“Hay que ser sinceros, no todo el comercio va a sobrevivir a la crisis”

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La presidenta de Acoje intenta, no obstante, huir del pesimismo y avisa que cuando pase esta situación "habrá que agudizar el ingenio"

Un escaparate de un comercio cerrado en el centro.
Un escaparate de un comercio cerrado en el centro. / PASCUAL
Gloria Moreno

25 de marzo 2020 - 06:00

Jerez/Más de una semana después del cierre obligado de los comercios, el sector vive con mucha incertidumbre una situación a la que no se le ve salida a corto plazo. "Hay que tener en cuenta que nosotros veníamos arrastrando una crisis anterior y es verdad que a algunos les ha podido coger con un poco de colchón pero a otros muchos nos ha cogido al día", afirma la presidenta de Acoje, Nela García.

Las normativas que van saliendo para acceder a líneas de ayudas tampoco acaban de convencer al comercio, inmerso ahora junto a sus asesores en la interpretación de todos los decretos. "El problema es toda la letra pequeña. Hay titulares muy bonitos de que no se va a dejar a ninguna empresa ni a ningún autónomo de lado, pero eso no va a ser verdad, porque cuando te pones con la letra pequeña hay negocios que por una cosa u otra no pueden entrar en una línea de ayuda. Todo hay que mirarlo muy bien y con tiempo, pero claro, mientras no se aclaran las cosas, tu inestabilidad y tu miedo te pueden volver loco".

Desde Acoje se intenta pedir calma y prudencia a sus asociados y su presidenta se muestra especialmente orgullosa del respaldo que se están dando entre ellos mismos en estos días tan duros. "Intentamos ayudarnos, entiendo que como cualquier colectivo, pero no es lo mismo el que no esté asociado y esté pasando esto solo. Nosotros hemos abierto la mano a otros compañeros de comercio y hostelería que quieran arroparse, consultarnos. Ahí estamos para lo que necesiten".

Organizar y trasladar a la ciudadanía los establecimientos que están abiertos al tratarse de abastecimientos básicos ha sido otra labor en la que Acoje se ha centrado en estos días, al igual que en la información sobre los que tienen servicio a domicilio. "Que no se olviden de comprar en su comercio de siempre, en el centro o en el de sus barrios. El mercado de abastos también lo está pasando mal. Aunque los puestos están abiertos tampoco van a poder cumplir los plazos de pago".

La presidenta de Acoje anima a comprar en el comercio tradicional que tiene venta on line, aunque no oculta que le preocupa qué pasará después, si el consumidor se acaba acostumbrando aun más a estos hábitos de compra."Tendremos que agudizar el ingenio y hacer un llamamiento para que la gente se vuelva a acordar de nuestras tiendas".

García no quiere trasladar pesimismo pero también es consciente de que "no vamos a sobrevivir todos a esta crisis. Vamos a ser sinceros. En el camino se va a quedar gente y los pequeños tienen más posibilidades que los grandes. Me cuesta decirlo porque es arengar a la negatividad, pero con la alcaldesa lo he hablado. También lo hablamos con la Cámara, con ATA, con los concejales de los partidos que nos están llamando. Es que no se sabe cuánto va a durar esto, cuánto tiempo vamos a tardar en levantar la cabeza".

Asegura, en este sentido, que el problema no va a ser el día después. “A mí me preocupa, el mes después, los tres meses después, o incluso el año después, porque hay moratoria en pagos, pero al final hay que pagarlos y lo que yo no he producido en este mes no lo voy a recuperar, no es que el mes que viene vaya a producir el doble".

A ello se suma cómo quedará el poder adquisitivo de una ciudad que ha entrado en esta situación con un alto nivel de desempleo. "Por muchas fiestas que vayamos a tener en el segundo semestre del año, si tú no tienes dinero para tomarte una cerveza o comprarte unos zapatos, no lo vas a hacer".

Aún así, afirma que "queremos seguir manteniendo luego el tejido empresarial, que es el que puede recuperar el empleo".

María José Andrades: “No sé cómo voy a hacer frente a los gastos y a lo que vendrá después”

María José Andrades abrió su tienda de ropa de mujer hace seis años en la calle Sevilla, 47. El cierre obligado por el estado de alarma le ha llegado cuando ya había hecho un fuerte desembolso en las prendas que pensaba vender en la temporada de primavera-verano. "Yo compro colecciones, moda española, que se elige con un año de antelación, y se pagan por adelantado. Los artículos que tengo en la tienda están ya pagados. Desde que pongo el stand en la Pasarela Flamenca, siempre les doy prisa a mis proveedores para que me manden la ropa con la mayor premura posible". Su situación, por tanto, es poco halagueña, más cuando la primavera, con las comuniones y eventos como la Feria, representa para esta tienda el 80% de las ventas anuales.

María José no quiere caer en el pesimismo, pero afirma que tampoco en falsos optimismos. "Yo ahora me veo que tengo que pagar un alquiler, pagar gastos, la chica que tenía que me ayudaba ya he solicitado un ERTE y he escrito al dueño del local porque no puedo seguir pagando, cuando yo siempre ha pagado sin fallar nunca a principios de mes. Aunque abrí con la crisis la tienda me ha ido funcionando".

Le preocupa no poder frente a los gastos y a lo que vendrá después, cuando acabe esta excepcional situación. "Si no es hasta el mes de junio que podamos abrir, la gente en esas fechas va a pedir rebajas, la economía se tiene que volver a reactivar y el mío no es un producto barato, se me duplica el problema". Por otro lado, agrega que "para invertir tengo que vender y si no he vendido... Por muchas vueltas que le doy llego a un punto que pienso que no está nada en mi mano".

María José ha decidido no vender on line "porque si yo no me arriesgaba tampoco voy a permitir que se arriesgue el transportista, así que ingresos cero".

Ante la incertidumbre, afirma que "no sé si me tendré que reinventar. Conforme se acerque el momento de volver veré en qué situación me encuentro".

Entiende que una parte de su clientela fija no se va a ver tan afectada por la crisis económica, "pero es mínima y no puedo vivir solo de esa parte. Va a ser una temporada larga, con muchas secuelas, mucha gente en paro, que tendrán que priorizar los gastos2.

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