Pautas a los hijos para tratar a los padres
A LO largo de varios años, son ya muchos los artículos que he escrito divulgando los conocimientos científicos de los que dispone la psicología para orientar a los padres en la defensa del mejor interés de sus hijos. Por ello, hoy, me gustaría invertir el orden de los factores, es decir, escribir algunas reflexiones sobre lo que pueden hacer los hijos por el bienestar de sus padres.
Primero, imaginemos a un par de padres fabulosos, Francisco y Juani, por ejemplo.
Están a punto de cumplir sus cincuenta años de matrimonio y desde que tuvieron a sus hijos, a pesar de las muchas dificultades que implica la construcción de una familia, han estado siempre apoyándolos y animándolos a superar todos sus apuros, sus conflictos y sus diferentes problemas a lo largo de las distintas edades y momentos de desarrollo. Son muchos los padres y madres, que nunca han dudado en poner la mano en el fuego por sus hijos, que han sacrificado sus vacaciones para que ellos puedan disfrutarlas, que han preferido no darse grandes caprichos para poder concederlos a sus hijos.
Es mucha la evidencia científica sobre la influencia que ejerce la calidad de las relaciones de los padres y madres con sus hijos sobre el ajuste psicológico de los mismos (se pueden consultar por ejemplo los textos de Rohner R. P. 1999, 2004, 2005). No cabe la menor duda de que, aunque la salud física y mental dependen de muchas otras variables, el amor de los padres hacia sus hijos es una importante variable protectora frente a la enfermedad.
Así que los hijos, pueden estar agradecidos a sus padres sin temor a equivocarse. Pero, aun así, no siempre les resulta fácil demostrarlo. Para ello, las cartas de agradecimiento son una buena opción, en ellas se puede especificar la admiración por el esfuerzo realizado desde el nacimiento, el consuelo recibido frente a la enfermedad, la constancia y disciplina en la educación recibida día tras días, todos los días, la paciencia con los errores y el aplauso ante los triunfos y sobre todo, el afecto incondicional.
Además de esta forma de agradecimiento, que obviamente resulta ocasional, hay una forma estupenda de agradecer a cualquier padre y a cualquier madre su labor, y es demostrarles que sus esfuerzos han dado su fruto, sobre todo demostrándoles que sus hijos están felices, transmitirles que afortunadamente son fuertes, estables y autónomos gracias a ellos. Así que hoy, son todos los hijos, los que tienen una tarea que realizar: gracias Francisco y Juani, gracias a todos los padres y madres por su inmensa labor.
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