podido elaborar esta investigación, dando luz a la biografía de este ilustre jerezano, considerado como el padre técnico de la Radio española.

Primer radiofonista

A lo largo del siglo XXI, y no antes, los investigadores de esta parcela de la Historia de España se han interesado por los pioneros en el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación nacidas a principios del siglo XX, entre los que destacan Antonio Castilla y en onubense Matías Balsera Rodríguez. Ambos fueron colaboradores, en la difusión de la telegrafía sim hilo y la radiodifusión.

Sugerimos la lectura de algunos de los libros publicados entre los años 2000 y 2007: Historia de la Radio en Andalucía (1917-1978), de Antonio Checa (2000). Historia de la Radio en España, de Armand Balsebre (2001-2002), Los orígenes de la Radio en España, de Manuel Fernández Sande (2005), Historias de la Radio, de Francisco Reyero (2006), o bien La Radio en España (1896-1977), de Ángel Faus (2007).

Pero a pesar de tan abundante bibliografía aún se pueden observar errores como en este último de Ángel Faus, que hace gaditano a Matías Balsera, además de algunas opiniones algo aventuradas. Sin olvidar la tesis de María Ángeles Afuera, 'La sociedad Unión y Radio: empresa, emisora y programación' (1925-1939), presentada en la Universidad Complutense en el 2019.

Matías Balsera

Antonio Castilla fue un hombre que trabajó tenazmemte para incorporar a España a la senda de las nuevas tecnologías de la comunicación a distancia, y que fue víctima, como otros muchos visionarios de nuestro país, de la incomprensión de los propios de sus propios paisanos, como de los intereses de países extranjeros, a través de sus filiales españolas, en este nuevo campo emergente de la industria tecnológica de la comunicación sin hilos.

Su nombre destaca junto al también andaluz, Matías Balsera Rodríguez (Gibraleón, 1883- Llupia, Fancia, 1953), en la historia de la Radio española en el primer cuarto del siglo XX. Matías Balsera, maestro y amigo de Antonio Castilla, dejó escrito en 1925 la siguiente reflexión, desencantado por sus fracasos provocados por el poco interés de la administración, y la falta de iniciativa del capital español, en sus inventos: “La inercia, esta inercia tan española, causa de nuestro retraso y , por qué no decirlo, de nuestra ignorancia”.

Ambos vivirían una trayectoria profesional y empresarial con muchos puntos en común, que les conducirían a lo más alto y, como no, a la frustración del fracaso. Dos quijotes andaluces a los que no hay que olvidar. Balsera se vio obligado a exilarse en Francia durante la guerra civil.

El Marconi jerezano

Antonio Castilla López nacería en Jerez de la Frontera, en el número 7 de la calle Pollo, el 12 de enero de 1886, según consta en su partida de bautismo de la iglesia de San Miguel. Su padre, Manuel Castilla, era un maestro de primaria, con intereses en sector del vino. Estaba casado en segundas nupcias con Rosario López.

Realiza sus estudios en el Instituto Provincial de la ciudad, donde Castilla da muestra de ser un joven de inteligencia despierta. Con 18 años se incorpora a la Estación Telegráfica de Cádiz.

Entre 1904 y 1908 acompaña a Balsera, también telegrafista, en una serie de experimentos. Castilla será su “eficaz discípulo”, pero que en “muchos aspectos le superará”, como nos dice el periodista, y profesor, Antonio Checa, en su “Historia de la Radio en Andalucía”.

De Cádiz lo destinan a Madrid, para pasar a Barcelona, donde permanecerá ocho años. En 1910 contraerá matrimonio con Mercedes Rovira y Roig; de esta relación, que se malogrará, nacerá Rosario Castilla Rovira. Su hija se criará en Jerez, con su tía Rosario, donde casará con Manuel Esteve, futuro director de la Biblioteca y Museo de Jerez.

Al poco tiempo de su regreso a la capital, en 1915, realiza productivos viajes a países como Francia, Inglaterra e Italia. En Estados Unidos obtiene el título de ingeniero en radioelectricidad, llegando a colaborar con el mismo Lee de Forest (1873-1961), considerado el padre de la radioelectrónica e inventor del triodo.

De regreso a España en 1916 trabaja en varios encargos oficiales como son la creación de varias emisoras de radiotelegrafía situadas en la capital bajo titularidad estatal: la de la Marina de Guerra, la del ejercito y la del Palacio de Comunicaciones, ésta última considerada como un modelo para otros países europeos. Otro hecho relevante es la comunicación por radioteléfono entre Madrid y el Pardo, mediante transmisores construidos bajo su dirección.

El año 1917 será un gran año para nuestro paisano. Con el apoyo de socios capitalistas de Bilbao constituye en Madrid la Compañía Ibérica de Telecomunicación, la primera que estableció la industria de Radio Electrónica, fabricando los primeros tubos electrónicos y los equipos transmisores y receptores hechos en España.

Entre 1917 y 1924 registrará 21 nuevas patentes. Se encargará de suministrar equipos de radiodifusión al ejercito y a los radioaficionados. El personal de la fábrica era exclusivamente español, teniendo que vencer en muchos momentos los problemas de la falta de material para la fabricación de válvulas. Sin embargo sus éxitos continuarán. Dos hechos destacan sobre los demás: consigue mantener al rey, Alfonso XIII, comunicado el yate Giralda con tierra durante una travesía por el Cantábrico, y equipa con los nuevos aparatos de comunicación a los barcos de la Compañía Isleña Marítima.

El Jaime I, en su viaje a Palma de Mallorca, mantuvo perfecta comunicación con el puerto de Barcelona por telefonía sin hilos, siendo la primera vez que esto se realizaba en España.

Otro evento que sobresale en su vida profesional será la conferencia que con el título de “La Física del tubo Electrónico” impartirá en 1920 en el Paraninfo de la Universidad de Valencia. La finaliza con la retransmisión de un concierto desde el Palacio de la Exposición, escuchado a través de un solo receptor por un numeroso público.

Revista Radiodifusión Ibérica.

En 1922 su fábrica, instalada en el Paseo del Rey, produce también micrófonos, y a finales de 1923 salen al mercado los famosos receptores de la marca Iberia. En ese mismo año se inicia lo que es considerado oficiosamente las primeras emisiones de la primera Radio en España, Radio Ibérica, que por cuestiones burocráticas recibirá el indicativo de identificación EAJ 6, correspondiendo el de EAJ 1 a Radio Barcelona. En un principio la programación de Radio Ibérica se hará con la emisión de programas de música, conferencias culturales e información del tiempo, para más adelante ofrecer boletines de noticias, conciertos y apartados infantiles.

Aunque en 1924 es nombrado presidente de honor de la Asociación Radio Española, con Matías Balsera de vicepresidente, la fuerte competencia internacional y la necesidad de disponer de recursos para la fabricación en serie de sus componentes le aboca a fusionarse con la Radiotelefonía española, de capital hispano-francés.

En este tiempo conocerá a la que será su segunda mujer, María Asunción Ruiz Pérez, con la que se casará por lo civil en 1931, y con la que tendrá tres hijos varones. En un último intento por remontar la crisis y buscar su lugar en el sector construye y gestiona él mismo Radio Castilla, que recibirá el indicativo EAJ 4, iniciando sus emisiones el 19 de octubre de 1925. Las instalaciones serán inauguradas unas semanas más tarde por el mismo general Miguel Primo de Rivera. Tanto el dictador como el terrateniente jerezano, Francisco Moreno Zuleta, Conde de los Andes, favorecieron los proyectos de su paisano.

Del apoyo recibido por el Conde de los Andes surgiría una empresa para la fabricación de anuncios de neón, una novedad para el momento, como el que se instaló en la Puerta de Sol de Madrid para las bodegas González Byass. Debido a las dificultades económicas que sufre la emisora en este tiempo es transferida en 1927 a la órbita de la cadena Unión Radio.

Publicidad de los aparatos fabricados por Antonio Castilla.

Un año más tarde, en 1928, es contratado por la Standar Eléctrica, gracias a las gestiones de su buen amigo Virgilio Oñate. En ella permanecerá durante trece años, hasta 1941. En ese periodo la compañía lo envía a París durante dos años, de 1929 a 1930.

Los nuevos tiempos traen cambios políticos importantes y con ellos los negros presagios de la guerra que se avecina relegan a Castilla a la postergación. Antonio Castilla era un hombre de una enorme fuerza de voluntad, y a finales de los cincuenta se vuelve a hablar de él debido a la invención de un sistema de señales eléctricas sin conductores, que se utilizará con éxito en la circulación por carretera.

En 1942 lo vemos trabajando para la empresa alemana Telefunken, pero al acabar el conflicto mundial decide iniciar una nueva experiencia empresaria, para lo que se asocia con los dueños de Avenida Radio, de Barcelona.

Además realiza un nuevo viaje a Estados Unidos con la intención de estudiar la innovación del transistor.

Al fracasar de nuevo como empresario se ve obligado a reingresar a la Standar Eléctrica, donde se jubilará en 1962.

Establece su última residencia en la calle Evaristo San Miguel 20 de Madrid, donde fallece el 30 de abril de 1965, no sin antes legalizar su situación con su pareja María Asunción Ruiz Pérez, casándose un mes y medio antes, el 12 de marzo. Contaba 79 años de edad.

Reconocimiento en Jerez

El 7 de noviembre de 2003 publiqué en el periódico Información Jerez un artículo titulado La Radio "nació" en Jerez, dedicado a Antonio Castilla, pero previamente había compartido mis hallazgos con algunos historiadores antes mencionado.

Ese mismo año, el 13 de noviembre registro en el Ayuntamiento una petición solicitando una calle que recuerde su nombre en la ciudad que le vio nacer. Habría que transcurrir tres años para que el Ayuntamiento aprobara y rotulara un vial público con el nombre de Antonio Castilla, coincidiendo con el homenaje organizado por la Real Academía San Dionisio, junto a Romualdo Rodríguez, y el que suscribe.

Francisaco Moyano y José Luis Jiménez en la calle que se le dedicó.

Entre los actos previstos estaba la inauguración de una placa en la fachada de la casa donde nació, estando presente su hijo Manuel Castilla Ruiz y su hija, llegados desde Barcelona para la ocasión.

En la sede de la Academia, Francisco Moyano Carmona, estudioso de Castilla, impartió una conferencia que tituló: El jerezano Antonio Castilla, pionero de la tecnología Radio en España. Moyano es autor de una tesis que versa sobre la Industria pionera de telecomunicación en España años'20.

Familiares y amigos junto a la placa que le recuerda en Jerez.

En el 2008, con motivo del 75 aniversario de Radio Jerez, el Club Filatélico jerezano lanzó un sello, matasello y postal dedicado al ilustre jerezano. Por su parte, el periodista Andrés Luis Cañadas, le dedicó un capítulo en su libro Historias sonora de Jerez (1900-2015), donde le dedica el capítulo que encabezaba de esta manera: El jerezano Antonio Castilla, pionero de la Radio en España.

El Diccionario biográfico español, editado por la Real Academia de la Historia (2011), incluyó su semblanza elaborada por Romualdo Rodríguez.

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