"No queremos un mar de espejos en el campo de Jerez"
Los partidos políticos jerezanos exigen una mayor planificación a la hora de autorizar este tipo de instalaciones en la campiña
El gobierno local ha pasado de un respaldo inicial a exigir ya “valor añadido” a los proyectos
Semanas atrás, el pleno municipal del Ayuntamiento de Jerez vivió un intenso debate sobre el ‘boom’ fotovoltaico que está teniendo el campo jerezano. No en vano, a las cinco plantas de Repsol hay que sumarle otras siete promovidas por otras empresas que o bien ya están en construcción o están tramitando sus respectivas licencias.
El gobierno municipal (PSOE) ha pasado del apoyo incondicional a este tipo de proyectos (los vendió como la avanzadilla de un cambio del modelo productivo de la ciudad y a incidir en los parabienes que traerá para la economía del Ayuntamiento los ingresos que generará) a matizar su entusiasmo ante el escaso número de puestos de trabajo y de “valor añadido” que este tipo de instalaciones genera una vez entran en funcionamiento.
De hecho, y en contra de ese espíritu de ‘Bienvenido Mister Marshall' que invadió en un principio al Ayuntamiento cuando se conocieron los primeros proyectos, la corporación municipal aprobó por unanimidad una propuesta presentada por Ganemos Jerez para reclamar que haya una mayor planificación para este tipo de instalaciones ante el temor del daño irreparable que puede hacerse a la agricultura. “No estamos de acuerdo en este ‘boom’ en el que Jerez se convierta en un mar de espejos”, dijo el concejal de Urbanismo, José Antonio Díaz, en esa sesión. Acto seguido, comentó: “Si tuvieran un valor añadido o si se complementan estas actividades con fábricas de producción, estaríamos más a favor de este tipo de actividades”.
En ese grupo, todos mostraron sus reticencias a este ‘boom’. El portavoz del PP, Antonio Saldaña, fue tajante al exigir : “No queremos ser el tubo de escape de las energías renovables”. “Es una transformación sin precedentes del campo andaluz por culpa del capitalismo verde”, dijo la edil de Ganemos Jerez, Kika González, formación que impulsó la propuesta. Asimismo, se incidía en la sesión en el impacto paisajístico que supone este tipo de instalaciones. Como resumía el edil de Adelante Jerez, Ángel Cardiel, “debajo de las placas no crece nada”.
Ahora bien, teniendo en cuenta que el Ayuntamiento es quien tiene la última palabra antes de que puedan iniciarse su construcción, José Antonio Díaz alegó que la implantación de este tipo de instalaciones es un “acto reglado que vienen por parte de la Junta de Andalucía o del Gobierno de la Nación”, de ahí que advirtiera de que un ayuntamiento no puede negarse a conceder la licencia si se han cumplido todos los trámites administrativos previos. Ahora bien, el edil también censuró que este tipo de proyectos puedan beneficiarse de una “vía rápida” en su tramitación acortando los plazos de tramitación ambiental “que impidan analizar los impactos sobre la biodiversidad, sobre el suelo o sobre el aire”. “Ahora tienen una autopista con la regulación de la Junta de Andalucía”, dijo.
Cuando se inició la construcción, el ejecutivo municipal anunció que había suscrito unos convenios con las empresas responsables de estas instalaciones para que, durante la construcción, se pueda contratar a jerezanos sin empleo. Para ello, se habilitó en la web municipal un espacio donde en los últimos meses se han ofrecido distintos trabajos vinculados a la instalación de estas plantas.
Según lo publicado hasta este lunes, se han realizado 11 ofertas de trabajo para distintos puestos (desde albañilería pasando por jefes de obra o administrativos, entre otras funciones).
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