Quizás
Mikel Lejarza
Toulouse
La próxima edición de la Feria del Caballo poco tendrá que ver con las anteriores. Quizás se asemejará en parte a la del año pasado en determinados aspectos, pero sin duda alguna será la feria de la crisis. Un hecho viene a demostrar por completo que la crisis económica ha provocado que esta fiesta primaveral viva un año de reajuste. "El año pasado y los anteriores había graves problemas para encontrar un hostelero que estuviera dispuesto a explotar la caseta durante la Feria. Buscar camareros eran aún más complicado. Estos días rara es la caseta del parque González Hontoria en la que no se tiene que decir un par de veces al día y a sendos interesados que el servicio ya se tiene contratado". Esta frase la manifestaba ayer el presidente de la Asociación de Caseteros de Jerez, Abraham Granadino. No le falta razón pues se trataba de años sumidos en el denominado 'boom' inmobiliario. La construcción había deparado buenos sueldos, buenas hipotecas y buenos coches a gran parte de un sector hostelero que cambió la bandeja por el pico y la pala y que pasó de trabajar la Feria del Caballo por obligación a disfrutar de la celebración, tal y como hasta entonces no tenían acostumbrado.
Abraham Granadino asegura que las previsiones para la presente edición de la Feria del Caballo "son buenas". Uno de los aspectos esenciales de este optimista pronóstico radica en el hecho de que "hemos obtenido el permiso del Ayuntamiento de poder abrir las casetas a partir del viernes por la tarde", lo que permitirá a este colectivo trabajar el Gran Premio de España de Motociclismo que se celebra este fin de semana en el circuito de Jerez. "A ello se une el hecho de que las previsiones meteorológicas son excelentes y que hay ganas de trabajar en el sector".
Que el viernes, es decir, pasado mañana, será el primer día de Feria -al menos para aquellos que trabajan la fiesta por excelencia del mes de mayo- quedaba ayer bien a las claras en el recinto del parque González Hontoria donde la actividad era, sencillamente, frenética. El Ayuntamiento ya dio a conocer a través de los inspectores, vigilantes y demás personal municipal que opera sobre el albero que "entre el jueves (mañana) y el viernes a las tres de la tarde no debe quedar nada sobre el albero".
Ciertamente, la celeridad en el montaje ha permitido que a día de ayer la mayor parte de las casetas estén a unas pocas manos de pintura de quedar listas. Entre las más atrasadas, se encontraban ayer dos casetas de las que se ubican frente a la de Onda Jerez, una de ellas la de la Hermandad de La Lanzada que se encontraba en el armazón, aunque con personal en su interior ya dándole forma.
En las calles 'grandes' del recinto ferial no hay problemas (al menos evidentes) pero donde sí los hay es en la zona de las casetas juveniles, que tras varios años de movimiento han comenzado a intercalarse entyre las de toda la vida en el último sector a la derecha del Paseo de las Palmeras, que une la avenida Álvaro Domecq y la zona de las atracciones. Cabe destacar que dichas casetas estaban, a día de ayer, sin tocar en el más estricto sentido de la palabra. Tanto es así que estaban siendo utilizadas como aparcamiento a la sombra (algo que ayer se agradecía especialmente) para furgonetas y turismos. El presidente de los caseteros jerezanos, Abraham Granadino, aseguró ayer que "va a ser complicado que alguna caseta se quede sin montar ya que tengo constancia que hay empresarios interesados que han contactado a este respecto con la delegación del Fiestas del Ayuntamiento de Jerez".
De otro lado, cabe destacar que a espaldas de esta zona, y oculta a la vista, se ubicará el parquecillo donde en los últimos años se prodigaron algunos intentos (consumados y en tentativa) de llevar el botellón a la Feria del Caballo.
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