Manos Unidas: cómo cambiar el mundo desde Jerez

Jerez/Bajo el lema 'El efecto ser humano. La única especie capaz de cambiar el planeta', Manos Unidas Jerez ha presentado este lunes su campaña para 2024, que pone su foco en la crisis climática y su efecto sobre la población más vulnerable. Desde la Diócesis de Asidonia-Jerez, la ONG ha elegido cuatro proyectos para llevar a cabo durante este año.

"Desde Manos Unidas hay un compromiso tradicional y permanente de acabar con la desigualdad de las personas que vivimos en este mundo. Desigualdad, no sólo de medios físicos, materiales y espirituales, sino también climática, del acceso a los recursos naturales y de las catástrofes medioambientales, que se agravan sobre todo en los países con menos recursos", apunta Elisa Montes, delegada local de Manos Unidas.

Montes estuvo acompañada por el responsable de Proyectos, Sebastián Castrillón; y el consiliario de Manos Unidas, Jesús Castro, que animó a los ciudadanos y parroquias a colaborar en esta campaña "muy necesaria. Una acción social de la Iglesia que es para todos, seas o no cristiano, para los que están lejos y cerca. Es para todo el mundo, literalmente. Es ayudar a los más necesitados".

Castro recordó que este 9 de febrero es el Día del Ayuno Voluntario y el domingo 11, la colecta de todas las parroquias irán destinadas a estos proyectos de la Diócesis. "Aquí, todos, cristianos o no, pueden ayudar a Manos Unidas. Es algo de todos". Asimismo, el sábado, 10 de febrero, se celebrará en la Iglesia de Santa Ana la misa de lanzamiento de la campaña, donde además estará presente una misionera, testigo vivo de la labor que se desarrolla en los lugares beneficiarios de las ayudas de Manos Unidas y del resultado del esfuerzo de estas iniciativas.

El presupuesto para los proyectos es de 202.438 euros, que la asociación espera que partan muchos de ellos de la recaudación de estos días, así como de la colaboración de socios y voluntarios.

Los proyectos

Guatemala: construcción de alternativas sostenibles de acceso al agua en comunidades indígenas, concretamente, en San Ildefonso de Ixtahuacán. Sólo el 30% de las familias tiene acceso directo al agua. Mujeres y niños son los encargados de transportarla. Al frente del proyecto estará el colaborador local Asociación de Formación para el Desarrollo Integral (Afopadi). Los beneficiarios directos serán 83.408 y los indirectos, 49.581.

Madagascar: derecho a la educación para adolescentes en la zona rural de Antshamarina. El objetivo es la construcción de una nueva escuela de Primaria, con cuatro aulas y su equipamiento. Sólo el 22% de los niños-jóvenes están escolarizados. Sólo el 7% llega a Secundaria. Al frente del proyecto estará allí un sacerdote diocesano. Beneficiarios directos: 162; indirectos: 700.

Chad-África Central: mejora de los servicios del hospital rural de Bebedjia. El 42% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. La salud se caracteriza por alta morbilidad y mortalidad causada principalmente por el paludismo. El sistema de salud pública es un desastre. Se llevará a cabo una renovación de dos equipos de análisis biomédicos, así como camas y camillas de hospitalización. El socio local allí son las misioneras combonianas, que se encargarán del proyecto. Beneficiarios directos: 3.680; indirectos: 20.000.

Eritrea: formación de mujeres para la mejora de la salud, higiene y nutrición en Barentu. Zona devastada por la guerra, donde los varones entre 18 y 30 años han sido reclutados o han fallecido. La mayor parte de la población civil son mujeres y niños. Eritrea tiene nueve grupos étnicos, la población es mitad cristiana y mitad musulmana. El 80% se dedica a la agricultura de subsistencia. La esperanza de vida es de 59 años y menos del 60% tiene acceso al agua potable. la propagación del Sida y la sífilis es elevado. El objetivo es formar en aspectos sociosanitarios a 360 mujeres jóvenes, entre 15 y 35 años. El socio local es Catholic Eparchy of Barentu. Beneficiarios directos: 360; indirectos: 2.160.