Listas de espera en las peluquerías para después del estado de alarma
Coronavirus en Jerez
El consumo de tinte para el pelo aumenta más del doble en las grandes superficies
Hay peluquerías que tienen ya listas de espera de más de ochenta personas
Después de 35 días de confinamiento, uno de los problemas con los que se encuentra la gente de a pie es el cabello. Sí, para muchos y muchas tapar las canas o recortarse el enorme volumen se ha convertido en un inconveniente, principalmente porque las peluquerías están cerradas.
Algo que se hubiera arreglado con aquella manida frase de ‘yo tengo un primo o una vecina peluquera’, pasa a ser un calvario, sobre todo para los que acostumbran a visitar este tipo de establecimientos al menos una vez por semana.
El cese de actividad o el ERTE, para los que cuentan con más personal, es la realidad este gremio, que en muchos casos no han desatendido al personal “porque nos llaman para preguntarnos cosas, sobre todo temas relacionados con los tintes”, explica Carlos Soto, propietario de una peluquería en la Ronda del Pelirón.
Y es que los tintes han pasado a ser uno de los productos más demandados en este confinamiento, creciendo su venta en España un 36%. Por poner un ejemplo, Mercadona ha reconocido que vende a diario el doble de tintes desde el 14 de marzo.
“Las llamadas suelen ser para preguntarnos algunas dudas para aplicarlo pero sobre todo por el color, ya que los que venden en los supermecados suelen ser más oscuros”, apunta Sandra Berraquero, de Peluquería La Quintana, situado en Manuel de la Quintana.
Sin embargo, las llamadas también suelen ser para pedir cita, pues se presupone toda una avalancha de clientes en cuanto el estado de alarma concluya. “Yo tengo ya más de ochenta personas en lista”, destaca Carlos Soto, uno de los muchos profesionales que cuentan ya con este tipo de listados para el futuro.
Las dudas se centran ahora en saber “cuándo podremos abrir pero también cómo va a ser la vuelta, si permitirán un número de personas o no sé”, recalca Sandra Berraquero.
De momento, con toda esta situación “el noventa por ciento de las personas son comprensivas, pero hay un 10% que no tienen conciencia de lo que está pasando, y te llaman para preguntar si puedes ir a su casa a cortar el pelo o si abro de forma ilegal”, reconoce Carlos Soto.
Esta práctica, pese a que el último decreto la recoge aunque sólo para “garantizar la atención o higiene de las personas más vulnerables que a menudo tienen dificultades de movilidad”, se sigue llevando a cabo estos días en la ciudad, de hecho, ya ha habido varias infracciones a locales que estaban abiertos y que suponían un riesgo para la salud.
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