Y 'Pepper' se rindió al soniquete...
Chano Carrasco, Juan de la Morena y Manuel de la Nina relatan su reciente experiencia en Japón, donde un robot bailando por bulerías les ha convertido en un fenómeno viral
Jerez/Al soniquete de Jerez se han rendido filósofos, toreros, escritores, embajadores, cineastas y hasta gente del famoseo, pero nunca hasta ahora lo había hecho un robot. Hasta que apareció Pepper, una experiencia que han vivido de cerca
Juan de la Morena, Manuel de la Nina y Chano Carrasco. Los tres acaban de llegar de Japón y estos días intentan asimilar todo lo que han vivido en el país oriental, una experiencia intensa e inolvidable que ha durado 14 días. Para los dos primeros era su primera vez, no así en el caso del guitarrista, que ha viajado a tierras japonesas "más de treinta veces", asegura.
Apenas llevan unos días en su tierra y todo el mundo les hace referencia a su anécdota con el robot Pepper, que gracias a las redes sociales se ha convertido en un auténtico fenómeno viral, tanto en España como en Japón.
"Fue algo que hicimos sin pensar. Acabábamos de llegar a Tokio y como allí se entra en los hoteles a las cuatro de la tarde, no a las doce como aquí, nos fuimos a dar una vuelta por un centro comercial que había al lado", relata Chano.
"Entramos, y claro, el robot ese, que se llama Pepper, está por todas las tiendas. Nos saludó, suele decir buenos días. Al ver que el robot gesticulaba, porque habla con las manos, igual que nosotros, y mueve la cabeza de un lao pa otro, le hicimos compás", prosigue el guitarrista.
"Un bailecito, le dijimos-interrumpe Juan-. Pero cuando nos quedamos flipaos fue cuando levantó las manos. Si a nosotros nos toca lo metío en los cupones y hacemos una fiesta... Imagínate cuando vimos aquello....".
Vuelve a hablar Chano: "A mí no me sorprendió que el robot bailara, porque está programado para eso, lo sorprendente fue que el robot sabía en qué momento había que levantar las manos, y en qué momento acaba el cante de Juan. Eso no es tan fácil".
Juan: "El robot nos escuchó y dijo, 'esta gente es de Jerez, yo voy a bailar por Jere'.
"Si ves el vídeo y ves nuestras caras se entiende todo", interviene Manuel de la Nina. "Mejor que Farruco..." (risas).
Chano: "Yo le dije un ole como si fuera Rafael de Paula, daba miedo cómo movió los brazos despacito y cómo bajó la cabeza. Eso fue de Cuarto Milenio".
Sea como fuere, la reacción de Pepper o "Pepa", como le dicen ellos parafraseando su pronunciación en inglés, nadie la esperaba. "Lo primero que pensamos fue cogerlo y remontar el robot (risas)", apunta Juan de la Morena. "Mira, cuando nos giramos había unos cuantos trabajadores y clientes en la tienda, y estaban meados de risa. Eso no fue normal".
La segunda parte de la historia ocurrió al día siguiente. "Esto no lo sabe nadie", continúa Juan. "Fuimos otra vez a la tienda porque como allí los enchufes son diferentes fuimos a por un adaptador, como estaba cerca del hotel. Entonces, al doblar la esquina, el robot parece que nos escucha y alza la mirada pa la entrada del negocio. Al darnos cuenta, le dijimos de to. 'Ole primo, no veas la que estás liando, primo, ¡viva tú! El robot nos miraba y parecía que nos estaba diciendo: 'Primo, ¿de verdad me lo estás diciendo?' (risas). Le dimos un beso los tres. Pero ya no quisimos ser pesados y no hicimos más cosas, pero aquello de que al escuchar la voz nos mirara fue inexplicable".
Para Chano Carrasco "el que ha hecho el robot no se esperaba esto. Yo he leído que está programado para que pueda percibir el ritmo, pero el compás que tiene, eso no lo sabía (risas)".
Evidentemente, la repercusión del vídeo del robot llegó en primer momento a Japón. "Allí hizo estragos", asegura Manuel de la Nina.
"No había un curso que no nos dijera 'Pepa', porque encima se llama Pepa (risas). Antes de empezar las clases, le hacíamos los mismos movimientos del robot (levanta las manos). Con las señas se llega a tos laos, y ellos nos entendían", puntualiza Juan.
Pero el boom viral llegó en España a través de Facebook. "Nosotros no éramos conscientes de lo que estaba pasando aquí hasta que mi novia me mandó una imagen de Alejandro Sanz comentando el vídeo y me dijo que aquí se estaba formando", dice De la Morena.
"A mí me llamaban de Jerez y me decían, 'quillo que ha salido en Cuatro, en Telecinco, Canal Sur, en Antena 3...'. Hasta el alcalde de Cádiz, el Kichi, puso un tuit comentándolo", recuerda Manuel de la Nina.
Todo ello mientras estaban en Japón, porque al llegar a España el vídeo del robot les sigue persiguiendo. "Mi novia sale a la calle, y la gente ya no le dice ni mi nombre sino, el del robot", cuenta Chano en tono jocoso.
"Nosotros nos dimos cuenta de esto nada más bajarnos del avión en Barajas, cuando una mujer nos dijo, 'mira, los del robot'", interrumpe Manuel de la Nina. "Hasta un vecino que tengo que siempre es muy callaíto, el otro día me dijo, 'si es que con lo del robot....'. Es increíble", continúa.
(Mientras hacemos la entrevista, en la terraza del Bar Arco Santiago, no hay un sólo coche de algún conocido que haga referencia al robot al pasar).
Pero la experiencia en tierras japonesas ha ido más allá de esa anécdota. "Está claro que el robot ha sido la cumbre, pero hemos vivido allí cosas increíbles, sobre todo en las clases y en las actuaciones", advierte Juan.
Era la primera vez que viajaba hasta el país del sol naciente, y "sinceramente, me lo pensé mucho, de hecho unos días antes estuve a punto de decirle a Chano que no, sobre todo porque era un viaje muy largo, nunca había ido tan lejos...Al final, por respeto a él decidí ir y bueno, no cambio la experiencia por nada".
De estas dos semanas, el cantaor se queda "con la capacidad que tienen los japoneses, no ya para acogerte y tratarte como un rey, sino porque lo cogen todo rapidísimo".
"Nosotros íbamos para hacer una zambomba allí, y le enseñábamos villancicos. Pero en cinco minutos ya lo tenían cogido", cuenta Manuel de la Nina.
"Vámonos, le decía a Chano-prosigue Juan-. ¿Qué clase vamos a dar aquí? Así ha sido to"."Mira, hicimos unos tanguillos de Lola Flores con Izumi, una bailaora, y esa mujer parecía de aquí".
Chano: "Yo le dije que tenía muchos detalles de Lola y que se preparase unos tanguillos de ella. No veas la que formó. Con decirte, que un día nos dijo no quería ensayar más. Que te diga eso una japonesa....Eso es mu fuerte".
Juan: "Así cuando bailó, la cogimos a hombros (risas). Fue improvisación pura, y eso sólo lo hacen los artistas. Para mí los genios son los que vas a verlos y nunca sabes lo que va a hacer".
Las clases se complementaban con actuaciones en las tres ciudades por las que han pasado. En la última, en Osaka, vivieron otro momento inolvidable. "A mí había momentos que parecía que estaba en Santiago, y lo digo de verdad", dice Juan .
Juan: "Si tú ves el vídeo y ves al hombre mayor que baila, si no le miras la cara, te crees que estás en Jerez. Eso es algo que a mí me ha impactado. ¡Esto cómo es! Si yo he intentado hacer varios pasos y me pierdo y eso que yo estoy mamando esto desde chiquitito. Están sobrepasados de compás, todo lo que cuente es pa ná".
Manuel: "Yo cuando vi salir al hombre mayor le pregunté si había estado dando clases con Pepe Torres, que es un bailaor que a mí me encanta. Y me dijo que había dado una clase. ¿Una clase? !Si parece que te lo has comido¡".
Chano: "Me hizo gracia lo que me dijo un técnico de luces del tablao, que ese ve flamenco a diario. 'Llevo 20 años trabajando aquí y no he visto una cosa igual, no he disfrutado tanto en mi vida que con esto'. Eso me dijo, pa que veas la que se lió allí".
Juan: "Mira, el último día, en el tablao Alhambra, fuimos a ver al Londro que estaba allí trabajando con otros artistas como Jesús Corbacho y Adela Campallo. Fíjate el primo Londro, que está pasao, que va con Poveda..., y el otro chaval que cantaba muy bonito...Yo le dije a Chano, 'Chano mañana vamos a pasar fatigas aquí'. Pero que va. Yo no soy cantaor, soy un aficionado que hace sus cosas, pero nosotros salíamos a cantar y aquello parecía un campo de fútbol. Era un estruendo en el tablao...Y yo decía, ¿esto que va por mí? Yo estaba en volandas".
En el día a día, tanto Juan como Manuel agradecen a Chano su predisposición, como buen conocedor del país, a que estuvieran y se sintieran cómodos. "El día a día ha sido muy bueno, no hemos tenido problemas, ha sido superllevadero, y cuando hemos ido a trabajar, lo hemos hecho en un ambiente muy familiar. Afortunadamente, Chano ha estado siempre encima, y la gente con la que íbamos también. A Manuel le encanta la comida japonesa, y no veas cómo se ha puesto. A mí se me antojó el último día comer huevos con papas y filetes, y la mujer del tablao habló con el cocinero, el Takayo, que lo preparó. Nos trajo hasta pan, que el Manuel se quiso comer tres barras (risas). Allí, con dinero, puedes comer hasta jamón".
De los tres, Chano Carrasco conocía bien el país, por sus anteriores experiencias. "La primera vez que fui a Tokio fue hace seis años. Lo hice porque con la crisis aquí no había trabajo y me salió una oportunidad y me marché. La experiencia fue muy buena, tanto que voy cada vez que puedo", explica Chano Carrasco.
Durante todo este tiempo ha comprobado que "te tienes ganar su confianza. Son desconfiados porque los flamencos que vinieron al principio les hicieron barbaridades. Les vendían arena de un parque diciendo que era de la Maestranza o guitarras con la etiqueta cambiá. Ahora, para confiar en ti se lo tienes que demostrar y eso es un proceso lento".
Además, cuenta que "se ha hecho mucho daño. Porque allí iba un cocinero, por ponerte un ejemplo, al que a lo mejor le gustaba el cante, y se ponía a cantar. Simplemente con no tener rasgo oriental, ya valía. Y eso ha hecho mucho daño, porque ellos han adquirido cosas que no son. El arbolito ha nacido torcío, y ahora es más complicado".
Aún así defiende que ciudades como Tokio "será, si no es ahora lo será dentro de unos años, el Madrid de los años 70, por donde pasaron todos los grandes artistas. Si te vas ahora, encuentras allí a gente de primer nivel, porque todo el mundo sabe que allí está el dinero". Ya piensan en volver y repetir experiencia muy pronto.
"El Museo del Flamenco es más de lo mismo"
Después de años viajando por Japón y muchos países europeos, Chano Carrasco no esconde su desilusión con su tierra, principalmente "porque no sabemos explotar esta riqueza que tenemos. Si esto que tiene Jerez lo tuviera cualquier ciudad estaría rica sólo con el turismo". Por eso, pide que "igual que podemos encontrar una botella de Tío Pepe o La Ina en cualquier parte del mundo, el flamenco de Jerez también debería estar, pero partiendo de nuestra tierra". En su opinión, el proyecto del Museo del Flamenco "es más de lo mismo, piedra y más piedra, y la gente de fuera no quiere eso, quiere vivir y sentir lo que es el flamenco. Si te fijas, ya que estamos hablando de Japón, los japoneses han estado siempre en Madrid, Granada y Sevilla, pero en Jerez muy poco. Y eso es algo que se debería explotar. En vez de dar dinero para espectáculos, que al final sólo se ven aquí, deben invertir, con los propios artistas, para que vengan aquí a aprender con ellos".
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