Ortopedia innovadora para salvar a un ibis eremita
El veterinario del Zoo y el dentista Francisco Rábago logran implantar una pata artificial a 'Almenara'
Jerez/'almenara', uno de los cien ibis eremitas que viven en la provincia, volvió ayer a volar, demostrando al mundo el éxito del primer implante de pata que se practica a un ave y que, en este caso, ha permitido salvar a un miembro de esta curiosa especie en peligro crítico de extinción.
La novedosa operación, ideada por el especialista en implantes dentales Francisco Rábago y el veterinario del Zoobotánico de Jerez, Miguel Angel Quevedo, supone un importante avance.
"Me atrevería a decir, por las publicaciones que existen y lo que conocemos del tema, que probablemente sea la primera vez que se coloca un implante en un ave, que sale bien y que se suelta en libertad. No conocemos ningún ave que tenga una patita artificial y pueda vivir en libertad", explica Miguel Angel Quevedo poco después de comprobar que 'Almenara' ha emprendido vuelo sin ningún problema y con muchas ganas y fuerzas en el hábitat en el que vivía antes de la intervención.
Nacida en 2011, 'Almenara' es una de las hembra fundadoras de la colonia de cien ibis eremita que vive ya en libertad en la costa de La Janda gracias al programa de recuperación de esta especie que había desaparecido de muchas zonas, incluida España, y de la que, hasta hace unos años, sólo existía una colonia importante en Marruecos y algunos ejemplares en Siria.
'Almenara' fue hallada el pasado mes de febrero en muy mal estado y con una herida muy grave en su pata en las inmediaciones de Chiclana. Sus cuidadores tuvieron que amputarle la pata y decidieron ingeniárselas para que pudiera sobrevivir.
"Siempre que ha habido una amputación, o bien había que sacrificar la vida del ave o no tenía mucho futuro. Ha habido varios intentos, unos colegas de EEUU lo intentaron en 2012 en grullas pero no salió bien, y nosotros también lo hemos intentado antes sin éxito. Ahora hemos mejorado un poquito la técnica", cuenta el veterinario.
Más difícil que la intervención en sí, que apenas duró veinte minutos, fue diseñar la prótesis y el implante, de titanio y una resina especial, explica Francisco Rábago, que recuerda que los implantes, antes que en las dentaduras se emplearon en el área de traumatología en humanos.
Tras recuperarse de la operación en unas semanas y hacer tres días vuelos en cautividad, 'Almenara' volvió ayer a su hábitat con un chip que permitirá seguir viendo la evolución de su vida.
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