Hartos de bicis y de patinetes por la acera
Centro de Jerez
“Las aceras de Porvera parecen a veces el mismo Tour de Francia”
La hostelería protesta ante el riesgo de atropellos en zonas peatonales
Jerez/El Gobierno de la nación quiere regular la utilización de los patinetes en la vía pública. Lo hará, una vez más, después de que haya que lamentar un muerto sobre la mesa: una anciana que fue arrollada el pasado mes de agosto en Barcelona. El juicio por tal incidente está en ciernes.
En Jerez hay voces que se levantan, pero lo hacen para denunciar tanto las prácticas de los conductores de patinetes como de los ciclistas. Y es que hay zonas en las que pasear se erige en todo un riesgo. Sobre todo en el centro.
Una de las calles más afectadas por este fenómeno urbano es la calle Porvera. Paco Toro, propietario del conocido Mesón Toro, asegura que “la situación es absolutamente insostenible”. No en vano debe aguantar “ver cómo pasan ciclistas a toda velocidad y conductores de patinetes a toda leche mientras pasan personas caminando y los camareros haciendo su trabajo, atravesando la terraza a toda velocidad”. No duda a la hora de manifestar que “la calle Porvera es una especie de mezcla entre el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta Ciclista a España”.
Una de las principales quejas de este empresario radica en que “hay señales que prohíben el tránsito de estos vehículos por la acera pero no hacen caso”. Es por ello que entiende que la solución pasa por “dotar a la zona de agentes de la Policía Municipal durante un tiempo que adviertan de las irregularidades y en caso de persistencia multen”.
Francisco Toro añade, y además con buen criterio, “que estos vehículos pueden provocar grandes daños personales, desde una cadera rota a un apersona mayor a un niño atropellado y, a todo ello, hay que unirle que ninguno de estos conductores tiene un seguro de responsabilidad civil que pueda responder en caso de un accidente”. Las quejas del empresario se elevan de tono incluso cuando apunta que “si se les llama la atención lo que suelen recibir a cambio es un insulto”. En este grupo se encuentran tanto los ciclistas como los conductores de patinetes eléctricos y entre los perjudicados “los camareros, que en ocasiones deben hacer verdaderos equilibrios con las bandejas mientras un vehículo a toda velocidad les pasa por el lado”.
El representante de la patronal hostelera provincial en la ciudad, Francisco Díaz, considera que la labor de las fuerzas del orden, especialmente de la Policía Local, está dando buenos resultados. No en vano señala que “en muchas ocasiones hay personas que van con sus patinetes y bicicletas a toda velocidad y los agentes municipales les paran. Les advierten de que lo que hacen está prohibido y en caso de reincidencia les multan”.
De otro lado de este problema se encuentra la Policía Local de Jerez. Un representante del sindicato mayoritario, el SIP, apunta a este periódico que “las normas apuntan a que deben circular por donde se les permita a la velocidad máxima de avance de un peatón”. Es decir, el patinete en cuestión debe ir al paso. Lo malo de todo ello es que rara vez se cumple. No en vano, el hecho de ir en un vehículo “sugiere una especie de fortaleza respecto al resto de usuarios de la vía a los que hay que adelantar por el simple hecho de que ‘yo’ voy sobre ruedas”.
En Jerez, según fuentes del SIP, “ya se han impuesto multas a ciclistas y a usuarios de patinetes que iban lanzados por las aceras”. Eso sí, se ha hecho después de que se les advirtiera con anterioridad o se les considerara reincidentes.
A 35 km/h, hasta 800 euros de precio y unas tres horas de carga
El verdadero problema de los patinetes radica en su potencia. Y cabría decir que en su precio. Se trata de un producto que se vende sobre todo a través de internet, si bien en los últimos meses se pueden encontrar en las grandes superficies. Pese a todo, se trata de vehículos muy especiales. No en vano, su potenciar suele rondar los 500 watios y la velocidad máxima oscila entre los 35 y los 45 kilómetros a la hora. Es mucho, realmente, para carecer de cualquier tipo de normativa legal. A día de hoy el usuario no necesita casco, ni seguro obligatorio, cuando los daños que puede provocar son prácticamente idénticos a los de un ciclomotor (aunque la masa del vehículo y el conductor sea sensiblemente menor).
Este medio ha podido tener constancia directa de que establecimientos tan especializados en las dos ruedas como ‘El Motorista’ no negocian con este tipo de vehículos unipersonales. Cabe destacar que los modelos habituales suelen tener un tiempo de carga de entre 2 y 3 horas y que poseen una autonomía de 35 kilómetros a lo sumo. Lo suficiente para poder moverse por una ciudad de tamaño mediano a lo largo del día. Los precios de un patinete de buena categoría van de los 400 a los 800 euros. Eso sí, ya se han detectado en China algunos de ellos que por precios entre los 1.000 y los 2.000 euros ‘vuelan’ hasta los 80 kilómetros por hora.
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