Socio 530

Música

Familia, investigadores y la Orquesta que lleva su nombre exigen en el cincuentenario de su muerte más reconocimiento del músico Germán Álvarez-Beigbeder

Sello conmemorativo del 50 aniversario de la muerte de Beigbeder.
Sello conmemorativo del 50 aniversario de la muerte de Beigbeder.
A. Cala

29 de octubre 2018 - 05:15

Jerez/En la lista de socios de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), don Germán ocupa el número 530. Este buen hombre nació en Jerez un 16 de diciembre de 1882 y falleció un 11 de octubre de 1968, es decir, hace ahora 50 años.

En su casa obtuvo por influencia de su madre, dedicación a la música y al piano. Los primeros estudios de música los realiza en su ciudad y luego en Cádiz, trasladándose posteriormente a Madrid donde completa su formación.

Desarrolla su carrera militar como músico, siendo director de la Banda del Regimiento de Infantería de Marina de San Fernando. Durante al menos tres años llega también a ser director del Conservatorio Odero de Cádiz, donde dirige un importante número de conciertos, tanto en el Gran Teatro Falla como en otras localizaciones.

Posteriormente, funda en 1930 la Orquesta y Banda Municipal de Jerez. Es conocido popularmente por sus marchas procesionales de Semana Santa, como por ejemplo ‘Cristo de la Expiración’, ‘Virgen del Valle’, ‘Amargura’ o ‘Cristo del Cachorro’, aunque también compuso himnos, marchas militares, pasodobles, obras religiosas, obras líricas, para pianos, así como obras sinfónicas, recuerdan desde el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, donde conservan algunas partituras y documentos del músico.

Parte de la partitura de ‘Calle de San Francisco’ que armonizó luego Beigbeder con una letra de Julián Pemartín de 1964.
Parte de la partitura de ‘Calle de San Francisco’ que armonizó luego Beigbeder con una letra de Julián Pemartín de 1964. / Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

Preocupado más por la música que por su propio ego, no insistió en luchar contra el sistema para que sus composiciones recorrieran el mundo, “no estaba aquí para eso. Sólo al final de su vida, antes de morir, se preguntó: ¿qué va a ser de mi música?”, cuenta su hijo José María.

Pues bien, 50 años después de que se hiciera la pregunta, el compositor sigue sin obtener una respuesta. “Su música, más que reivindicarse, necesita que se posicione en todo ese conglomerado de personajes y circunstancias que hemos tenido en el Jerez reciente. Jerez busca una identidad que ya perdió. Beigbeder tiene la misma entidad que Bonald, La Paquera, el pintor Paco Toro... Es terminar de insertarlo aquí, lo que hace que nuestra ciudad recupere esa identidad”, asegura el director de orquesta y profesor superior de clarinete Jaime Merodio, estudioso de Beigbeder, que próximamente presentará una obra sobre el músico jerezano con el Centro de Documentación Musical de Andalucía. “Espero que este libro abra nuevas líneas de investigación para el análisis de sus obras, su relación con la ciudad... que por espacio el libro no puede recoger”.

Merodio cree que más que un hombre poco dado a pelear, “lo que hizo Beigbeder fue capear con las circunstancias del momento. Vivió, tanto como militar como en su vida profesional civil, diversos momentos políticos y lo que quería era desarrollar su cometido como músico lo mejor posible”. Piensa que se ha hecho bastante hacia Beigbeder, “pero desde ángulos muy reducidos. Lo positivo sería deslocalizar su figura. Estamos viendo mucha recuperación de sus marchas procesionales, cuando tiene una música sinfónica y de cámara que son brillantísimas, así como la religiosa”.

José María, también compositor, asegura que gracias a Magdalena Garrido, presidenta de la Orquesta Álvarez Beigbeder, “estamos hablando de Beigbeder”, y se queja de que “ni este Ayuntamiento ni los anteriores nunca han hecho nada. Y gracias a esta mujer se oye su nombre porque si no, no saldría de la provincia”. Cuenta que tanto su hermano Manuel Alejandro como él “fuimos a México con la Orquesta Nacional, en los años 90, y le hicimos un homenaje. El entonces director, Enrique Bátiz, nos dijo que cómo es posible que estas sinfonías no se pusieran en todas las orquestas. Y es que ha habido mucha desidia”. De hecho, confiesa que un antiguo director de la Orquesta Nacional de España dijo en su día que la sinfonía ‘Rincón Malillo’ “no aportaba nada. Lo dijo sin conocer la partitura porque no les interesa estudiar cosas nuevas. La culpa de todo la tiene el propio maestro que no quiso luchar contra los demás, porque no había venido aquí para eso. Ya al final, antes de morirse se preguntó ¿qué va a ser de mi música? Y confiaba en nosotros. Hemos hecho bastante pero no lo suficiente. Se ha hecho poco por este cincuentenario. Mi padre es que no ha tenido mucha suerte”.

Tanto su familia como Magdalena Garrido confían en que los nuevos músicos entusiastas de Beigbeder sean los que mantengan su nombre de cara al futuro.

Un conocido director de escena jerezano también cree que es una “vergüenza que Beigbeder no sea reconocido en su tierra como merece, tal como lo es Falla en Cádiz”.

Tanto José María Álvarez-Beigbeder como la Orquesta están pendientes ahora de que se apruebe un proyecto que Magdalena Garrido ha presentado a la Fundación Autor en el que se haría una grabación de las 12 marchas más representativas de don Germán, interpretadas por la Orquesta Álvarez-Beigbeder y dirigida por su hijo José María.

Un documento de 1927, cuando Beigbeder era director.
Un documento de 1927, cuando Beigbeder era director. / Archivo histórico provincial de Cádiz.

Asimismo, en el ciclo que el Ayuntamiento tiene programado para Santa Cecilia en noviembre se contemplan conciertos, mesa redonda, sesiones didácticas dedicadas a Beigbeder, que hay quien se queja de que es para “salvar el expediente”.

También, incluido en el XVI Festival de Música de Cádiz y en homenaje al doble Aniversario Beigbeder (50 aniversario de la muerte de Germán y XX Aniversario de la creación de la Orquesta Álvarez-Beigbeder) se ofrecerá el Concierto ‘Beigbeder Sinfónico’ el domingo 18 de noviembre en el Teatro Villamarta, con asistencia de su familia. Antes de empezar el concierto se presentará al público jerezano los sellos de Correos editados en homenaje a estos dos aniversarios.

Una avenida y una placa en la casa de la calle Corredera en la que nació no son suficientes para reconocer su figura. “Nosotros por Beigbeder hemos hecho lo que hemos podido, sin recursos ninguno. La Orquesta ha llevado su nombre por todo el mundo. Lo que sí queremos es que se le haga un busto, pero desde el Ayuntamiento nos dicen que tiene que ser sufragado por empresas o por suscripción popular. Las instituciones deberían volcarse más, aunque Diputación de Cádiz sí ha colaborado en lo que ha podido y algo la Junta”, reconoce Garrido.

“Me sentiré satisfecho –concluye Merodio– cuando veamos a Beigbeder en los murales de música de los colegios de Primaria de Jerez. En Cádiz todo el mundo sabe quién es Falla aunque no hayan escuchado nada de su obra”.

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