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Flamenco y biomecánica: podología deportiva para que un bailaor rinda como un atleta

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Un profesional del baile flamenco puede realizar hasta más de 200.00 zapateados a la semana, con el riesgo de lesiones que eso implica.

“Un buen estudio de la pisada y biomecánico sirve para controlar las sobrecargas. Si estudiamos bien esos impactos, los controlamos y los compensamos, podemos reducir el riesgo de lesiones y mejorar el rendimiento y la calidad de vida del bailaor y la bailaora”, explica Guillermo Lafuente, especialista de Clínicas Beiman

Flamenco y biomecánica: podología deportiva para que un bailaor rinda como un atleta

06 de agosto 2021 - 00:00

La vertiente artística del baile flamenco ensombrece otra: es una actividad física de muy alta intensidad, que se puede equiparar sin complejos a cualquier práctica deportiva. Los bailaores y bailaoras de alto nivel están sometidos a una exigencia física similar a la de cualquier deportista y, de la misma forma, puede desembocar en lesiones sin el equipamiento, la preparación y los cuidados adecuados. Este es el motivo por el que la podología y la biomecánica son especialidades cada vez más familiares y útiles para estos artistas.

Diversas investigaciones han señalado que la frecuencia cardiaca media de un bailaor durante su actividad ronda las 155 pulsaciones por minuto. La parte más intensa es la denominada como zapateado. El bailaor impacta su zapato de manera rápida contra el suelo -hasta doce veces por segundo- para conseguir un efecto sonoro muy característico. En un baile de seis minutos se pueden dar hasta 10.000 zapateados. A la semana, un profesional de este ámbito puede realizar hasta más de 200.000 zapateados -20 horas a la semana, según el estudio El baile flamenco desde la perspectiva de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, dirigido por Alfonso Vargas-Macías, doctor por la Universidad de Cádiz en Ciencias y Medicina del Deporte y director del Centro de Investigación Flamenco Telethusa.

El zapateado provoca un importante desgaste a los huesos del pie que puede derivar en fracturas por estrés y la inactividad del artista. Las lesiones no solo afectan a los miembros inferiores. El propio impacto y la posición en semiflexión de las rodillas durante el baile también originan problemas en otras partes del cuerpo como en las propias rodillas, la espalda y en la zonas pélvica, lumbar y cervical. Además, las opciones de lesionarse aumentan si el movimiento se efectúa en situación de inestabilidad del pie o tobillo. No hay que olvidar que tanto hombres como mujeres bailan con un zapato con varios centímetros de tacón.

Onicopatías (alteraciones en las uñas), hiperqueratosis (durezas), Hallux valgus (juanetes), juanetes de sastre (juanete en el dedo pequeño), dedos en garra (deformidad en los dedos), fascitis plantar, metatarsalgias (dolor en el metatarso, bajo los dedos), esguinces de tobillo y rodilla, lesiones en los meniscos y ligamentos, problemas en la zona lumbar, cervical y en la espalda (contracturas, sobrecargas…) y artritis prematura en la cadera son algunas de las lesiones habituales del bailaor.

Las sobrecargas que se ocasionan al bailar se pueden disminuir mediante la realización de un estudio de la pisada y biomecánica a cargo de un podólogo especializado, según subraya Guillermo Lafuente, podólogo en Clínicas Beiman y un especialista de primer nivel nacional en esta disciplina. “Un buen estudio de la pisada y biomecánico sirve para controlar las sobrecargas. Si se estudian bien, se compensan y se controlan, se pueden corregir esos impactos”, sostiene.

Un estudio de la pisada y biomecánico es un análisis exhaustivo del movimiento de una persona (a nivel muscular, articular, reflejos…). Durante su desarrollo se emplean diferentes recursos para saber cómo se comporta el cuerpo y determinar una base de apoyo adecuada. La finalidad de este estudio no es solo desarrollar zapatos y plantillas personalizadas. Un examen de este tipo también tiene como objetivo tratar o prevenir lesiones y mejorar el rendimiento del sujeto. Para lograrlo se utilizan plataformas de presiones, sistemas de sensores ópticos y cámaras de alta velocidad.

Acabar con el impacto del zapateo es imposible dadas las características del gesto. No obstante, con este estudio se pueden disminuir sus consecuencias para el pie: “Cuando haces el estudio se ve dónde tiene el bailaor más puntos de presión. Así se reequilibran las cargas y se reducen los impactos en las zonas que más sufren. Con solo disminuir el impacto el beneficio que se obtiene es muy grande. Y muchas veces es lo que evita que se produzcan lesiones más importantes”, explica el podólogo.

Las adaptaciones y modificaciones realizadas en las plantillas, los zapatos o el gesto técnico ayudan a estos artistas a poder desarrollar su actividad prácticamente sin dolor.

“Cuando empieza el dolor hay que parar y estudiarlo”

Muchos profesionales del baile flamenco están acostumbrados a bailar con dolor. De hecho, se ha comprobado que lo aguantan muy bien. Sin embargo, no es aconsejable: “Cuando empieza el dolor hay que parar y estudiarlo. Porque el siguiente paso al dolor es la lesión. En cuanto se percibe que se tiene una sobrecarga, un dolor, lo ideal es hacerse un estudio e intentar ponerle remedio”, explica el doctor Guillermo Lafuente.

La visita a un podólogo ayuda igualmente a acabar con las molestas hiperqueratosis y/o callosidades que aparecen. Por esta razón, habría que acudir a una consulta de podología al menos una vez cada dos meses, según señala el experto en Ortopodología y Biomecánica y profesor de la Universidad de Sevilla José Manuel Castillo.

Pero acabar con el dolor no es solo una cuestión de salud. También afecta profesionalmente: “Hay que tener en cuenta que el baile flamenco es una manifestación artística. Los bailaores tienen que expresar, y expresar con dolor es difícil, especialmente si estás bailando unas alegrías o unos tangos”, apunta Castillo.

El zapateado también se puede ver perjudicado si se baila con molestias: “La función que tiene el zapateado también es sonora. Por lo tanto, con un pie que duele no puedes golpear el suelo igual que si no tuvieras ese dolor”, observa el podólogo José Manuel Castillo.

Todo lo que ocurre en los pies tiene consecuencias en el resto del cuerpo. Un dolor en los miembros inferiores puede derivar en dolencias en otras zonas. Además, las lesiones y el desgaste acortan e influyen negativamente en la carrera de un bailaor. “No hablamos solo del bailaor consolidado. El que empieza no tiene sus huesos ‘adaptados’ y fuertes. Está haciendo una actividad de alto impacto y es ese perfil el que se puede lesionar con más facilidad”, indica Guillermo Lafuente.

El estudio de la pisada y biomecánico adaptado al baile flamenco

El estudio de la pisada y biomecánico que se efectúa a un bailaor incluye similitudes y pequeñas diferencias que el estudio que se realiza a un deportista: “Lo que cambia sobre todo es el enfoque del tratamiento”, comienza señalando el podólogo de Clínicas Beiman.

“Cuando tú vas a hacer una ayuda, un soporte plantar, una plantilla a un bailaor o bailaora, para empezar hay que tomarle un molde que esté en la posición de baile. No puedes tomar un molde en una posición plana como cuando hacemos una plantilla para un corredor. En el flamenco, el que menos va a tener varios centímetros de tacón y eso hay que traspasarlo luego a los tratamientos”, especifica.

El biomecánico destaca que otra diferencia significativa respecto a otros estudios está en las grabaciones a cámara lenta que realizan. Un recurso muy efectivo para saber cómo se comporta el pie durante el baile: “Lo más importante es ver cómo mueve los pies en su gesto de baile. Al grabarlo vemos cómo hace ese gesto”.

Esta grabación se complementa con los estudios en plataforma de presiones -común en todos los estudios biomecánicos- con los que se observa dónde el paciente ejerce más y menos presión: “Por ejemplo, si el paciente no tiene apoyo en el primer metatarsiano, pues ahí le pones a la plantilla más grosor y en el resto le pones menos. O le colocas un material que absorba el golpe en la zona donde más impacto has visto”.

Los resultados de ambos análisis y de otras pruebas realizadas (estudio de la forma del pie, de la cadera, de las rotaciones…) permiten a los expertos hacer modificaciones en los zapatos y las plantillas de los bailaores. En definitiva, es un tratamiento “muy personalizado tanto para la persona como para el pie como para la altura del tacón del zapato”, concluye el podólogo.

Calzado, suelo, técnica y condición física

El doctor por la Universidad de Cádiz en Ciencias y Medicina del Deporte y director del Centro de Investigación Flamenco Telethusa, Alfonso Vargas, considera que hay varios factores clave a la hora de disminuir los problemas físicos en bailaores y bailaoras: el calzado, el suelo, la técnica de baile y la condición física.

“Para acabar con el dolor lo mejor es utilizar un zapato lo más confortable posible, con buenas propiedades de absorción del impacto. Y usar un zapato que no tenga tacón excesivo, por lo menos para el día a día, aunque para el espectáculo se ponga uno más estilizado”, aconseja el podólogo José Manuel Castillo. “El profesional es recomendable que se haga un calzado a medida, especialmente si tiene un pie morfológicamente complicado”, recalca.

En este apartado también se pueden incluir las plantillas personalizadas que realizan diversos podólogos: “También absorben una cantidad considerable de impactos e incluso podrían repercutir beneficiosamente en el cansancio de piernas y dolor de rodillas”, comenta Alfonso Vargas.

El investigador apunta que otro factor importante para reducir las lesiones es la superficie en la que se practica el baile: “Zapatear en una superficie idónea, al menos en una que tenga cierta cámara de aire para absorber los impactos, es imprescindible”. Así, desaconseja aquellos suelos duros como los de hormigón o los de terrazo.

La postura en la que se zapatea influye en los problemas físicos: “Las piernas tienen que estar ligeramente semiflexionadas. Cada persona tendrá un grado de semiflexión apropiado según su altura y el tacón del zapato de baile que usa. Poca flexión repercutirá en dolores en la espalda y una flexión excesiva provocará sobrecarga en piernas y rodillas”, aclara. No obstante, el experto señala “que muchos profesionales de baile flamenco, de forma intuitiva, tienen una técnica muy ergonómica y enseñan técnicas muy ergonómicas”.

Por último, los bailaores tampoco deben descuidar su condición física. La alta intensidad del baile les obliga a estar en muy buena forma. Además, deben tener fortalecidos ciertos grupos musculares para que puedan soportar los impactos, los giros y los movimientos que se ejecutan en el baile, explica el director del Centro de Investigación Flamenco Telethusa. Esta combinación de buen estado de forma, preparación, técnica y supervisión médica permitirá rendir al bailaor como un auténtico atleta.

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