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DEsde que la población rural empieza a emigrar masivamente a las ciudades, son muchas las disciplinas que han tratado de estudiar los cambios y la influencia que una gran ciudad puede provocar en la infancia. Muchos estudios han encontrado un mayor riesgo de obesidad entre los niños de las ciudades y por tanto mayor propensión a distintas enfermedades como la diabetes. También se han encontrado en las ciudades mayores niveles de conductas infantiles violentas y agresivas. Sin embargo,otros estudios han encontrado en esta misma población un índice de inteligencia general mayor y una habilidad superior para las relaciones sociales.
En cualquier caso, todos estos estudios coinciden en que el entorno en el que crecen los menores tiene una alta influencia sobre su desarrollo. Mientras que las grandes ciudades pueden generar una sobrecarga informativa en los menores, al estar llenas de estímulos y señales tanto visuales como auditivas, los entornos naturales parecen reducir esta posibilidad. Ya en 1970, en una importante investigación, Milgram demostró cómo este exceso de información llevaba a los menores a ignorar de forma automática gran parte de ella para así poder adaptarse a la vida urbana.
De hecho, surge en la actualidad cada vez un mayor volumen de investigación que nos habla sobre los efectos positivos del contacto con la naturaleza, entre ellos algunos que han encontrado una mejoría en los procesos atencionales de los niños que comienzan a mantener un contacto frecuente con la naturaleza o bie se alejan de ambientes sobresaturados.
Por citar algún estudio, un trabajo experimental realizado por Korpela, Klemettila y Hietanen (2002) profesores de la Universidad de Tampere, en Suecia, ha demostrado que la presencia de paisajes naturales aumenta el tiempo de reacción para la ira y por el contrario, disminuye el tiempo de reacción para la alegría.
Es por ello que, desde que se multiplican los datos en este sentido, se trata de aplicar el contacto con la naturaleza a ámbitos tan distintos como puede ser el sanitario, el laboral o incluso el educativo. En concreto en el ámbito educativo, algunas investigaciones desarrolladas por psicólogos ambientales, han estudiado el impacto que introducir aspectos naturales en los patios de los colegios tienen sobre los alumnos, comprobando que cuanto más natural era este entorno, más jugaban los niños y menor era el índice de absentismo escolar por enfermedad.
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