"Podría haber hecho todo esto en Madrid, pero Jerez es mejor"

Su pasión por el arte y por su tierra natal le llevaron a configurar aquí su colección en espacios que aúnan pintura y fotografía

Joaquín Rivero y su hija Helena, junto a algunas de las obras de la pinacoteca de Tradición, en abril de 2014.
Joaquín Rivero y su hija Helena, junto a algunas de las obras de la pinacoteca de Tradición, en abril de 2014.
A. C. Jerez

20 de septiembre 2016 - 01:00

La apuesta de Joaquín Rivero por su tierra natal ha sido incansable. Un deseo -que ya asumió hace años su hija Helena-, que se hizo realidad con la apertura de Bodegas Tradición en el barrio de San Mateo y con la inauguración hace una década de una pinacoteca, ubicada en este mismo espacio, con una de las mejores colecciones de pintura española, que reúne en más de 300 piezas buena parte de los mejores cuadros que se han realizado en este país entre los siglos XV y principios del XX y que la familia lleva coleccionando desde hace más de 30 años. Domingo García y Díaz, Manuel González Ágreda, Goya, Zurbarán, Alonso Cano, El Greco, Valdés Leal, José de Ribera, Lucas Giordano, Maella, Lucas Velázquez, Madrazo, Lucas Villamil, Carlos de Haes, Gonzalo Bilbao... Un lugar en el que se aúnan vino VOS y VORS y arte.

A esta iniciativa se sumó Rincón Malillo, adquirido en 2010, para la crianza de fino en un proyecto combinado con una colección de fotografías. Una parte del archivo Pereiras con imágenes y negativos de Manuel Pereiras Pereiras y de sus hijos Eduardo y Manuel Pereiras Hurtado, con piezas desde 1927 hasta los años 80 del siglo pasado, que fue comprado a la familia y que se suma al amplio legado fotográfico que ya tienen los Rivero. Negativos en cristal, miles de retratos, bodas, celebraciones..., en los que muchos jerezanos de hoy podrían reconocer a sus padres y abuelos. También se cuida con esmero el archivo de la bodega en el que se han encontrado por ahora valiosos documentos desde 1666.

La ampliación de la bodega y la pinacoteca son una constante. "Tenemos mucho que mostrar todavía y es que nos falta juntar marco con marco, ya casi no tenemos espacio en las paredes por ello queremos ampliar, incluso para dividir la exposición por temáticas y contar mejor la evolución de la pintura y sus movimientos", contaba una ilusionada Helena hace un par de años en una entrevista con este Diario. Intenciones que siguen en pie. De hecho, hay proyectos pendientes de llevar a cabo junto al Ayuntamiento que aún tienen que tomar forma. Hay que recordar que la familia Rivero estuvo interesada en su día en adquirir el palacio Riquelme para su rehabilitación y futura sede de la pinacoteca, cuya restauración llegó a estar presupuestada en unos 4 millones de euros. Un asunto que se paralizó por cuestiones burocráticas. También hubo deseos de instalar parte de las obras en los Claustros de Santo Domingo, que no fraguó por asuntos políticos.

En paralelo a su auge empresarial, el jerezano comienza a reunir obras de arte como inversión no líquida. Empieza con dos marinas del XVII del valenciano Esteban March y llega a poseer un Greco, algo casi inalcanzable para una colección privada. Pieza tras pieza, lienzo tras lienzo, adquisición tras adquisición, Rivero también se aficiona a la restauración de pinturas antiguas. Elimina un repinte tras otro y va descubriendo la pintura original, las pinceladas auténticas e indelebles del autor primigenio, el que al final sobrevive al paso del tiempo. Por eso, del amor al arte ya se empapó Helena Rivero en casa. Ella reconoce que nadie le obligó a meterse en este mundillo del arte, fue decisión propia, pero ver siempre pintura en casa le ha enseñado a entender el universo pictórico. Su padre inició la pinacoteca sin pretensión de que su hija le siguiera en la labor: "Si le gusta bien y si no, pues por lo menos tiene algo ahí", dijo él en alguna ocasión. Hay que destacar que Joaquín Rivero era patrono además del Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella, que fue inaugurado en 1992, en base a una primera de primera donación compuesta de 1.350 obras gráficas de autores españoles contemporáneos por José Luis Morales y Marín.

"Yo soy de aquí y mi familia es toda de aquí. Siempre me ha interesado lo que conocí cuando era niño sobre el vino y el arte. No es dejar huella, es apostar por esta tierra. Podría haber hecho todo esto en Madrid, pero me parecía Jerez más bonito, más nuevo, mejor", contó Joaquín Rivero en abril de 2014 a este Diario. Ahora, -ya lo hacía hasta la fecha-, queda en manos de su hija la continuación del sueño, algo que está garantizado porque para ella este es "un mundo que cuanto más conozco, más me gusta y más inmenso es. Me parece maravilloso".

El "negocio final de mi vida", así calificaba Joaquín Rivero todo el proyecto global de la bodega y la pinacoteca. "Quiero configurar toda la colección que tengo en Jerez", aseguró hace una década. Diez años después se marcha, tranquilo, como siempre fue, de haber cumplido consigo, con sus metas y con la tierra que le vio nacer y ahora le despide.

stats