A un paso de la sequía de los 90
Meteorología
La falta de precipitaciones coloca a Jerez cerca de aquellos cortes de agua que se prolongaron durante más de tres años
Los Hurones está ya a punto de llegar a su mínimo histórico.
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La situación de los embalses de la cuenca del Guadalete-Barbate se acerca a los mínimos históricos. El déficit de precipitaciones acumulado en los últimos cinco años y las pocas lluvias existentes en los dos últimos meses, en especial diciembre que suele ser un mes bastante lluvioso en Jerez y que ya el pasado año compensó de alguna forma la carencia, han levantado la preocupación a todos los niveles, pues muchos ya recuerdan aquellos cortes de agua de la década de los noventa que durante tres años convivieron en el día a día de la ciudadanía.
Sólo un final de invierno y una primavera lluviosa (en concreto hablamos de unos trescientos cincuenta litros en los próximos meses) podrían salvar un tanto la situación, que se asemeja cada vez más a la de principios de los noventa, la peor que se recuerda a nivel hídrico en las últimas tres décadas.
Desde entonces ha habido periodos de escasez de precipitaciones, si bien es cierto que no tan continuado.
A día de hoy, en el año hidrológico, es decir, el comprendido desde el 1 de septiembre al 31 de agosto de cada año, se han recogido 221 litros en Jerez, lo que suponen 136 litros menos con respecto a la precipitación normal en estas fechas, que suele ser de 356 litros.
Hay que recordar que según la AEMET, en el histórico 1981-2010, la media de precipitaciones por año en Jerez es de 570, un dato que, como se puede comprobar en las últimas estadísticas, ha disminuido notablemente en estos últimos años, de tal forma que muchos meteorólogos, utilizando las cifras de más recientes, hablan ya de que la media está en torno a los 400 litros.
De cualquier forma, si tenemos como medidor el histórico de AEMET, es decir, los 570 litros por año, comprobamos que Jerez acumula cinco años seguidos por debajo de esta cifra, algo que también se ha repetido desde 2011 a 2017. Sólo en 2018, cuando se registraron 679 litros, cayó más agua de los normal.
A través de este hecho podemos comprobar la situación a la que hemos llegado hoy pues 12 de los últimos 13 años han tenido déficit de precipitaciones.
¿Por qué hubo cortes?
Tras un año 91 aceptable, con 625 litros recogidos, se encadenaron de manera consecutiva cuatro años secos (1992, 93, 94 y 95). A ello tampoco ayudaron las infraestructuras de entonces, pues por ejemplo, el pantano de Guadalcacín (cuyas obras de ampliación a los 800 hectómetros cúbicos actuales se hizo durante ese periodo de sequía) quedó inutilizado desde el verano del 93, al estar su capacidad por debajo del nivel aconsejable para el consumo.
Ante tal panorama, los Ayuntamientos de la quince municipios que componían la Zona Gaditana decidieron, en marzo de 1992, iniciar las restricciones.
Así, a partir de esta fecha, Jerez, Cádiz, Algar, Conil, Chiclana, Chipiona, Arcos, Medina Sidonia, Paterna, Puerto Real, El Puerto de Santa María, Rota, San Fernando, Sanlúcar y Trebujena comenzarían a cortar el suministro de agua desde las 23 horas a las 7 horas, buscando así reducir el consumo en un 30%.
Fue exactamente el 16 de marzo de 1992 cuando se produjo el primer corte de agua, cortes que se prolongarían durante tres años y medio. Ese mismo día, Diario de Jerez publicaba que el pantano de los Hurones, que entonces contaba con 61.000 hectómetros, menos de la mitad de su capacidad actual, no se encontraba en una situación similar desde 1976.
Con la política de cortes en marcha y viendo que las precipitaciones no llegaban en la medida necesaria, en enero de 1993, las restricciones se ampliaron dos horas, de tal forma que la ciudadanía se quedaba sin agua a las 21 horas y no la recibía hasta las siete de la mañana del día siguiente.
A pesar de las medidas, el agua seguía sin venir, convirtiendo este periodo, junto a la histórica sequía de los años cuarenta, en uno de los más complicados en la zona.
En junio de 1995, el pantano de los Hurones estaba ya al 9,7 de su capacidad. Así se recoge en la prensa de la época, que hablaba de que con dos o tres puntos menos, tampoco podría utilizarse para el consumo.
Fueron más de tres años, tiempos difíciles para la vida diaria de muchas familias y sobre todo para el turismo en plena temporada estival, pues muchos recuerdan todavía aquellos meses veraniegos en los que, pese al calor, había que volver de la playa antes de las nueve para poder ducharse. La vida, de algún modo, cambió durante aquel periodo para muchos jerezanos, y quizás de aquella experiencia, muchos son hoy por hoy muy conscientes de la importancia del agua y de que debemos cuidarla al máximo.
La historia se repite
Además de un periodo de tiempo similar, la sequía que asola la zona en este 2024 empieza a tener ciertas similitudes a otros aspectos de aquella de principios de los años noventa.
En septiembre de 1995, se anunciaba que el manantial de Tempul se había secado por completo, una circunstancia que obligó a los vecinos de San José del Valle a buscar otras alternativas para el consumo de agua. Llegaron entonces los tiempos de los camiones cisternas, que camparon durante meses por la localidad para abastecer a la ciudadanía.
Hoy por hoy, la situación en el manantial de Tempul es similar, pues se encuentra casi seco. Es más, el pasado mes de junio, San José del Valle estuvo un tiempo con restricciones debido a unas obras a realizar para tratar de solventar una circunstancia que se lleva arrastrando durante décadas. Actualmente, no hay restricciones, pero sí, como ocurre en Jerez, se ha bajado la presión del agua.
La historia se repite también en el estado de los pantanos. Aunque bien es cierto que no se tienen datos sobre la capacidad de los embalses de la cuenca Guadalete-Barbate hasta 1999, las cifras a día de hoy demuestran que nos acercamos casi sin remedio a la situación de aquella década.
Así se constata en los datos que arroja la Red Hidrosur, donde en la actualidad, el pantano de Guadalcacín, con una capacidad de 800 hectómetros cúbicos, está al 16,1% (129.12 hectómetros cúbicos), es decir, se encuentra a una décima de su mínimo histórico, cifrado en octubre de 1999. Justo hace 10 años, un 28 de enero de 2013, el mismo embalse registraba 620, otro indicativo del problema que se avecina.
El de Bornos está al 10%, y su mínimo histórico fue del 7%; mientras que el del Gastor se encuentra al 4,4%. El de Los Hurones, por su parte, llega al 30%, siendo su mínimo histórico el 16%, cifrado también en octubre de 1999.
Además, de las restricciones, la sequía provocó la intervención de la Junta, que a través de barcos logró transportar miles de litros de agua desde Huelva a Cádiz, una circunstancia que evitó que los cortes de agua fuesen a más. El transporte de agua comenzó en agosto y se prolongó durante varios meses.
Aquella sequía prolongada de los noventa se truncó de pronto en 1996, sin lugar a dudas, uno de los años más lluviosos desde que se tienen registros. Cayeron en Jerez durante dicho año la friolera de 1.412 litros, provocando inundaciones y diversos problemas en toda la comarca.
Dentro del histórico, sólo los 966 que se registraron en 2010 se acercan lejanamente. En cambio, desde principios de los noventa, el año más seco de todos ha sido 2015, cuando solamente se llegó a los 199 litros de enero a diciembre.
A la espera de la ordenanza
El gobierno local aprobó en diciembre la Ordenanza reguladora de las medidas excepcionales aplicables como consecuencia de la sequía, una ordenanza que se deberá aprobar en el próximo pleno municipal, pues todavía está en fase de exposición pública.
Dicha ordenanza incluía medidas relativas a la prohibición de uso de agua potable en una serie de casos, como riego de jardines, zonas verdes, viales, calles, llenado de piscinas, fuentes y estanques. Asimiemo, se prohibía el lavado con manguera de toda clase de vehículos, salvo si la limpieza se efectúa por una empresa dedicada a esta actividad.
Las infracciones muy graves están tipificadas con 3.000 euros; las graves, con 1.500 euros y las leves, con 750 euros.
La Junta, por su parte, todavía no se ha pronunciado al respecto, confiando en que las precipitaciones lleguen tarde o temprano, algo que si no ocurre a buen seguro que volverá a traer imágenes del pasado a la ciudadanía.
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