Jerez Íntimo
Marco Antonio Velo
De Jerez a San Fernando: un abuelo habla con su nieto
275 millones de euros es mucho dinero para considerarlo un simple capricho. El magnate filipino Andrew L. Tan se ha convertido en centro de todas las miradas tras su irrupción de lleno en el negocio del vino y el brandy de Jerez con la compra de las antiguas bodegas Domecq. De puertas afuera, las bodegas del Marco saludan la operación; de puertas adentro, la llegada de Tan ha removido los cimientos de alguna que otra firma jerezana. A ciencia cierta, nadie sabe qué tiene en mente el multimillonario filipino, pero todo indica que hay Tan para rato.
El sector da por hecho que el magnate asiático ha venido para quedarse y la mayoría cree que su desembarco puede ser un revulsivo para un producto de capa caída desde que las grandes casas del Jerez decidieran sacar de la Denominación de Origen sus principales marcas de brandy solera para convertirlas en bebidas espirituosas de origen no vínico, al que el brandy de Jerez atribuye su nobleza.
Precisamente, las dos bodegas que abrieron la caja de pandora del brandy -Osborne con 'Veterano' y González Byass con 'Soberano'- son las que más tienen que perder. El interés de Tan por el brandy de Jerez, y en particular por Fundador, viene de lejos. El brandy es la bebida nacional en Filipinas, donde Fundador, con más de cien años de historia, es la marca de referencia.
La relación de Tan con Jerez comenzó hace treinta años, cuando según desveló el magnate tras la compra de Fundador, visitó la ciudad por primera vez para conocer como se elaboraba el brandy. Poco después, el millonario hecho a sí mismo entabló relación comercial con González Byass, que reforzó no hace mucho con una alianza estratégica para la elaboración de un brandy de Jerez.
Los que conocen bien las entrañas de la casa del Tío Pepe aseguran que sin el señor Tan, González Byass habría tenido serias dificultades para ser hoy una de las grandes firmas del jerez. No en vano, el magnate asiático es el principal cliente de González Byass, a la que antes de su joint venture ingresaba del orden de 100 millones de euros anuales, o lo que es lo mismo, la mitad de su facturación total.
Los González, que estaban al tanto de lo avanzado de la negociación para la compra de Pedro Domecq, mantuvieron días antes de cerrarse el acuerdo una reunión con el magnate filipino, que les tranquilizó al garantizarles que su alianza no corre peligro, al menos de momento.
Dentro de la amplia familia de los González, sin embargo, hay quien da por hecho que el magnate filipino acabará tarde o temprano por romper el acuerdo comercial para centrar sus esfuerzos en Domecq.
Osborne, la segunda bodega en alerta por el desembarco de Tan, ha sido la gran protagonista para lo bueno y para lo malo del sector del brandy en los últimos años, en los que la firma del toro ha volcado su negocio en los destilados. La lista de espirituosos y brandies de Osborne en la actualidad es interminable -Veterano, Felipe II, 103, Magno, Carlos I y III (adquiridas a la antigua Domecq), Conde de Osborne...-.
La casa del toro abrió la brecha con su decisión de sacar al 'Veterano' de la Denominación de Origen del brandy, pero al mismo tiempo reforzó su apuesta por la bebida jerezana con la adquisición de toda marca de renombre que se le pusiera a tiro. Cuando parecía que ya tenía todo controlado, la irrupción en escena de Tan puede trastocar por completo los planes de la bodega portuense.
En otras palabras, los brandies de Osborne ejercen su dominio en el mercado nacional y en el alemán, hegemonía que Tan estaría en condiciones de discutir si su objetivo, como piensa en el sector, es capitalizar la marca Fundador y recuperar su prestigio.
Los que han seguido su carrera aseguran que Tan es un hombre paciente, que huye del cortoplacismo para plantearse objetivos a largo plazo. La prueba está en que el aprendiz se convirtió en maestro, pues tres décadas después de su primera visita a Jerez, el brandy Emperador de su propiedad es la segunda bebida alcohólica más vendida del mundo con cerca de 40 millones de cajas de 9 litros anuales -casi treinta veces más que las ventas totales del brandy de Jerez y diez veces más que las del vino de Jerez en su conjunto-. Con el tiempo se verá si el magnate filipino es el revulsivo que necesita el brandy de Jerez. De ser así, podría plantearse rescatar aquel viejo eslogan de Fundador Domecq: '¡el coñac -ahora brandy- que está como nunca!'.
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