Miel: la calidad está en casa

Los apicultores de la provincia se enfrentan a la competencia de las importaciones de terceros países produciendo una miel de excelente calidad y comercializando ellos mismos sus productos

Daniel Guerrero, apicultor que regenta un puesto en la plaza de abastos donde comercializa sus productos.
Daniel Guerrero, apicultor que regenta un puesto en la plaza de abastos donde comercializa sus productos.

15 de abril 2010 - 01:00

La miel que se produce en la provincia de Cádiz es de una magnífica calidad, así como la de Andalucía en general, ya que además de su calidad innata, los apicultores están obligados a superar importantes controles sanitarios, lo que marca una diferencia abismal entre la miel autóctona, que es de absoluta garantía, y la que es importada de otros países.

Las mieles de importación están convirtiéndose en uno de los principales problemas con los que tienen que lidiar los apicultores andaluces y españoles. El Sector Apícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG- viene denunciando desde hace varios años la importación de miel a bajo coste y de dudosa calidad, hecho que genera una competencia desleal frente a nuestras producciones de calidad y provoca una presión a la baja de los precios en el mercado interior poniendo en peligro la rentabilidad de las explotaciones apícolas, además de comprometer la seguridad alimentaria de los consumidores.

Desde la Coordinadora también se denuncia que cada vez son más abundantes en el mercado español los productos sucedáneos de la miel etiquetados de manera engañosa para el consumidor.

Por eso, el sector, cuyo valor económico de los productos obtenidos de la colmena (principalmente miel, polen y cera) asciende a 61'52 millones de euros lo que representa aproximadamente el 0'44% de la Producción Final Ganadera y el 0'17% de la Producción Final Agraria, se encuentra en una situación difícil, con precios tan bajos que casi no superan los costes de producción. Las explotaciones profesionales pueden subsistir gracias a las ayudas agroambientales que reciben como contrapartida por su papel determinante en la conservación del entorno rural. Actualmente, unas 3.000 familias andaluzas viven de la apicultura.

En Jerez vive y produce miel un joven emprendedor al que no le ha dado miedo embarcarse en la aventura de de ser apicultor. Daniel Guerrero González, afiliado de la COAG Cádiz, produce, desde hace seis años, miel y otros productos de las abejas como polen, jalea real, meloja, cera y propóleo, "que este año se ha vendido muy bien con el tema de la gripe A, ya que se trata de un antibiótico natural que aumenta las defensas", explica.

Este trabajador autónomo tiene 200 colmenas repartidas entre la Sierra de Cádiz, Jerez -ribera del Guadalete- y un campo de producción ecológica en Sanlúcar, "donde, además, hacemos visitas guiadas para mostrar todo el proceso de producción de miel, con antiguas colmenas en funcionamiento", comenta Daniel Guerrero.

Su producción es de 5.000 kilos de miel al año. ¿Es rentable tal y como están los precios últimamente, bajísimos por las importaciones de terceros países? La respuesta es que sí. Y la clave es la siguiente: "Yo mismo comercializo mis productos. Es la única manera de que dedicarse a la apicultura sea un negocio rentable. Si tuviera que depender de intermediarios no me dedicaría a esto".

Guerrero lo tiene claro. Vende casi toda su producción directamente al consumidor en un puesto que tiene en el Mercado de Abastos de Jerez (puestos 6 y 7 -zona frutería-), así como también acude a distintas ferias de artesanía en distintos puntos de la provincia. Su miel se llama 'Apícola Floreal'.

En este sentido, desde COAG se está trabajando en la búsqueda de canales cortos de comercialización, para poder permitir envasar al pequeño productor su propia miel y venderla directamente con unas exigencias higiénico-sanitarias menores a las de las grandes industrias agroalimentarias.

Daniel Guerrero considera que a los apicultores hay que ayudarles, no tanto con las ayudas agroambientales, "pues a veces también hacen que baje mucho el precio de la miel", sino imponiendo controles sanitarios a las importaciones. Y lo explica: "Lo peor para el apicultor es la competencia de las mieles importadas, porque llegan a venderse a un precio bajísimo en los supermercados. Se trata de miel de países como China o Vietnam, que más de una vez han sido motivo de alertas sanitarias, porque no tienen el control sanitario necesario. Un ejemplo: nosotros en España tenemos prohibido tratar a las colmenas con antibiótico y, en estos países, esto sí está permitido. Cómo pueden dejar que nos lleguen estos productos, compitiendo además con los nuestros. Deberían pasar por los mismos controles y tener las mismas obligaciones que nosotros".

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