'Peluqui', el ídolo de la afición local
Jerez, Capital Mundial del Motociclismo
Antonio Sánchez Garrido (1936-1963), el mejor piloto jerezano de todos los tiempos, da hoy nombre a una estrella del Paseo de la Fama.
Corría el 23 de septiembre del 1963. En parrilla de salida del IV Trofeo de la Merced, no podía faltar Antonio Sánchez Garrido, Peluqui, ya por aquel entonces ídolo de la afición local y la andaluza, a la que levantaba de sus asientos por la emoción que imprimía a su forma de correr.
Peluqui, que empezó a mediados de los años cincuenta a curtirse como piloto en las carreras de Valdelagrana, había ganado la primera carrera del trofeo jerezano. En la segunda prueba, cuando también iba en primera posición, el piloto echó la vista atrás para ver la ventaja que llevaba a sus perseguidores. Apenas un instante fatídico en el que tras tocar la acera, Peluqi salió disparado y acabó estrellándose en un árbol en la calle Comandante Paz Varela.
Los periódicos y revistas de la época se hicieron eco en sus crónicas del fatal desenlace de la carrera. "Estas pruebas (...) han tenido, desgraciadamente, un matiz trágico y doliente. El mejor corredor jerezano, Antonio Sánchez Garrido, Peluqui, ha sucumbido en ellas", recogía en sus páginas ABC, que daba cuenta de la honda repercusión en Jerez del trágico accidente.
El genial piloto jerezano, cuyo nombre ya fue inmortalizado en una curva del circuito de Jerez, recibirá hoy otro homenaje en su ciudad natal con el descubrimiento de su estrella en el Paseo del Motor de la avenida, el bulévar del que ya forman parte otras leyendas como Ángel Nieto o Giacomo Agostini.
Peluqui se había hecho un nombre en el mundo del motociclismo gracias a sus numerosos triunfos en muchos de los circuitos urbanos en los que se corría: en Granada por el Corpus, en Zaragoza por el Pilar, en Castellón por la Magdalena...
Dos años antes del fatal accidente, Peluqui se consagró como subcampeón de España en una prueba celebrada en Palencia. Antonio Sánchez, el mayor de sus tres hijos, cuenta que en aquella carrera protagonizó una espectacular remontada después de quedarse tirado en la salida y salir en última posición.
Nadie en la familia Sánchez sabe de dónde viene el apodo de Peluqui, que quizás haga referencia al peinado que lucía el piloto nacido en la Albarizuela en el 36. Su afición a las motos también es de origen desconocido, si bien Antonio Sánchez hijo apunta que quizás fue la proximidad al taller de Francisco Pacheco -el impulsor del circuito jerezano- y al Moto Club Jerezano.
Peluqui entró de muy joven a trabajar en Motos Pacheco, para posteriormente abrir su propio taller de bicicletas en la calle Sol, para lo que se asoció con Lecherito, afamado ciclista jerezano que corrió con Bahamontes y con el que Antonio Sánchez Garrido se inició en el mundo de las dos ruedas.
"Sus primeras carreras en moto, si mal no recuerdo, fueron en el 56 y mi padre destaca desde el primer momento por ser un piloto rápido y valiente, aunque sólo con la valentía no se ganan carreras", señala su primogénito, quien recuerda que también era conocido como 'El Cagancho de las motos' por su valor.
Las crónicas de la época cuentan con entusiasmo el momento de la reaparición por sorpresa de Peluqui en Córdoba en el año 63, apenas cuatro meses antes del accidente que le costó la vida. Era firme su intención de alejarse de los circuitos, pero reapareció sin previo aviso, relata una revista deportiva, que se hace eco del triunfo rotundo del jerezano, así como del salero con el que se ganaba al público.
"Arrastraba a una legión de seguidores con su forma de correr", indica Antonio Sánchez hijo, quien apenas recuerda el fatídico 23 de septiembre de 1963, en el que acudió a ver las carreras junto a su hermano Luis y una tía de Ambos.
Peluqui figura en la nómina de pilotos con más triunfos en el Trofeo de la Merced, en concreto cinco, tantos como lograron Ricardo Tormo y Ramón Torrás, sólo superados por Benjamín Grau, con 7, y por Ángel Nieto, con 17.
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