Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
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Bodegas
Josep Roca es toda una eminencia en el mundo del vino, un gran referente para los profesionales del sector que le rinden pleitesía, como pudo comprobarse durante la reciente celebración en el Teatro Villamarta de la final internacional de la X Copa Jerez de maridajes entre alta gastronomía y vinos de Jerez, durante la que el equipo del restaurante Ambivium, que representaba a España, presentó una propuesta de armonía inspirada en el Celler de Can Roca, uno de los templos de la alta gastronomía española regentado por los hermanos Roca.
El éxito individual y familiar -mejor sumiller del mundo y mejor restaurante del mundo- no le impiden ser una persona llana, de trato cercano y accesible, un "tipo excepcional", según lo definen quienes lo tratan con cierta asiduidad, que atiende con la misma diligencia y sonrisa a un admirador que quiere fotografiarse con su ídolo que a un medio de comunicación que le aborda en pleno desarrollo de la competición de la que es presidente del jurado.
Quizás por eso, Pitu Roca, que acumula méritos más que sobrados para que el sector del vino de Jerez, al que profesa devoción, le dedique un monumento o para engrosar la nómina de Hijos Adoptivos de la ciudad, se ruboriza cuando se le pregunta por el particular.
“No, no, no -responde con las mejillas un poco sonrojadas-; me siento un compañero de vida de Jerez, un observador, un amante, un divulgador y me siento reconocido, por lo que no hace falta nada de eso. Es más, me siento muy agradecido por la suerte que tengo de poder venir aquí y sentirme como en mi casa”.
Todo un dechado de humildad, que corona con otra muestra de su entrega sin ambages a la causa del jerez: “Lo importante son los vinos de Jerez, la gente que vive del vino de Jerez y la conexión, en definitiva, de esta tierra con los grandes vinos del mundo y poder mostrar que desde aquí se hace una oda a un gran vino del mundo, que es todo lo que sucede en el Marco de Jerez”.
Durante su estancia en la ciudad, además de atender sus obligaciones como presidente del jurado de Copa Jerez, Roca ha participado en la presentación de nuevos vinos y otras actividades paralelas organizadas por las bodegas del marco, como si fuera omnipresente.
En este sentido, explica que la fascinación y adicción del jerez entre los grandes profesionales del vino y la gastronomía tiene que ver con “su capacidad de seducción desde un paisaje geográfico concreto, desde un paisaje humano que está detrás, desde un costumbrismo histórico que viene de lejos, de una historia que lo avala y de un vino que es generoso con mayúsculas”.
Durante la gran final de la competición de maridajes, el sumiller gerundense se mostró sorprendido por el nivel cada vez mayor de los participantes y su gran conocimiento del vino de Jerez pese a su juventud. Y es que, a su juicio, “es innegable la realidad de que la gastronomía de vanguardia desde mediados de los años ochenta hasta la actualidad, siendo España un foco gastronómico mundial, ha hecho crecer y mostrar que las armonías con jerez dan una suma que multiplica y, en este sentido, este avance de foco de atención de la cocina de vanguardia juntamente con unos vinos que tienen esa capacidad, ese embiste, esa fuerza, ese sabor humano, esa contundencia, intensidad, profundidad y complejidad hace que sea también un polo de atracción y que puedan ver esos vinos como posibles acompañantes de la cocina más sabrosa, más intensa, más yodada, más punzante”.
De la décima edición del concurso, la del 20 aniversario de Copa Jerez, concluye que, junto al aumento del nivel de los participantes, “hemos observado la consolidación del jerez como un vino que abraza las cocinas, que abraza las cocinas del mundo desde esos puntos de apoyo que tienen que ver con los puntos yodados de frutos del mar a la concentración de las salsas reducidas, a los conceptos vinculados a la soja, el umami, al mole en los que todos los sentidos térmicos altivos encuentran un aliado máximo en el jerez”.
Una oda al jerez, como la que dedicó junto al tenor jerezano Ismael Jordi en el brindis lírico maridado con unas copas de vino que se puso el broche al 20 aniversario de Copa Jerez en el Villamarta.
Y es que, a su juicio, “el jerez es ahora más poliédrico que nunca”, quizás porque “vuelve a revisitarse esa mirada del terroir de la bodega, pero también se empieza a descubrir el terroir del suelo, los pagos históricos y los vinos de pasto, que llevan también un acercamiento a esa mirada retrospectiva, pero con una mirada nueva”.
Una mirada nueva con gran arraigo, la de los vinos de pasto y sus elaboradores, que contempla como “una posibilidad de incrementar el valor, de aportar frescura, transparencia filosófica e histórica y un diálogo con los ancestros, pero también un mar de oportunidades para conectar con las jóvenes generaciones que nos esperan”.
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