18:00 horas: en Jerez se cierra el telón

Jerez | Coronavirus

Recorrido por el centro la primera tarde en la que se restringe el horario de las actividades no esenciales, que son esenciales y claves para la economía de la ciudad

Jerez cierra a las seis de la tarde comercio y hostelería por el toque de queda
Un comercio de la calle Larga, cerrando a las seis de la tarde, todavía con la luz del día. / Miguel Ángel González
D.L.M.

10 de noviembre 2020 - 20:30

Jerez/Las seis de la tarde: se cierra el telón del centro, cuya animación corresponde tradicionalmente a esas actividades ahora calificadas como no esenciales pero que son claves para la economía de la ciudad, ahora estrangulada con la limitación horaria al comercio y a la hostelería, que son los latidos del corazón de Jerez por las tardes, cuando oficinas, bancos y empresas públicas han cerrado.

El toque de queda para las actividades no esenciales llega cuando antes empezaba la tarde, después de la sobremesa que por estos lares se alarga bastante;esto no es Europa y pocos comercios abrían pronto por la tarde -a las cinco los más tempranos-, pero ahora hay que adaptarse a la 'nueva nueva normalidad' y estirar los horarios en jornada continua aunque todo va a depender de la clientela: el temor es que el cierre tan temprano retraiga a los consumidores y lo poco que queda ahora de tarde sea estéril, como para una tienda que no cerró a medio día para acabar con una caja de 20 euros. Una ruina...

Antes de las cinco de la tarde, poca gente había por la calle Larga y aledañas; bares abiertos y de todo en los comercios: desde los que anunciaban que no abrirían por la tarde durante estos 15 días de cierre vespertino hasta los que no habían cerrado al mediodía, tratando de facilitar horas de apertura a la clientela y buscando que el daño fuese el menor posible.

El horario continuado es habitual en las tiendas de ropa pero se ha extendido a negocios de juguetería, joyería, telefonía y otros, aunque en pocos se veía el movimiento que propietarios y empleados hubieran querido.

El experimento del primer día habrá que calibrarlo con el paso de las jornadas: "Hemos tenido la clientela normal hasta las dos de la tarde. De ahí a las cinco, muy poca gente. Después se ha animado algo pero ahora tenemos que cerrar a las seis". Será cuestión de acostumbrarse, tanto los dependientes como la clientela, por estos pagos muy poco acostumbrada a ir de compras a las tres o cuatro de la tarde salvo esos sábados previos a fiestas que incitan al consumismo. Y con la crisis que estamos pasando, al contrario: el gasto se controla aún más.

Los autobuses, por el momento, mantienen sus horarios habituales aunque a primera hora de la tarde el flujo de pasajeros era mínimo, como los clientes de las terrazas. Un encargado en la calle Larga clamaba contra el cierre: "No entiendo cómo se pueden servir comidas pero no cenas ni por qué se cierra a las seis de la tarde. No es una solución, se quedan a medias. El virus lo transmite la gente, no los bares. Y la gente puede estar en la calle desde las seis hasta las diez. Para esto, haber mantenido el confinamiento más tiempo hasta tener al virus controlado. Esto va a acabar con muchos trabajos", y la queja común de los perjudicados: "Y sin ninguna ayuda...".

En efecto, locales emblemáticos del centro como La Moderna o La Maceta cerraron antes de las seis, porque no les compensaba tener abierto. También hubo algunos negocios que abrieron a las cinco para estar una hora abiertos al público.

El primer día ha habido de todo: bares que cierran antes y comercios que abren a las cinco

Además de los hoteles, acosados sobre todo por el cierre perimetral, de los más perjudicados son los bares de copas, cuyo horario de apertura -sobre las cuatro de la tarde como muy pronto- les deja con un margen mínimo de negocio, por lo que muchos han decidido no abrir durante estos quince días, hasta el 23 de noviembre. Otros van a esperar a ver cómo les va en los primeros días para calibrar si les merece la pena un par de horas de apertura y también los hay que cerrarán de lunes a jueves esperando que viernes, sábado y domingo puedan hacer algo de caja.

"¿Qué creen, que los jóvenes se van a quedar en casa de seis de la tarde a diez de la noche? Estarán en la calle, seguro", afirma Pedro, propietario de un local de copas que en principio va a abrir un par de horas estos primeros días "a ver cómo va la cosa", pero "si no hay caja, tendremos que cerrar" con empleados dados de alta "y sin ayudas...".

En la calle San Pablo había algunos establecimientos abiertos, pero con poca gente; otros cercanos, como el Café Central, ya han decidido no abrir esta quincena.

Mientras, la hostelería de España ha convocado concentraciones en todo el país para el jueves, a las 11:00 horas delante de las delegaciones del gobierno o los ayuntamientos.

Ha pasado apenas media hora del toque de queda para las actividades no esenciales y una pareja de la Policía Local vigila, con la flexibilidad que aconseja el primer día, que tiendas y bares estén cerrados. También han tenido que indicar a los vendedores de la ONCE que se retiren, ya que no son actividad esencial. Tampoco las administraciones de lotería, que solo abren por la mañana. Hay algo más de margen para negocios como la churrería de la calle Doña Blanca, que cierra a las seis pero hasta las ocho de la tarde "servimos para llevar".

Pasadas las siete de la tarde, ahora sí, el centro se ha quedado casi sin alma. Es Jerez pero casi sin jerezanos. Y más allá no mejora el panorama y la imagen poco a poco va pareciéndose a la de un domingo por la tarde, con todos los comercios cerrados y ahora, también, los bares y restaurantes. Por delante, doce días más para calibrar si el perjuicio a la economía local ha merecido la pena, lo que dirán las cifras la pandemia. Todos esperan que así sea, porque como el toque de queda a comercio y hostelería se prolongue, la sangría va a ser de cuidado...

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