La Granja Agrícola y el ingeniero Gumersindo Fernández de la Rosa

Jerez en el recuerdo

GRAN parte de los terrenos donde se levantan las barriadas de Icovesa, Los Naranjos, Coronación, Juan XXIII, Santa Ana, Las Torres, Parque de la Serrana y Sagrada Familia, pertenecieron a la denominada "Granja-Escuela Práctica de Agricultura Regional"

La Granja Agrícola y el ingeniero Gumersindo Fernández de la Rosa
Antonio Mariscal Trujillo

14 de septiembre 2015 - 01:00

GRAN parte de los terrenos donde se levantan las barriadas de Icovesa, Los Naranjos, Coronación, Juan XXIII, Santa Ana, Las Torres, Parque de la Serrana y Sagrada Familia, pertenecieron antaño a la denominada "Granja-Escuela Práctica de Agricultura Regional". Dicho centro, conocido popularmente como "La Granja Agrícola", fue creado por Real Orden del entonces Ministerio de Fomento del 3 de diciembre de 1887, siendo su primer director el afamado ingeniero agrónomo Gumersindo Fernández de la Rosa. Pero antes de continuar conviene detenernos para ver una breve semblanza de este ilustre ingeniero, "alma mater" de aquel centro y que tanta importancia tuvo antaño para la mejora del cultivo de la vid en nuestra zona.

Aunque este personaje nació en Cádiz, siendo solamente un niño vino con sus padres a vivir a Jerez. Tras cursar con gran brillantez el bachillerato en el Instituto Provincial de nuestra ciudad marcha a Sevilla para estudiar jurisprudencia, carrera que abandonaría en el transcurso del segundo curso. Las estrecheces económicas por las que estaba atravesando su familia le obligaron a dejar sus estudios y regresar a Jerez.

Conocidas por parte del Ayuntamiento las mencionadas circunstancias familiares y las grandes cualidades intelectuales del joven, éste decide concederle una beca, la cual le permitirá marchar a la recién inaugurada Escuela Central de Agricultura de Aranjuez, donde se graduaría como Ingeniero Agrónomo en 1861.

A la creación en 1887 de la Granja Escuela de Agricultura en nuestra ciudad fue nombrado director de la misma. En ella realizó una gran labor investigadora, convirtiendo a dicha Escuela en un organismo modelo en el que se podía disponer de todos los adelantos técnicos y científicos de la época.

En junio de 1894 la terrible plaga de la filoxera que había entrado en España por la frontera francesa y había ido arrasando los cultivos de la vid por toda la península hizo su aparición en Jerez arrasando las vides del Marco. Los trabajos de investigación desarrollados en la Granja Experimental Agrícola por Fernández de la Rosa fueron decisivos en estas graves circunstancias. Nuestra zona vinícola pudo haber quedado en la más absoluta ruina durante muchos años, de no haber sido por las técnicas desarrolladas en el centro para el injerto de nuestras cepas con vides americanas resistentes a la plaga, por lo que tras un trabajo titánico permitió que en poco más de dos años se lograra obtener cosecha de uvas.

Otras facetas de Gumersindo Fernández fueron las de poeta, ensayista y articulista, siendo además un excelente orador. Sus conferencias y discursos atrajeron siempre a un numeroso público de expertos y profanos. Desde 1886 a 1895 ocupó también el cargo de director de la Biblioteca Municipal de Jerez, así como el de vocal de la Junta Local de Sanidad. Por sus méritos contraídos con la ciudad, el Ayuntamiento jerezano le distinguió con el honroso título de Hijo Adoptivo. Dejó publicados numerosos trabajos sobre viticultura y otros temas agrícolas y sanitarios en general en publicaciones como Boletín de Agricultura Técnica y Económica, Gaceta Agrícola del Ministerio de Fomento y El río Guadalete, entre otras. También fueron publicados algunos de sus magistrales discursos, tales como: La leyes y la agricultura, El rincón de Andalucía, La enseñanza agrícola en España, Sistemas de cultivos en las relaciones con la economía rural, etc.

Conocido al personaje volvamos ahora a la Granja Agrícola. Varios fueron los promotores de este centro para su puesta en marcha, pues además de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento jerezano, varios agricultores y determinados socios protectores aportaron su valiosa colaboración técnica y económica para hacer realidad este ambicioso proyecto. Uno de éstos socios protectores, Eduardo Freyre y Góngora, a la sazón alcalde de la ciudad, tuvo la generosidad de aportar los terrenos sobre los que materializar la iniciativa emprendida. La misión fundamental era la investigación, desarrollo y difusión de la agricultura de nuestra región

La finca, lo suficientemente extensa como para poder desempeñar su cometido, se denominaba "La Serrana" y, abarcaba una superficie de 47 hectáreas, de las que 24 eran tierras de labor, 11 de olivar, 8 lo eran de viña y 4 más de usos diversos. Desde su fundación, se desarrollaron allí las más variadas actividades de experimentación y mejora agrícola. En 1882 el centro es dotado de una estación meteorológica, conservándose en sus archivos desde entonces todos los datos medidos día a día, en ella. Años después la finca es ampliada al incorporársele la denominada "Huerta de la Cabra Coja". Su fin era el de establecer un centro de investigación y desarrollo de viñedos que fuesen resistentes a la filoxera, plaga que, como antes vimos, había arrasado por completo unos años antes todas las viñas del marco.

A finales de los años cincuenta del pasado siglo XX, la Granja Agrícola enajenó estos terrenos adquiriendo otros, como el denominado Rancho de la Merced, quedando en este lugar sus antiguas edificaciones, situadas donde hoy se alza el colegio de los Salesianos, más concretamente en el lugar que ocupa el campo de fútbol Don Bosco. Desde ese momento, las tierras del pago de "La Serrana" quedaron disponibles para la expansión urbana. Tras unos años sin uso en los que dichos terrenos sirvieron como campo de entrenamiento a soldados y maquinaria del Regimiento de Artillería 74, se comenzaron a construir las numerosas barriadas que desde entonces allí pueblan. La Granja Escuela Práctica de Agricultura abandonaría definitivamente las tierras de la Serrana en diciembre de 1965, pasando una parte de sus actividades a la Estación de Viticultura y Enotecnia de la calle Córdoba, haciéndolo el resto a la Estación Experimental del Rancho de la Merced en la carretera de Trebujena. Una pena que aquella Escuela Práctica de Agricultura Regional no se hubiese transformado con el tiempo en Escuela de Ingenieros Agrónomos, con lo que ello hubiese supuesto para Jerez.

Fuentes: Yánez y Martínez Allier, J., Jerez en lo pasado y en lo presente, Imp. El Guadalete, Jerez 1892; León Díaz, L., Siluetas Jerezanas. Litografía M. Hurtado, Jerez 1897; Pemartín, J., Diccionario del vino de Jerez, Ed. Gustavo Gili, Barcelona 1965; Cuevas, J. y J., Vida y milagros del vino de Jerez, Grafibérica, Jerez 1979; García del Barrio, I, La tierra del vino de Jerez, Jerez 1979. Mariscal Trujillo. A., Alrededor de Jerez, Editorial EJE, Jerez 2004; Id. Jerezanos para la historia. Ed. El Laberinto, Jerez 2006

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