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La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha comenzado a poner medios para frenar el llenado continuo del pantano de Guadalcacín, que ayer alcanzó los 713 hectómetros cúbicos de agua almacenados tras ganar en sólo una semana 40 hectómetros cúbicos. Guadalcacín había superado ayer el 89% de su capacidad total, calculada en 800 hectómetros cúbicos. La ralentización del trasvase del Guadiaro al Majaceite, que ha estado cerrado todo el fin de semana, y la disminución del caudal de agua que se está desembalsando en el pantano de Los Hurones se realizan con las miras puestas en el embalse más grande de la provincia, que continúa superando marcas históricas.
Todo es una cadena: el agua que se trasvasa desde el río Guadiaro al Majaceite llega al pantano de Los Hurones, que da de beber al millón de ciudadanos de la llamada Zona Gaditana; y lo que desembalsa Los Hurones llega directamente al embalse de Guadalcacín. Por ello, Medio Ambiente ya ha empezado a ralentizar el trasvase. Este fin de semana, por ejemplo, ha permanecido cerrado. Ayer volvió a ser abierto por la mañana, pero quedó de nuevo clausurado por la tarde. La ley que regula el trasvase marca en 110 hectómetros cúbicos el máximo de agua que se puede reconducir al año. Ayer esa marca estaba en 104 hectómetros cúbicos.
Y en cuanto a Los Hurones, ayer sólo se estaba realizando desagüe de fondo, a razón de 35 metros cúbicos por segundo. Como comparativa, el pantano de Bornos desembalsaba ayer 68 metros cúbicos; el de Arcos, 66; y el de Barbate, 44.
Pese a todo, desde Medio Ambiente se repite el mismo mensaje de tranquilidad: es muy difícil que Guadalcacín termine desaguando pero, si así fuera, el desembalse, jamás visto hasta la fecha, se llevaría a cabo con total normalidad.
La misma opinión tiene Alfonso Jurado, el ingeniero que diseñó el proyecto del embalse de Guadalcacín. Desde la lejanía, Jurado, ingeniero jefe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir hoy jubilado, mantiene que la presa, en el caso de que terminara desembalsando, "lo haría con una lámina de agua y no con tanta violencia como cuando se abren unas compuertas".
El embalse de Guadalcacín entró en funcionamiento en 1995. El ingeniero que lo proyectó echa ahora la vista atrás y afirma con rotundidad que "jamás nos pudimos imaginar que algún día veríamos el pantano desembalsando". A día de hoy, y pese a las continuas e intensas precipitaciones que siguen cayendo sobre la provincia, Jurado opina que sigue siendo difícil que Guadalcacín termine aliviando agua. "Son casi 100 hectómetros cúbicos los que aún puede almacenar y, teniendo en cuenta que ya estamos en marzo y que las lluvias deberían ir disminuyendo, no creo que lleguemos a ese extremo". Pero a renglón seguido muestra un deseo: "Claro que me gustaría verlo desembalsar. Ojalá. Sería algo histórico".
Sobre las consecuencias que traería ese desembalse, Jurado también rechaza cualquier alarma "porque la Agencia Andaluza del Agua seguro que lo tiene todo previsto". Aún así recuerda que la clave es que el río Majaceite, que conecta Guadalcacín con el núcleo rural de la Junta de los Ríos, en Arcos, y con el Guadalete esté limpio. "Hace 15 años ya dijimos que si el río estaba limpio no tendría que pasar nada; y ahora es lo mismo", subraya.
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