Estudio antropológico del Rocío

Abanico en mano, Eugenia Martínez posa en un alto del camino.
Abanico en mano, Eugenia Martínez posa en un alto del camino. / Pascual
M.S.

17 de mayo 2018 - 01:36

DOÑANA/Eugenia Martínez acaba de terminar el grado de antropología. Es sevillana. De la Macarena más concretamente. Inmediatamente pregunta por un torero. Nos quedamos con cierta cara de póquer. "Estoy haciendo un máster y va sobre tradiciones. Además estoy haciendo el trabajo final de carrera sobre este mismo asunto. Tengo familiares en Jerez y me he enterado que hoy salía la hermandad y me he apuntado", narra. Más allá de todo eso, el esfuerzo de Eugenia es tremendo. Viene andando desde Jerez y ya llevamos muchos kilómetros sobre el asfalto. "No importa. En Sanlúcar me cojo un autobús y vuelvo a Jerez", sentencia. Andar para no sacar conclusiones finales no tiene sentido. Eugenia cuenta que "siempre pensé que el Rocío era algo como muy rural. Pero no es así. Acabo de hablar con un señor que es director de una urbana de un banco muy famoso. Más allá hay un enfermero. Y más allá un vendedor de seguros fúnebres. Esto no es de gente rural sino de personas con fe", atestigua ¿Y el torero? "Pues pensaba que también era esto del Rocío una cita muy de toreros. Pero por mucho que busco no encuentro ninguno", sentencia. Eugenia Martínez es de Sevilla. Y es cofrade de la Macarena. Pero ciertamente el tiempo de estudio le ha impedido saber algo sobre el Rocío. Aquí hay toreros, como 'Miguelete', que andaba también por ahí andando sobre el asfalto, subalterno del maestro Padilla. Pero el Rocío es, sobre todo, un movimiento de fe. Algo que la antropología no se sabe muy bien si sabrá calibrar. Al menos Eugenia lo está intentando. Que haya suerte.

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