El Hospital de Jerez incorpora una técnica pionera de radiofrecuencia para el tratamiento de los miomas
Este procedimiento aporta, entre otras ventajas, una más rápida recuperación de la paciente, que regresa a su casa en el mismo día, y puede volver a su actividad habitual en dos o tres días
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Dimite Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, director del Hospital de Jerez
La Unidad de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Jerez ha implantado con éxito, por primera vez en la provincia, una nueva técnica para el tratamiento de los miomas mediante radiofrecuencia.
Este procedimiento es una alternativa a la cirugía más utilizada hasta ahora, y aporta, entre otras ventajas, una más rápida recuperación de la paciente, que regresa a su casa en el mismo día, y puede volver a su actividad habitual en dos o tres días.
Con la implantación de esta técnica desde la pasada semana, el equipo de Ginecología del hospital jerezano logra un tratamiento selectivo de cada mioma bajo control ecográfico. Se realiza de forma ambulatoria, con alta a la paciente a las dos o tres horas de la finalización del procedimiento, que se realiza en diez minutos aproximadamente y consiste en la aplicación de calor mediante una aguja guiada mediante ecografía.
Esta técnica está indicada en pacientes sintomáticas con miomas menores de siete centímetros y que produzcan algún tipo de distorsión de la cavidad endometrial (donde se produce la menstruación y se implantan los embarazos).
El mioma es un tumor benigno que crece en el tejido muscular uterino detectado en mujeres en las que es posible optar por la conservación del útero. Se trata de masas o formaciones anómalas de tejido que se originan en el útero, el aparato reproductor femenino, pudiendo afectar a entre un 40% y 50% de las mujeres en edad fértil.
Aunque sean de de carácter benigno, no los exime de riesgos y que puedan provocar numerosos problemas, tales como dolor, sangrado vaginal anómalo y disminuir la fertilidad y dificultar el embarazo. Sus síntomas se pueden controlar con tratamiento farmacológico, si bien en algunas ocasiones, debido a su tamaño, peso o localización, los facultativos consideran necesario proceder a su extirpación para evitar las complicaciones aparejadas existentes y mejorar la calidad de vida en la paciente.
Con este procedimiento, se disminuye el volumen del mioma y de los síntomas asociados al exceso de sangrado, lo cual se consigue entre dos y doce meses después del tratamiento.
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