Nueva sede "por necesidad"

Cofradías

La futura casa de la UH tiene el triple de espacio que la actual, unos 1.000 metros. Precisa de unos trabajos de 'aseo' que nunca empezaron y que posiblemente tendrán que pagar las cofradías.

Nueva sede "por necesidad"
Francisco Abuín

09 de agosto 2015 - 01:00

"Pensando en el futuro se ha optado por una nueva sede que sirva para cubrir las necesidades, tanto actuales como del mañana". Así apuntala, una vez más, el presidente de la Unión de Hermandades, Pedro Pérez, el argumento que ha llevado al colectivo cofrade a aceptar el regalo que García Pelayo le hizo al colectivo cofrade de cederle el palacete de Garvey, situado en el Mamelón, como sede a cambio de dejar la actual ubicación en calle Curtidores. De unos 300 metros que tiene esta última, se pasa a unos 1.000 metros cuadrados en tres plantas y con jardín.

El 25 de octubre del pasado año, en un pleno celebrado en la esta casa, en votación secreta, se aprobó el cambio de sede por 26 votos a favor y 9 en contra, una mayoría suficiente pero no esperada. Finalmente, las reticencias contra el cambio fueron más de 'boquilla' que reales. Los argumentos contrarios señalaban al palacio Garvey como desmesurado para las necesidades reales del organismo cofrade, además del coste que supone su mantenimiento y que todo lo que pueda dar la cara en un edificio de cierta antigüedad. Pero se impuso la mayoría, tal vez porque las cuentas que presentó el Consejo de lo que supone mantener la casa quitó miedos. Según se informó en aquel pleno, a cada hermandad le costará unos 40 euros más mantener esta nueva sede por lo que la derrama anual por cofradía alcanzará unos 200 euros, eso sí, si incluir luz y agua, que entonces se dijo que asumía el Ayuntamiento. De no ser así, la cuenta para cada hermandad subirá otros 50 euros.

Otro dato a tener en cuenta es que el convenio de cesión entre Consistorio y Unión de Hermandades no recoge los trabajos de adecentamiento en fachada e interior del inmueble, pero sí se aseguró, por el anterior gobierno, que lo asumirían, eso sí, tras las elecciones. Así, al día de hoy nada se ha hecho y posiblemente no se llegue a ejecutar si no es a costa del colectivo cofrade.

"Simplemente consiste en pintar puertas y paredes, adecentar y limpiar la planta baja junto a parte de la primera planta, porque la última planta estaba en perfectas condiciones de uso. Igualmente habría que pintar la fachada. Si todo esto no lo hace el Ayuntamiento como nos dijeron, dependerá de la decisión que tomen los hermanos mayores. No obstante en su día se aprobó una partida para posibles gastos que pudiesen surgir y que podría destinarse a tal fin", explica el presidente para despejar dudas sobre qué se hará.

Lo que sí tiene claro Pérez es que "en ningún caso se realizará la mudanza con el edificio tal como está. No se llevaría a cabo el traslado oficial hasta que el adecentamiento del edificio no sea definitivo", para lo que, añade, "estamos pendientes de una reunión en septiembre con el Ayuntamiento y ahí veremos lo que se decide definitivamente".

El Consejo tiene pensada la siguiente distribución: planta baja para la gestión de los palcos y sillas de la Carrera Oficial, atención al público y un salón para los plenos, que se usará también para otras actividades colectivas, conferencias, formación. Esta planta baja incluye un patio o jardín. En la primera planta irán los distintos despachos del Consejo, secretaría y tesorería, sala de reuniones de la permanente, biblioteca, videoteca y archivo, "donde se pueda conservar y consultar la abundante documentación que generan nuestras hermandades. La idea es que en el futuro el Consejo se pueda hacer con fondos bibliográficos y fotográficos de autores representativos". La segunda planta, la más pequeña, irá destinada exclusivamente a juventud para sus reuniones y actividades. También se plantea la posibilidad de que las hermandades puedan utilizar este espacio para sus reuniones en el supuesto de que, por circunstancias imprevistas o de fuerza mayor, temporalmente no puedan usar sus propias dependencias. El acuerdo está firmado, sellado y aprobado; solo una renuncia por las hermandades podría dar marcha atrás a esta mudanza, algo poco probable dado que la postura es firme a seguir adelante con el proyecto.

Echando la mirada atrás, en 2005, el entonces presidente Fernando Fernández-Gao, recibía las llaves de la casa de la calle Curtidores, que desde ese momento pasaba a ser la nueva sede del organismo cofrade. En aquella fecha, Consejo y hermanos mayores consideraban un enorme paso adelante dejar la antigua sede de la calle Sevilla, hoy casa de la hermandad de La Defensión, y trasladarse al edificio de la calle Curtidores. Aquella tenía unos 100 metros cuadrados útiles. La actual, hasta que no se produzca la mudanza al Mamelón, es de 300 metros cuadrados.

Diez años después, se plantea el uso de la que será la cuarta sede del organismo desde que José Luis Ferrer, como presidente, ocupaba tres pequeñas habitaciones al lado de la plaza de San Marcos. El cambio al palacete del Mamelón responde, según el actual presidente del Consejo, a las nuevas necesidades que se van demandando a la Unión de Hermandades o que esta quiere prestar a las cofradías, aspecto muy cuestionado desde un sector del Pleno.

Evidentemente, sin tener datos ciertos y reales, solo aproximados -tampoco hay un estudio pormenorizado- la permuta de emplazamiento, iniciativa que fue contestada en el ámbito político, deja al organismo cofrade con un enorme edificio de tres plantas muy bien situado en el centro de la ciudad y a tiro de piedra del Palquillo, pero hay quien teme si este paso dado será una hipoteca inabarcable para el organismo cofrade.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último