Jerez, la ciudad redonda

Cine

El equipo de la película ultima el rodaje en la ciudad y desvela algunos detalles de su grabación

Imágenes del rodaje de la película 'El verano que vivimos' en González Byass / Manuel Aranda
A. Cala

11 de septiembre 2019 - 04:00

Jerez/‘El verano que vivimos’ habla de una ciudad con curvas. Formas redondeadas que han sorprendido al director de la cinta, Carlos Sedes, que rueda en la ciudad desde principios de agosto. “La película se cuenta a través de la mirada de un arquitecto, que juega en líneas. Cuando llegamos a Jerez nos dimos cuenta de que era redonda, más redonda de lo que creíamos, en cómo son sus pagos, sus formas... Y a partir de ahí empezamos a diferenciar las dos historias narrativas, la de 1998 con líneas rectas, y la de 1958 con curvas. Y me sorprendió mucho. Me pareció maravilloso ese pequeño descubrimiento que yo me imaginaba mucho más recto”, relataba Sedes este martes en un encuentro del equipo de la película con los medios de comunicación en las bodegas González Byass.

“El campo –añadía– tiene algo de western, de esos primeros conquistadores, e intentamos que hasta los objetos cuenten el paso del tiempo. Y creo que también está en cómo se elabora el vino y en la arquitectura. En que perdure al paso del tiempo y de eso habla mucho también ‘El verano que vivimos’”.

“Desde el hotel hasta el rodaje ha sido todo muy agradable. Hemos estado como en casa. Y esperábamos derretirnos de calor y hasta en eso hemos tenido suerte. Ha hecho muy buen tiempo y así ha sido más cómodo trabajar”. Respecto al vino de Jerez, “nos hemos puesto las pilas a todos los niveles y lo que hemos hecho es escuchar a los que saben. Así que hemos tenido la suerte también de contar con un asesoramiento musical por parte de Jesús Méndez, a la hora de introducir música local. Nos hemos empapado de todo para que en la película se pueda ver”, apuntó.

Sedes confía en que el jerezano “se sienta reflejado, que se refleje esa esencia de Jerez. Al final, lo que pasa aquí es algo eterno, es una historia de amor, aunque sea en poco tiempo, que ojalá nos pase a todos una o muchas veces, pero que suceda. Me gustan mucho ‘Los puentes de Madison’, ‘Tomates verdes fritos’..., referentes de una película clásica, bella, que habla de algo muy pequeño como puede ser la amistad, el amor o la traición”.

Sedes espera que con el trabajo de todo el equipo “la película haya crecido mucho, tanto en fondo como en forma. Es la intención”. Subraya que el trabajo con la figuración ha sido “muy bueno, y es que hemos trabajado en numerosos espacios como en un tabanco, la calle, la viña... También la actriz y presentadora María Espejo nos ha ayudado bastante en lo que es el acento para acercarlo a la pantalla, porque nos parecía muy bonito que de algo local naciese una película”.

El actor Javier Rey, que no conocía la ciudad, reconoció que estar en Jerez ha sido “una gran fortuna y, sobre todo, estar rodeados de su gente, que son sus mejores embajadores, que nos han explicado todo de Jerez. No hemos encontrado un fallo”. Su personaje es Gonzalo, amigo de Hernán (Pablo Molinero), invitado por éste a su bodega. Se deja empapar por la vida aquí y asegura que su personaje “es una bendición porque venía de algunos papeles un tanto oscuros, así que lo estoy disfrutando mucho”.

Blanca Suárez confesó que han tenido poco tiempo para recorrer la ciudad porque el rodaje les ha dejado “poco espacio para ello”. “Pero nos han acogido muy bien y nos hemos sentido como en casa”. Su personaje es Lucía, que pertenece a una familia bodeguera y está prometida con Hernán. Es una apasionada de lo que hace, adelantada a su tiempo y que se remanga la camisa para trabajar en la viña. Una apasionada de la vida, también. “Es una película muy épica y hemos recurrido a lugares de ‘Memorias de África’, ‘Los puentes de Madison’... a historias épicas a la vez que pequeñas, porque juegan con sentimientos pequeños. Una mirada aquí es como una explosión”.

Por su parte, Pablo Molinero interpreta el personaje de Hernán Ibáñez. “Un reto hacer alguien de aquí, alguien que en el Jerez de los 50 tiene una visión de emprender un negocio internacional. Muy característico de la tierra, alegre, apasionado, amigo de sus amigos, apasionado del vino, la familia... Encarnarlo ha sido un reto, desde el acento, que es un mundo, hasta mi relación con el vino y conocerlo bien, así como su relación metafísica. Tomarlo ha sido un éxtasis. De retos vive el hombre y el acento ha sido uno de ellos”.

Los actores aseguran que se llevan de Jerez “un recuerdo increíble, donde hemos vivido cosas maravillosas. Y para todo el equipo, también. Ha sido una gran familia muy especial. El jerezano además nos ha hecho partícipe de todo lo suyo. Jerez es un personaje más de la película y sale increíble. Además, es un viaje en el tiempo y es que muchos jerezanos no conocerán al Jerez de entonces”.

La directora de vestuario, Helena Sanchís, contaba la intensa búsqueda de documentación, “de cine de entonces, de revistas. Mucho trabajo pero muy bonito de hacer. Muy disfrutón. Son dos épocas, los 90 y finales de los 50, algo que es un regalito para el vestuario siempre. Y rodar aquí, en Jerez, que es otro regalo. Y es que la figuración ha sido espectacular, a diferencia de otros lugares en los que hemos rodado”. Un vestuario que busca no destacar, “porque no es una película historicista. El ejercicio que hemos hecho es muy diferente al que se hace para televisión. Es un vestuario de época, fiel a ambas épocas, pero se trata de acompañar silenciosamente, no tiene que subrayar. Debe ser una cosa ligera, que apoye, pero que pase desapercibido. A los personajes se les viste según su personalidad, pero el vestuario acompaña la historia, no tiene que pesar”.

Confiesa que le ha gustado vestir a todos los personajes, pero reconoce que vestir a Blanca Suárez “ha sido muy divertido, vestirla de trabajadora, de bodeguera... Llevamos mucho tiempo trabajando juntas y aquí hemos cambiado de código radicalmente, y eso siempre está bien”.

Por su parte, el director de fotografía, Jacobo Martínez, subrayó que como trabajo previo han visitado la ciudad en distintas épocas, “y la sensación con la que nos vamos es de haber conocido bastante bien Jerez, y espero que eso se refleje en la película, al igual que Andalucía. Para ello era importante que nos empapásemos mucho de lo que era Jerez y para ello hemos tenido bastante asesoramiento. Espero que lo hayamos conseguido. Las localizaciones han sido fantásticas y la gente nos ha ayudado mucho, algo muy importante cuando ruedas en exteriores”. Destaca “las increíbles puestas de sol, el clima maravilloso, un agosto que no hemos sufrido. Si me tengo que quedar con algo es con los rincones de Jerez”.

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