"Con dos alcaldes nunca fue posible gobernar"
Miguel Primo de Rivera y Urquijo. Alcalde honorario y perpetuo de Jerez
De entre todos sus títulos hay uno que le satisface de forma muy especial: alcalde honorario y perpetuo de Jerez de la Frontera. Considerado uno de los hombres clave de la Transición,Miguel Primo de Rivera sobrelleva en la capital sus problemas de salud,que siempre son más llevaderos cuando se producen homenajes como el del pasado miércoles,a cargo de 'Jerezanos de la Diáspora'
Miguel Primo de Rivera y Urquijo fue alcalde de Jerez entre el 2 de febrero de 1965 y el 19 de abril de 1971.A diversos títulos nobiliarios (marqués, conde, duque...) une otro que le enorgullece especialmente y que lleva a gala: ser alcalde honorario y perpetuo de Jerez de la Frontera y medalla de oro de la ciudad.
Radicado en Madrid desde hace años, este abogado especializado en temas económicos y que llegó a ser procurador en Cortes y consejero del Reino, sigue realizando varias visitas anuales a esa ciudad que dirigió y en la que conserva infinidad de amigos. Lo hace especialmente en verano, cuando viaja a Chiclana para veranear en Sancti Petri.
Su presencia suele ser habitual en una Feria del Caballo a la que no acudió este año por problemas de salud. Aunque dichos problemas siguen ahí, no hace mucho aseguró que en la próxima edición está dispuesto a no salir del recinto del parque González Hontoria. Y es que la Feria del Caballo fue creada por Miguel Primo de Rivera, tras una idea surgida en 1965 y terminada de desarrollar un año más tarde, una vez que se comprobó que todas las ciudades españolas que disfrutaban de dos eventos festivos similares de forma anual, indefectiblemente, uno de ellos fracasaba.
La distancia, en su caso, no es el olvido.Según reconoce, a través de las páginas de DIARIO DE JEREZ sigue la actualidad y muestra preocupación por los últimos acontecimientos de orden político que se están produciendo en la ciudad desde que PP y PSA decidieron dejar de lado la ‘convivencia’ e iniciar su separación.
Según manifestó a este medio, “una crisis de esta índole se veía venir. Es imposible que un alcalde o una alcaldesa comparta asuntos tan importantes como el Urbanismo con otro socio y que no esté todo bajo su control.
Esas responsabilidades no se comparten ni con el propio hermano. Deben ser asumidas por el político”.
La opinión de Miguel Primo de Rivera sobre los pactos que contemplan una bicefalia política llama la atención por su claridad: "Es imposible desarrollar labores de gobierno con dos alcaldes, al igual que es impensable una democracia con dos presidentes, una dictadura con dos dictadores o una República con dos presidentes. Eso, simplemente, no se puede hacer porque es inviable”.
El pasado miércoles, este ex alcalde de Jerez fue distinguido como socio de honor de los ‘Jerezanos de la Diáspora’, un colectivo de vecinos de la ciudad y amigos que desarrollan sus vidas en Madrid.“Me ha alegrado enormemente que se acordaran de su viejo alcalde”, destacó momentos antes de recibir la distinción, hecho que concretó visiblemente emocionado “y eso que no soy persona de lágrimas fáciles”.
Recordando su labor como alcalde manifiesta varias cuestiones, entre ellas que “yo jamás quise entrar en política”, así como que recibió hasta “presiones para ser ministro”.Siempre relata que en una ocasión eludió ser consejero nacional en el gobierno franquista —haciendo algo impensable en aquella época: decirle “no” al general— y que consiguió ser el único alcalde del régimen que no fuera, simultáneamente, jefe local del Movimiento.La segunda negación sirvió para se comenzara a hablar del perfil de un hombre de ideas claras y, sobre todo, nuevas.
Recuerda Miguel Primo de Rivera que cuando su tía Pilar, que le acompañaba en coche a la audiencia que iba a tener lugar en El Pardo, supo lo que pensaba decirle a Franco —es decir, declinar su nombramiento como consejero nacional— ella se santiguó para decirle de forma inmediata:“Recemos un rosario, Miguel”.
Y así se hizo. Sobre ruedas. “Me planteé estar cinco años como alcalde (al final fue uno más) y tuve la suerte, entre comillas, de que hasta entonces muy pocas cosas se habían hecho por Jerez”. Consigo ‘trajo’ a numerosos arquitectos, los mejores de la época, para que dirigieran los primeros planeamientos urbanísticos de la ciudad.
Tras su época como primer edil —‘el alcalde del desarrollismo’ le llamaron— pasó a desempeñar un trabajo que dio sus frutos en la Ley de la Reforma Política de 1977, siempre como hombre fiel de uno de los principales bastiones de la transición democrática: el Rey Don Juan Carlos. No en vano, su mandato como alcalde se produjo después de que Doña Sofía inaugurara un centro educativo que hoy en día sigue llevando su nombre. Nacido en San Sebastián (1934) en el seno de una familia con hondas raíces jerezanas, Miguel Primo de Rivera dice sentirse “más jerezano a cada día que pasa, y eso que ya son casi 40 años desde que ocupé la alcaldía.Soy un jerezano dispuesto a todo lo que haga falta por ayudar a su ciudad”.
El hispanista Tom Burns considera que Miguel Primo de Rivera y Urquijo fue una figura esencial de la Transición ya que “tuvo en su mano varias piezas esenciales del rompecabezas que constituye la llegada del Rey don Juan Carlos”. Se recuerda como decisiva su intervención como ponente de la Ley de Reforma Política ante las Cortes Españolas en 1977, pues contribuyó a un cambio político pacífico. Ha editado dos libros, uno de ellos memorias, clamando por el fin del ‘mito’ de las dos Españas
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