“Todo es nuevo en el Hontoria”
Hostelería
Nicolás Lamparero afronta el reto de devolverle a Jerez uno de sus más especiales espacios hosteleros. “En Andalucía no hay nada igual”, asegura
Jerez/Nicolás Lamparero Serrano tiene 79 años y decidió hace unos meses darle un cambio radical a uno de los negocios hosteleros mejor ubicados de Jerez: el Hontoria Garden, entre la avenida Alvaro Domecq y el parque González Hontoria. “Todo es absolutamente nuevo”, dice. Y lleva razón. No en vano le ha dado esta base precisamente a un espacio emblemático. Varios meses después, superadas las trabas lógicas en el cambio de manos de un negocio, ha conseguido su objetivo. Está ofreciendo una extensa carta de productos de máxima calidad a unos precios ajustadísimos.
Este empresario, nacido curiosamente un 25 de diciembre e ingeniero industrial textil, reconoce que fueron sus hijos los que le convencieron para dar el paso. Hermano de las Tres Caídas, merengue confeso y amante de la buena cocina confiesa que ha puesto sus esfuerzos a disposición de un negocio “que va a dar grandes resultados”.
Lo primero que hizo fue, como Julio César, llegar y ver. Acto seguido actuó. Es por ello que en la actualidad el Hontoria Garden dispone de cuatro espacios perfectamente diferenciados que no tienen otro objetivo que ayudar al cliente a pasarlo bien. Abajo, en el semisótano, dispone del Hontoria Kids donde los críos, de 3 a 11 años, disponen de multitud de manualidades ayudados por dos técnicas que les proporcionan juegos y actividades que les hagan disfrutar.
Nicolás Lamparero reconoce que “uno de nuestros grandes esfuerzos fue ampliar la zona de restaurante y tapas”. Es por ello que bajo una especie de ‘frase ejemplar’ sentencia: “Jerez es Jerez, pero no todos los meses son mayo en Jerez”. Es por ello que la cobertura del negocio se ha tornado “en un asunto esencial”. Es más, una de las principales inversiones ha sido, precisamente, “lograr que la zona donde se ubican los clientes quede cubierta o descubierta según el tiempo meteorológico que haga”. La labor en carpintería metálica ha sido sencillamente espectacular.
Al lugar de atención de los pequeños se une el restaurante, ‘Sierra y Mar’, donde hace sus creaciones el chef Juan Ramón Méndez.
La oferta, de lo más atractiva, ofrece un menú ejecutivo a 15 euros, así como la posibilidad de comer a la carta entre 30 y 50 euros por persona. Nicolás Lamparero, que se le ve un amante de los pescados de la Bahía y de Sanlúcar, destaca el buen género en forma de langostinos, bogavantes y hasta las codiciadas urtas y pargos. Igualmente pone en pie los “once arroces diferentes que, servidos de forma individual, oferta nuestro chef”. Se trata, según pudo comprobar este medio, de un restaurante con claras esencias andaluzas aunque dotado de un carácter internacional para alcanzar a todos los gustos. Pese a la cercanía del mar, a la carta no se escapan platos muy típicos de la cocina jerezana y provincial como pueden ser el caso de las exquisitas perdices, junto con otros platos de caza, así como la ternera y el cerdo de la zona.
Por el momento hemos descrito dos de las cuatro zonas de las que se compone el Hontoria Garden. A ellas hay que unir la cervecería y tapería, así como la coctelería y zona de copas que, igualmente cubierta, preside la terraza de la planta alta. Es reseñable que la cervecería ofrece platos llamativos y muy bien elaborados, como por poner un ejemplo, un exquisito bacalao a 3 euros, así como una carrillada más que destacable. Y blanda tras una esmerada elaboración al vacío.
Nicolás Lamparero asegura, y hay que reconocerlo, que “negocio como éste no existe ni en la ciudad, ni en la provincia ni en Andalucía”. Y es cierto porque las características del inmueble lo hacen único en su género. No en vano es diáfano, los cristales presiden todo su entorno lo que provoca que no haya una sensación de límites, ya que el parque González Hontoria sigue disfrutándose así todas las cristaleras estén echadas.
Si hay algo que pide Nicolás Lamparero es que “los jerezanos vengan y luego, si así lo desean, hagan sus críticas siempre que sean constructivas”. Es digno de mención que el esfuerzo depositado ha sido grande pero se ha hecho con vistas a que la ciudad disponga de una embajada gastronómica en mitad de la avenida, “en la cual se pueda comer a muy buen precio”.
Los retos que vienen son claros: de un lado la Cabalgata, después la Feria del Caballo donde a buen seguro el Hontoria Garden se erigirá en un oasis de tranquilidad, una especie de chill-out, justo en la frontera donde acaba la Feria. La Motorada y, sobre todo, el negocio diario terminan de conformar las aspiraciones de un establecimiento llamado a erigirse en una referencia.
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