Lectura y prueba Escala
RECIENTEMENTE he colgado en mi blog (elbligdepepe.blogspot.com.es) un estudio que he realizado sobre las "Pruebas Escala de escritura, cálculo y lectura en Andalucía" que se aplicaron el curso anterior. Y, aquí también lo digo, creo que son un despropósito.
Las pruebas de evaluación de diagnóstico pueden ser útiles si se miden bien los contextos, los mecanismos de aplicación, se establecen correlaciones correctas, se complementan con valoraciones realizadas por los docentes en un informe guiado, se aplica una estadística ética y no solo numérica,... y son buenas. Esto último es fundamental: si la prueba no es buena, apaga y vámonos.
Las pruebas que se aplicaron el curso pasado no eran buenas ni en su concepción, ni en su ilustración, ni en su mensaje, ni lo son en su propuesta de aplicación, ni es necesario el formato tan caro, ni la medida del contexto es acertada... Y esto, que no es la primera vez que pasa, nos hace temer mucho no ya solo por las de este año, sino también por las reválidas que se van a aplicar.
Por ejemplo: el que las preguntas de las pruebas de comprensión lectora sean solo del primer nivel, esas en que las respuestas están tan explícitas que son más ejercicio de decodificación y memoria que de demostrar que se ha comprendido; o el error de poner dentro del bocadillo del niño que habla su nombre y, tras dos puntos, el texto que dice; o las ilustraciones que no completan o acompañan al texto verificándolo o interpretándolo, sino como decoración desafortunada;...
Y el contenido es preocupante: se habla de un cartel en el que se plasma cuántos libros lee cada niño en una especie de "ranking" de lectores; se habla de unos libros de títulos antiquísimos sin que se visualicen, solo los títulos; se habla de unos contenidos de biblioteca de aula enormes en cantidad y pobres en variedad; tantos libros que el docente no podrá controlarlos con soltura (conocerlos, haberlos leído, hacer que se pasen de unos a otros,...) a pesar de montar unas tertulias; un sistema de aumentar los fondos de la biblioteca de clase (¡más aún!) muy poco recomendados;...
Ir mirando todos estos apartados minuciosamente me lleva a estas conclusiones:
1º) Cualquier docente de 2º de Primaria podría elaborar una prueba mejor que esta.
2º) Las pruebas pueden ser fotocopiadas en los centros con un consiguiente ahorro por parte de la Consejería, que podría (con menos de la cuarta parte) financiar las fotocopias que luego les facturarían los colegios.
3º) Los contenidos de las pruebas no deben valer porque son como ejemplos, sino que deben ser lo más verosímiles posible.
4º) Cualquier publicación, y esta lo es, necesita de un editor (o editora, claro) que revise desde una perspectiva profesional el producto para que tenga, al menos, el mínimo de calidad que merecemos alumnado y profesorado.
5º) Si la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa no tiene nada más que ofrecer que esto, realmente está costando demasiado cara y habría que replanteársela.
(En la imagen, montaje con algunas ilustraciones de la prueba de 2015).
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