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Pasión por la granja virtual

En plena crisis del campo, la agricultura resulta ser rentable en una plataforma social de Internet · 62 millones de personas de todo el mundo juegan a ser granjeros virtuales que cobran precios justos por sus productos

Imagen de este juego que se desarrolla en tiempo real.

10 de diciembre 2009 - 01:00

Mientras que la mayor crisis del campo español se agudiza porque los precios que reciben agricultores y ganaderos no llegan ni a cubrir los costes de producción, porque, entre otras muchas cuestiones de política agraria, los productos importados pasan por las aduanas a precios destructivos y sin las garantías de calidad de obligado cumplimiento en Europa, y cuando las organizaciones agrarias, entre las que se encuentra la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG-, se han unido para decir ¡basta ya! de arruinar a los que trabajan la tierra con mucho esfuerzo, consiguiendo incluso paralizar la actividad del sector en toda España y congregar a más de 200.000 agricultores y ganaderos en una sonada manifestación el pasado 21 de noviembre en Madrid… Mientras que todo esto es una realidad que está forzando al abandono del sector de manera imparable, paradójicamente, el número de granjeros virtuales se incrementa por minuto.

Y todo esto ocurre en 'Facebook', un sitio web gratuito creado por Mark Zuckerberg, donde los usuarios pueden participar en una o más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo o región geográfica. Desde esta plataforma se puede acceder al juego que está creando a miles de agricultores y ganaderos virtuales en todo el mundo: el 'Farm-Ville' o lo que se conoce en España como 'La Granja' del 'Facebook'.

Este juego social, que se desarrolla en tiempo real, y que consiste en mantener una pequeña granja y obtener el máximo beneficio económico plantando todo tipo de cultivos y criando animales, está rompiendo todos los récords, ya que, desde su lanzamiento, el pasado mes de junio, ha reunido a 63,1 millones de usuarios activos, y de ellos, 22 millones de personas entran en su granja diariamente.

CÓMO SE JUEGA

La idea del juego es que cada usuario cuenta con una parcela de tierra en la que va construyendo su granja, como si se tratase de una real. Y para ello tiene que plantar verduras, granos y flores, cosechar sus árboles frutales, cuidar de sus animales, aprovechar sus productos y vender sus cosechas, para obtener dinero virtual con el que seguir haciendo crecer su explotación agraria.

Se comienza con una granja, donde el jugador crea un avatar personalizable. Existen seis parcelas de tierra, cuatro que están en proceso de crecimiento y dos están listas para cosechar. El juego está basado en el Mercado, donde los ítems pueden que pueden comprarse son semillas, árboles, animales, construcciones, decoraciones, vehículos y más tierra.

Para avanzar en el juego hay que obtener dos cosas: dinero y experiencia. El dinero sirve para comprar diferentes ítems y la experiencia sirve para subir de nivel. El jugador gana puntos de experiencia (XP) mediante la compra de artículos y al hacer las tareas habituales del campo, tales como la labranza del cultivo, la siembra y la cosecha. Ganar XP aumenta el nivel del jugador disponiendo de más opciones para jugar. La mayoría de los artículos se pueden comprar con las monedas que uno va acumulando a lo largo del juego, aunque algunos deben ser comprados con dinero real.

EFECTO TERAPÉUTICO

Hay que destacar que el grado de adicción del juego es sumamente alto, de tal manera que el 50 por ciento de los usuarios del juego lo visitan a diario: la necesidad de ver el estado de los cultivos y recolectarlos antes de que se echen a perder, es el mejor estímulo para visitar la granja una y otra vez.

Tanto es así, que ya está resultando habitual que, a cualquier hora, intempestivas o inadecuadas, se pueda ver cómo la pareja, una hermana o a un compañero de trabajo, por ejemplo, se pegan a la pantalla del ordenador a recoger la cosecha o arar el campo. Hay quienes ponen el despertador de madrugada porque la granja los necesita, algo que no dista mucho de la realidad, donde agricultores y ganaderos deben hacer frente a cualquier tipo de imprevisto, inclemencia meteorológica o circunstancia particular porque, como de todos es sabido, el campo no entiende de excusas.

Una de las características que hacen especial a este juego es la interconexión: al jugar desde 'Facebook', si los amigos también están conectados, se puede jugar con ellos. Y, a diferencia de lo habitual en los juegos de Internet, no suele tratarse de competir, sino de colaborar y apoyarse mutuamente, tal como lo hacen los habitantes del medio rural.

Cada usuario cuenta con una serie de vecinos amigos a los que puede visitar y con los que intercambia regalos virtuales. Así, se crea una dinámica en la que todos los jugadores avanzan y consiguen generar dinero para seguir jugando.

La devoción por 'Farm-Ville' va más allá de 'Facebook'. Los jugadores se reúnen en Internet para compartir hojas de cálculo caseras en las que muestran qué cultivos van a resultar económicamente más rentables, lo que ya es difícil de encontrar cuando se habla de realidad. Y es que es importante resaltar que una granja, virtual o real, bien trabajada, es rentable. Siempre que los precios sean justos, como en el caso de 'Farm-Ville' y no de ruina, como ocurre en la actualidad.

'Farm-Ville' no es el único juego de 'Facebook' con las granjas como tema. 'MyFarm' y 'FarmTown', creados por diferentes empresas, también tienen muchísimos seguidores. Algunos expertos comentan que su popularidad es señal de una añoranza generalizada por la vida pastoral. Todo el concepto se relaciona con la idea de hartazgo del estrés de un estilo de vida urbano, y el poder, simplemente, cultivar plantas y verduras y verlas crecer, tiene un efecto muy terapéutico.

Por supuesto, hacer de agricultor en la vida real es mucho más caótico y peligroso que 'Farm-Ville' y quizá esa sea una de las razones por las que los jugadores de 'Farm-Ville' superan a los agricultores de verdad en Estados Unidos en una proporción de 60 a 1 y, por cómo van las cosas, pronto sucederá lo mismo en España, aunque aún no se manejan estos datos. Curiosamente, algunos de los mayores adeptos al juego son verdaderos agricultores o ganaderos que, al menos en Internet y de forma virtual, reciben una recompensa digna por su trabajo en el campo.

Ya quisieran los agricultores para sí lo que los internautas consiguen con el 'Farm-Ville', rentabilidad por su trabajo y efecto terapéutico.

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