“Joaquín Marín tuvo una enorme visión de futuro”
Adiós a un hombre hecho a sí mismo
Hosteleros y amigos glosan la figura del propietario de 'La Cueva', "un hombre que formó a toda una generación”
Jerez/El presidente de los hosteleros provinciales, Antonio de María, recuerda que “Joaquín Marín fue uno de los socios fundadores de Horeca, que tiene siete asociaciones y una de ellas es la de restaurantes y cafeterías, en la cual estuvo”. Sobre su persona destaca que fue “un empresario autodidacta, un hombre capaz que a partir de una venta creó un grupo de empresas, un hotel que celebra hasta congresos y un restaurante al que van expresamente a comer personas de toda Andalucía Occidental”. El hecho de que apostara por un hotel en el entorno del circuito demuestra para Antonio de María “la gran visión de futuro que tenía”. Además, hay otro factor que destaca: “Se erigió en un perfecto anfitrión tanto de la Fórmula Uno como del Gran Premio de España de Motociclismo. El circuito no se entendía sin él”.
Otra faceta que destaca el presidente de Horeca es que “formó a muchísima gente del sector, les sirvió de maestro y profesionales que están repartidos por todo el país le tuvieron como maestro”. “En todo momento estuvo dispuesto a colaborar por la mejora de la hostelería, siempre a disposición de sus compañeros y de la ciudad de Jerez”.
Por su parte, otro hostelero que conocía bien a Joaquín Marín es Francisco Díaz, propietario de 'Don Tapas' en la calle Lancería de Jerez. “Fue un gran profesional de la vieja escuela. Por 'La Cueva' hemos pasado muchísimos profesionales que se hicieron allí”.
Francisco Díaz recuerda cuando él, en los años 70, iba con su padre a la cueva antigua “ya fuera a tomar el desayuno o para probar las tagarninas, espárragos, perdiz... productos del monte que servían como nadie él y su mujer”. Algo que destaca de él es que “siempre se reunió de buenos cocineros”.
Es indudable que la llegada del circuito ayudó a Joaquín Marín, así como que él ayudo también al circuito. “A partir del circuito nace el hotel y después montó varios negocios más. No cabe duda que ha sido un hombre muy importante para el sector turístico y un maestro para toda una generación de hosteleros”.
El circuito de Jerez fue una parte esencial de la vida de Joaquín Marín. No en vano, tuvo que armarse de valor y afrontar un enorme riesgo financiero para levantar su hotel junto al trazado. Pablo Fernández Salado, jefe de mantenimiento del circuito, lo conocía bien desde hace casi cuarenta años. “En los años 1983, 84 y 85 construimos el circuito y era allí, en el restaurante 'La Cueva', donde nos conocimos. El hotel vino después”.
“Joaquín era un hombre estupendo. Siempre al pie del negocio, en la barra, echado a un lado, esperando a los clientes y a los amigos. Si algo le caracterizaba era que trataba de tú a tú a todo el mundo”, destaca Pablo quien añade que “si tienes en cuenta de donde venía, de una venta que era una cueva, y ves lo que llegó a montar tan sólo puedes rendirte y reconocer que era un ejemplo y un trabajador incansable”.
A modo de anécdota el jefe de mantenimiento del circuito recuerda que “Joaquín fue el primero en montar un bar dentro del circuito. Lo hizo en la zona que queda más cercana a 'La Cueva', en lo que hoy justamente es el edificio del centro de coordinación”. A la hora de hablar de la relación que mantenía con las estrellas del motor, Pablo Fernández destaca que “por su negocio, que era su casa, pasaron las grandes figuras. Todo el mundo le apreciaba mucho. Me consta que Bernie Ecclestone le tenía un especial aprecio, que además era mutuo. Dicha relación con el mundo del motor se puede ver en las fotografías que cuelgan de las paredes de 'La Cueva'. Todos los grandes están allí inmortalizados junto a él”.
Poema al hombre que se creó a sí mismo
Me quedo sordo, mudo, ciego, manco.
No puedo mover la cabeza, se ha parado, está quieta.
¡Pero sigo vivo! ¡Tierra de por medio!,
la que haga falta, tierra sobre tierra,
amiga tierra, tierra mía.
Soy Joaquín Marín, hijo de una luna de olivos.
¿Te valen de algo mis piernas?
Puedo moverlas, caminar.
Puedo convencer con mi senda el paso de otros
que no saben caminar.
Yo he caminado mucho.
Y he dado muchas vueltas sobre mí mismo.
He andado sobre zarzas
y he curado la sangre de otros
antes que la mía.
He caminado sobre algodones y fuego,
llevando sobre mi espalda a hombres cansados, y a mí mismo.
He buscado la paz, para entregársela
al duende inquieto,
que soy yo mismo.
¿Qué más te puedo decir, amiga tierra?
Sólo una cosa: cuando te canses de mí,
conviérteme en un fruto seco,
que llene de vida y embrujo a quien lo merezca.
© Jesús Benítez
A mi Joaquín Marín (del alma) Octubre de 1998.
incluido en el libro 'Un desnudo premeditado' (2001)
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