“Nadie me puede demostrar que yo he estafado a alguien”
Tienda Pekebebé
El propietario de Pekebebé defiende su inocencia y afirma que ha sido juzgado públicamente de forma injusta
Asegura que ha recibido amenazas de muerte y teme por su integridad física
Jerez/El propietario de la tienda infantil Pekebebé, Manuel Garoz, decide dar la cara en este medio para explicar la actual situación que atraviesa y, sobre todo, aclarar que “no he cometido ninguna estafa”. Prefiere que su rostro no salga públicamente por miedo a que le reconozcan por la calle. “He recibido amenazas de muerte y temo por mi integridad física”, asegura. Sí que decide ofrecer su versión de los hechos para afirmar que las acusaciones a las que ha sido sometido públicamente estos días atrás son falsas. “Una estafa sería algo organizado, generalizado e intencionado, y no ha sido así”. Manuel Garoz afirma con rotundidad que “nadie me puede demostrar que yo he estafado a alguien. Si lo hubiera hecho no estaría aquí sentado con vosotros”.
De hecho, su abogado, Roberto Carlos Ortega, confía plenamente en que la resolución del caso salga a su favor. “Aquí lo que ha ocurrido es que ha habido una mala gestión de Pekebebé, que ha generado una deuda con Hacienda de 140.000 euros. Esta deuda se ha ido pagando como se ha podido hasta que Hacienda da un ultimátum y esta persona tiene que destinar casi todo a pagar. Garoz ha pagado de febrero a junio 140.000 euros”, explica Ortega. “Una persona que quiere estafar no paga 140.000 euros. Cierro la empresa antes, dejo esa deuda ahí y me quedo con todo el dinero”, sentencia. Aunque éste va más allá: “mi cliente inyectó en la empresa días antes de lo ocurrido algo menos de 17.000 euros propios que recibió por una cláusula suelo. Una persona que quiere salir corriendo no mete ese dinero ahí”. El abogado no da crédito al asunto e insiste: “¿Cómo va a querer estafar si lo que intentaba es salvar su empresa?”. Éste explica que debido al problema con Hacienda, el propietario buscó una financiación “que estaba a punto de realizarse”, con el fin de salir de la situación en la que se encontraba el negocio. “En ese momento coincide con que las fábricas estaban paralizadas por vacaciones y acto seguido estalla todo en la tienda y, a causa de ello, la financiación no salió”, relata Roberto Ortega.
“Si esto hubiera ocurrido en septiembre, no estaríamos aquí sentados”, asegura Manuel. Es más, “sin la alarma social creada podríamos haber sobrevivido sin problemas y en dos meses estaría todo arreglado”. Éste afirma que incluso después de los robos -que tasa en 70.000 euros- tenemos material valorado en cerca de 80.000 euros, “pero ya es imposible de entregar”. Ortega, su abogado, apunta: “Si no hubieran saqueado quizá podrían haberse entregado esos productos”. Ambos aseguran que alrededor de 40.000 euros sustraídos en productos de la tienda “no han aparecido”.
Todo comienza cuando el pasado 28 de agosto sale a la luz un robo en una tienda infantil situada en La Marquesa. Al que Garoz hace mención de forma clara: “parece que para mí sí cuenta la ley y para los demás la propia”. A raíz de ahí trasciende que algunos de los atracadores que saquearon dicho negocio podían ser los propios clientes que aseguraban haber sido estafados por el mismo. Los primeros días podían ser alrededor de 50 personas las que denunciaban una irregularidad en sus compras, hasta que pasados los días el número de denunciantes ha ido creciendo hasta los más de 250 personas de todos los lugares de España. Un hecho que el propietario de Pekebebé cataloga de confusión. “Lo que ha ocurrido es que ha habido atrasos con algunas personas en las entregas de sus pedidos y al transcender la noticia y crearse esa alarma social muchos clientes que estaban esperando sus pedidos han pensado que estaban siendo o habían sido estafados y se han asustado”, explica, a lo que añade Ortega que “algunos de ellos han sido clientes que estaban esperando su carro a finales de agosto o primeros de septiembre y como ya no se les va a entregar su pedido han dicho que también han sido estafados”.
“Dicen que llevamos sin atender a nadie meses y en junio tenemos más de 600 envíos. En julio tenemos también muchos envíos. Incluso, la semana antes de que ocurriera todo esto se realizaron 100 envíos”, cuenta Manuel Garoz. También informa de que en julio y agosto han llegado pedidos antes de lo previsto. “Eso nadie lo dice, pero yo sí puedo demostrarlo”.
Muchas de las denuncias se centran, mayormente, en el mes de agosto, alegando que no sólo no habían recibido sus productos en tiempo y forma, sino que no contestaban a sus llamadas y correos. Otra afirmación que el dueño desmiente: “Nosotros atendemos a todos los correos y las llamadas que recibimos”. En la tienda, dice, había cuatro trabajadores, de los cuáles dos de ellos estaban atendiendo a diario todos los correos electrónicos. “La web especifica que los mensajes son respondidos en un plazo de 24 a 48 horas, lo que ocurre que el cliente cuenta que no le has respondido cuando le dices lo que no quiere escuchar”. Insiste que incluso en vacaciones “hemos contestado a los mensajes de nuestros clientes”.
Tampoco confirma la información de que sus trabajadores, como se ha podido leer en algunos portales, volvieron de vacaciones el 26 de agosto y se encontraron la tienda cerrada sin previo aviso. “Eso no es cierto, aunque digan eso. Ellos ahora buscando su provecho de toda esta situación”, indica.
En agosto, cuenta, la empresa cerró por vacaciones. “¿Quién trabaja en agosto?”, se pregunta. Además, “a nadie le prometemos que vamos a entregarle sus productos en julio o agosto. Durante 9 años que llevamos funcionando siempre hemos dicho lo mismo a nuestros clientes: o antes de julio o después de agosto”. Según esta persona hay clientes que le han dicho: me nace el niño en una semana y no tengo coche. “Y me lo dicen un 15 de agosto, habiéndolo pedido a mediados de julio”.
Manuel reconoce que “si ahora mismo tengo que cerrar la empresa, evidentemente, tenemos un problema”. Su abogado añade que “hay personas a las que no se les ha podido entregar material, pero es muy posible que mucho de ese material yo lo tenga -aunque ahora con la situación que hay no pueda entregarlo- y hay otro material que lo podía haber entregado pero lo han robado”.
La propia policía informó el pasado 30 de agosto que el dueño de Pekebebé fue detenido por un presunto delito de estafa. Éste confirma su detención aquel día, pero matiza que fue él mismo quién llamó a la policía cuando se enteró de que habían robado en su tienda y, posteriormente, la policía le pidió que se personase en la comisaría “porque había varias denuncias”.
A partir de todo lo ocurrido se han iniciado dos procedimientos legales, explica Roberto. “El primero será un concurso de acreedores a final de mes para liquidar la sociedad, donde se tendrán que presentar los acreedores para intentar cobrar”. El propio abogado reconoce que “la inyección económica en la empresa ya es inviable. A Pekebebé no hay quien lo salve con esa imagen que se ha creado”.
El segundo procedimiento local que se va a llevar a cabo próximamente es denunciar a las personas que han publicado en redes sociales los datos personales y el domicilio de Manuel Garoz, “que han propiciado amenazas de muerte sobre su persona. Usted podrá sentirse estafado, tome usted las acciones legales que crea pertinentes, pero no pueden cometer esa ilegalidad”, concluye Ortega.
Garoz teme salir solo a la calle. “Tengo dos niños, casa en Jerez ¿lo voy a perder todo para robar 20.000 euros?. Aunque judicialmente esto salga bien, yo ya estoy juzgado públicamente. ¿Qué hago con mis hijos?”, se pregunta. “Yo me podría haber ido hoy mismo del país, pero aquí estoy ¿verdad?”.
El propietario de Pekebebé asegura entender a los clientes. “Si en 8 años crecemos tanto y tenemos clientela de Huelva y Málaga que viene a buscarnos a la tienda es porque nos preocupamos por el cliente. Hemos mirado lo qué necesitaba el cliente, no el dinero que necesitábamos meternos en el bolsillo”.
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