El vino de Jerez de 'ida y vuelta' vuelve a casa a bordo del Elcano
El buque escuela llega a Cádiz con las dos botas que González Byass embarcó por el 500 aniversario de la expedición Magallanes-Elcano
Jerez/Tras más de cinco meses de navegación, el buque escuela de la Armada 'Juan Sebastián de Elcano' regresó ayer a Cádiz, donde atracó con las dos botas de vino XC Palo Cortado 'de ida y vuelta' que González Byass embarcó en el nonagésimo crucero de instrucción para conmemorar la primera circunnavegación de Magallanes-Elcano hace 500 años.
Mauricio González-Gordon, presidente de González Byass; Antonio Flores, enólogo y master blender de González Byass; Joan Roca, chef del Celler de Can Roca y Juan Ruiz, jefe de sala y sumiller de Aponiente -grandes amantes ambos de los vinos de Jerez- estuvieron presentes en la llegada de este Buque Escuela. Un momento único que rememora la tradición del pasado de los 'vinos de ida y vuelta'.
El Juan Sebastián de Elcano zarpó el 11 de febrero del muelle de Cádiz con las dos medias botas del vino de la casa del Tío Pepe, un palo cortado de añada de 1990, como tripulantes de excepción en la conmemoración de la gesta de la histórica expedición española, la primera que completó la circunnavegación de la Tierra y que contó como testigo privilegiado con el vino de Jerez.
El libro de bastimentos que se conserva en el Archivo de Indias da cuenta del embarque en las naves de la expedición de 253 botas y 417 odres de vinos de Jerez al coste de 594.790 maravedíes.
En el acto público celebrado en la cubierta del buque escuela con motivo del embarque de las dos botas conmemorativas, el presidente de González Byass manifestó: "Queremos rendir homenaje a aquellos valientes que hace 500 años arriesgaron y en muchos casos perdieron sus vidas para ampliar los horizontes de España",
González Byass recupera de esta forma la tradición de los 'viajes redondos' de los vinos de Jerez, que los bodegueros jerezanos convinieron en llamar 'vinos de ida y vuelta'. Las bodegas comprobaron que sus vinos mejoraban con los viajes marinos de grandes descubridores como Colón o Hernán Cortés, en los que era común incluir el jerez, cuyo consumo se dejaba para el final por ser más duradero que otros vinos y que además servía de lastre, instaurándose con el paso del tiempo la práctica de los 'vinos de ida y vuelta'.
Los archivos de González Byass dan cuenta de estos 'viajes redondos' hasta 1862 con los que el vino llegaba a quintuplicar su precio. Tras la llegada ayer a puerto, a la firma jerezana le serán entregadas las botas el próximo martes en La Carraca de San Fernando, devolución que el comándate capitán de navío, Ignacio Paz García, se comprometió a realizar "con el vino intacto". "Me comprometo a devolver las botas el 11 de agosto, que no antes, cuando lleguemos a este puerto de Cádiz; y no sé si se quintuplicará su precio, pero podremos comprobar que el vino vendrá mareado, agitado y bien meneado", manifestó en el acto del embarque.
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