Insomnio otoñal: cómo afrontarlo
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Con la llegada del otoño, el ritmo circadiano de muchas personas se altera, pues hay una menor presencia de luz y, en consecuencia, el insomnio se vuelve más frecuente en ciertos perfiles de personas, como los mayores o quienes están sometidos a un alto nivel de estrés.
Quizás sea un dato desconocido, pero la vitamina D – que proporciona el sol– sirve también para regular el sueño, y su carencia puede causar estragos en la calidad del descanso nocturno. Este puede ser mucho menos reparador a causa de los continuos despertares o por quedar desvelado.
Así, un estudio publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine corroboró lo anterior tras comparar la calidad del sueño de varios trabajadores durante 27 días. Algunos de ellos ocupaban oficinas sin ventanas, mientras que otros se encontraban en espacios que recibían una adecuada luz solar. La investigación demostró que estos últimos, al llegar la noche, descansaban mucho mejor que los primeros. Por lo tanto, parece claro que la exposición al sol puede ser decisiva a la hora de conciliar el sueño.
De todo esto se deduce que pasear bajo el sol y las frecuentes exposiciones al astro rey pueden hacer mucho por mejorar la calidad del descanso. No obstante, también se puede disponer de pastillas naturales que incorporen melatonina, una hormona que regula el sueño y que pueden servir para tal fin.
También, en el caso de que el insomnio sea persistente, es recomendable optar por las siguientes pautas:
- Practicar la meditación, ya que ayuda al cerebro a relajarse y encarar, en consecuencia, el momento de irse a dormir de manera más tranquila.
- Apagar los aparatos electrónicos, especialmente el ordenador o el móvil, una hora antes de ir a dormir.
- Reducir la entrada de luz en el dormitorio como iluminación del exterior o lámparas innecesariamente encendidas.
Lo cierto es que no poder dormir correctamente afecta al rendimiento diario, al humor y, por supuesto, a la salud. Se estima que entre un 10 y un 15 por ciento de la población adulta padece insomnio crónico, y que entre un 25 y un 35 por ciento lo ha padecido de manera puntual debido a circunstancias concretas como el estrés.
Por lo tanto, no dormir adecuadamente puede motivar la necesidad de acudir a un médico, pues no hay que olvidar que el sueño permite eliminar las toxinas del cerebro gracias al sistema glinfático. Tanto es así que, tras 17 o 19 horas sin pegar ojo, las tareas cognitivas pueden compararse a los efectos de haber consumido importantes cantidades de bebidas alcohólicas.
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