Muchada-Léclapart da a luz el primer vino biodinámico del Marco de Jerez
Bodegas
El vino blanco Lumiere 2022 sale al mercado con la certificación Demeter, que avala su compromiso con la agricultura biodinámica y la vinificación de mínima intervención
Otros dos vinos de la añada 2022 presentada este martes por la bodega sanluqueña, Etoile y Elixir, también lucirán en sus contraetiquetas la misma certificación
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El Marco de Jerez celebra la llegada de sus primeros vinos biodinámicos. La bodega Muchada-Léclapart ha presentado este lunes su nueva añada 2022, de la que forman parte tres vinos blancos que se rigen por los principios de la agricultura biodinámica y la vinificación de mínima intervención, avalados por la certificación Demeter.
Lumiere 2022, buque insignia de esta firma sanluqueña, es el primer vino blanco del Marco de Jerez que sale al mercado con esta certificación, símbolo de un compromiso máximo con la viticultura natural, que también lucirán las contraetiquetas de Etoile y Elixir 2022, junto al logo de la agricultura ecológica, que respalda el trabajo serio y comprometido con la mínima intervención tanto en la viña como en la bodega.
"Esperamos que sea el primero de otros muchos en el fomento de la fertilidad de la tierra, que es el futuro para nuestra región y nuestros hijos", explica Muchada-Léclapart.
La agricultura biodinámica supone un paso más de la agricultura ecológica, limitándose aún más el uso de productos fitosanitarios a los estrictamente minerales de contacto, y enfocando su atención en cómo cuidar el viñedo con el uso de plantas y estiércol de proximidad. Además defiende la sensibilidad del mundo vegetal a la luna, los planetas y las constelaciones.
Esta manera de trabajar la tierra fue inventada por Rudolf Steiner en 1924. En ella se resalta la importancia de la microbiología del suelo y la sensibilidad de las plantas como seres autónomos con fuerza interiores. A través de la ortiga, la milenrama, la manzanilla, la cola de caballo y otras plantas consiguen los elementos básicos que necesitan la tierra y las vides.
Grandes bodegas francesas trabajan con esta filosofía como la Romanée Conti, Domaine Lefleive o Nicolas Joly, que fue el primer vino blanco en Francia en alcanzar los 100 puntos Parker.
Alejandro Muchada, junto a David Léclapart, han apostado por esta viticultura desde su inicio en Sanlúcar de Barrameda. Han aprovechado la experiencia y los conocimientos del segundo de ellos en la materia, que desde 1998 trabaja en biodinámica en sus viñedos en la Champagne, siendo uno de los pioneros en esa zona tras Champagne Fleury. Desde 2016 Muchada y Léclapart buscan adaptar estas técnicas al contexto de la albariza y del clima atlántico del Marco de Jerez.
En su proyecto en Sanlúcar de Barrameda, en el Pago Miraflores, miman sus cuatro hectáreas de viñedo para conseguir la expresión más sublime de la uva palomino sobre las tierras de albarizas.
Su vino Lumière ha alcanzado grandes reconocimientos entre los críticos profesionales del vino con 95 puntos Parker, 96 puntos de la Guía Peñín y 98 puntos de la revista Decanter.
La certificación en agricultura biodinámica 'Demeter' es un sello reconocido mundialmente y especialmente valorado entre los amantes del vino. Tomaron el nombre de la diosa griega Deméter, que era uno de los 12 habitantes del Olimpo junto a Zeus. Era hija de Cronos y Rea, y hermana de Zeus, Poseidón, Hades, Hera y Hestia. Como diosa de la tierra, la agricultura y los cereales, era una de las deidades griegas más importantes.
Como curiosidad, de alguna forma esta diosa siempre ha estado vinculada con Sanlúcar de Barrameda, ya que su primer asentamiento estuvo vinculado a la construcción de un templo en época fenicia dedicado a Astarté, la diosa fenicia del amor y la fecundidad. Astarté como diosa madre se relaciona con la diosa egipcia Isis, la mesopotámica Ishtar y la griega Demeter.
Así, a Alejandro Muchada le gusta decir que “toda novedad no es más que un olvido”, y resalta que muchos de los principios de la agricultura biodinámica son los mismos que los de la viticultura tradicional del Marco de Jerez, cuando no se usaban herbicidas ni pesticidas ni rotavatos, y se fertilizaba la tierra exclusivamente con estiércol natural de proximidad, que además se enterraba en la tierra, como se hace en algunas de las prácticas biodinámicas.
Gracias a maestros viticultores de la vieja escuela como Juan Morales o Juan Peregrino que vivieron aquella época, Muchada ha podido conocer cómo se atendía a las lunas para las podas o las siembras, o como se usaban plantas como medicinas para los animales y las personas.
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