Empresas de renovables ‘barren’ las viñas en busca de suelos para huertos solares

Los pequeños viticultores del Marco de Jerez son presa fácil para las empresas de energías renovables, que se aprovechan de la falta de rentabilidad del viñedo por los bajos precios de la uva para captar terrenos a precio económico en los que instalar sus proyectos.

Macharnudo, Carrascal, Añina... Propietarios de viñas dentro de los pagos históricos del jerez están recibiendo la visita de comerciales de promotoras de huertos solares sin identificar, que barren el viñedo histórico del Marco, sin atender a la especial protección urbanística de estos suelos, en los que al hilo de la polémica por la construcción del parque eólico El Barroso, el gobierno local ha reiterado la prohibición expresa de instalar placas fotovoltaicas, según estipula el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Los huertos solares están “taxativamente prohibidos” en el viñedo del Marco, esgrimió el teniente de alcaldesa responsable de Urbanismo, José Antonio Díaz, en su anuncio de un cambio normativo para extender dicha protección frente al avance de los parques eólicos en los pagos históricos.

La limitación no parece importarles a los promotores de plantas fotovoltaicas, que desde hace meses recorren las viñas protegidas del Marco en busca de la autorización de sus propietarios, que según afectados del proyecto de El Barroso, en muchos casos terminan firmando por desconocimiento o “porque caen en la trampa que le tienden las renovables”, la más común, “la del engaño por el que aseguran que los proyectos ya están autorizados y, si no aceptan, se enfrentarán a un proceso de expropiación forzosa con compensaciones muy inferiores a las que ofrecen las empresas por acogerse voluntariamente a los acuerdos previos”.

Otros viticultores, ajenos al proceso de construcción del parque eólico El Barroso promovido por Capital Energy en el entorno de Macharnudo y Añina, se han puesto en contacto con este medio para denunciar el acoso de estos comerciales que, aseguran, “no aceptan el no por respuesta” y que se niegan a identificar a la empresa a la que representan, cuyo nombre tampoco aparece en el contrato tipo que les presentan para que den su consentimiento.