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Una Policía con mucha historia

Jerez honra al cuerpo nacional de policía con la medalla de oro de la ciudad

Jerez dispone de fuerzas de Policía desde hace 64 años, cuando se estableció en plaza Silos el Cuerpo General. La ciudad formó parte del grupo de cuatro ciudades con comisaría de primera sin ser capital de provincia junto a Badalona, Vigo y Gijón.

Una Policía con mucha historia
Manuel Moure

01 de marzo 2015 - 07:43

La ciudad de Jerez honrará en unas semanas, en las instalaciones de La Atalaya, al Cuerpo Nacional de Policía, al que entregará la máxima condecoración de la ciudad: su Medalla de Oro. Es muy probable que el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, acuda a la entrega, uniéndose de esta forma a las representaciones locales y policiales que se darán cita.

Esta entrega es motivo más que suficiente para hacer un recordatorio de la historia de la Policía en Jerez, una historia no exenta de curiosidades, buenos y malos momentos. No en vano, Jerez tiene una amplia historia policial, ya que siempre ha sido la ciudad más extensa y con más población de la provincia, muy por delante de la capital de la provincia.

Apenas unos días después de que el Ministerio de Interior haya considerado que los informes técnicos aportados por el Ayuntamiento de Jerez son suficientes para construir la tercera comisaría de la que dispondrá el Cuerpo Nacional de Policía en la ciudad, procedemos a hacer un somero repaso. Para conocer los orígenes no hay más remedio que remontarse al final de la Guerra Civil. La Guardia de Asalto republicana quedó desarticulada tras la victoria de las tropas franquistas. Fue por ello que la seguridad de la ciudad quedó en manos de la Guardia Civil, establecida en el histórico cuartel de San Agustín. La importancia de los negocios vitivinícolas de las bodegas, así como la fortaleza agrícola del campo jerezano, hicieron necesaria y hasta recomendable la instalación de otra fuerza de seguridad permanente en la ciudad. Hasta entonces, como ha quedado dicho, la vigilancia había recaído en la Guardia Civil, que atendía la enorme superficie municipal, que por entonces, y hasta la segregación de San José del Valle en los años 90, era uno de los términos municipales más grandes de España.

La historia del Cuerpo Nacional de Policía nace en Jerez en 1951, apenas doce años después de que concluyera el conflicto bélico fraticida. La Policía se establece en la ciudad. Su presencia con distintos nombres (Cuerpo General, Cuerpo Superior, Policía Armada, Policía Nacional y Cuerpo Nacional de Policía) tiene mucha historia. No es cuestión tan sólo de años (ya lleva aquí nada menos que 64), sino por el hecho de que Jerez ya disponía de comisaría sin ser capital de provincia en los primeros años 50, todo un logro. Se trataba de una comisaría de primera (también las había de segunda) algo que tan sólo compartía con otras tres ciudades españolas, concretamente son los casos de Vigo, Badalona y Gijón.

Jerez dispone por entonces (1951) de una comisaría del denominado Cuerpo General, unos servicios civiles al servicio del Estado que trabajan sin uniforme. Eran conocidos como los ‘secretas’ o los ‘chapas’, por la insignia que guardaban bajo sus solapas. Su centro de trabajo se erige en la plaza Silos de Jerez, a medio camino entre el Alcázar, la plaza del Carbón y la plaza del Arenal.

Es apenas un año después, en 1952, cuando Jerez pasa a disponer de dos comisarías con la llegada de la Policía Armada. Ésta procedió a establecerse en unas instalaciones de la plaza Belén mientras el Cuerpo General seguía alojada en Silos. Uniformados y civiles siguen haciendo trabajos distintos, unos, los primeros, dedicados a la patrulla ciudadana y los segundos dedicados directamente a la investigación, tanto criminal como político social, con la que controlaba a los contrarios al régimen franquista.

Fue en 1976 cuando se procedió al traslado a las instalaciones de la plaza del Arroyo. Quienes lo hicieron, apenas dos años de que se aprobara la Constitución democrática, fueron los policías armados. La mudanza se hizo poco a poco, duró casi dos años, con la terrible coincidencia de que en sus instalaciones se instaló en este tiempo la capilla ardiente de un agente jerezano ametrallado por ETA. Y es que las instalaciones de la plaza del Arroyo han vivido momentos felices, como la aprehensión de miles de kilos de droga, y otros terriblemente tristes como el narrado, que tuvo al policía Joaquín Ramos como luctuoso protagonista. Fue asesinado por la banda criminal ETA en Vitoria el 5 de marzo de 1978. Su cuerpo fue velado en el palacio mientras éste era acondicionado por entonces para albergar la labor que sigue desarrollando hoy en día.

Este hito de ciudad con comisaría sin ser capital de provincia se mantuvo hasta que en 1978, concretamente el 15 de febrero, el ministro de la Gobernación por entonces, Rodolfo Martín Villa, acordó una nueva distribución de los efectivos y unidades de la Policía, “entre cuyos objetivos principales contempló la creación de comisarías locales en todas las localidades que superasen los veinte mil habitantes, y de otro, la redistribución de los efectivos de los Cuerpos integrantes de la Policía Gubernativa”, se apunta desde el Ministerio del Interior. El Cuerpo General pasa a denominarse Cuerpo Superior (sigue siendo civil y dedicado a la investigación) y la Policía Armada se llama desde entonces Policía Nacional (y sigue siendo militar, pero por poco tiempo). Los uniformes pasan a ser los conocidos durante toda la Transición: camisas de color beige, botas negras y boinas de color marrón. Fue el primer gran cambio a la espera del que habría de llegar en 1986, cuando ambas policías pasaron a ser sólo una.

Desde 1951 los servicios de investigación estuvieron en la plaza Silos, unas instalaciones que en apenas una década se quedaron anticuadas pero que tuvieron que aguantar durante casi 30 años más hasta que 1989 se cerraron y, merced a la unificación, se crearon los grupos de Policía Judicial, igualmente atendidos por civiles, que tuvieron por sede el Palacio de los condes de Puerto Hermoso, su actual sede, en la plaza del Arroyo. Para los amantes de los datos curiosos, señalar que el edificio de Correos y la comisaría de la plaza Silos fueron diseñados por el mismo arquitecto. Cabe destacar que en esa evolución hacia una Policía netamente civil se crearon servicios mixtos para que los nuevos agentes aprendieran técnicas de investigación. Uno de ellos fue el Grupo de Investigación de Seguridad Ciudadana. Jerez ha dispuesto de servicios propios de comisarías mucho mayores, como fue el caso en los años 80 del Grupo de Atracos y Homicidios. Eran los años en los que la heroína volvió literalmente locos a varios centenares de jerezanos.

Volviendo a la referida unificación, destacar que fue en 1986, cuando la Policía Nacional y el Cuerpo Superior se unieron resultando el Cuerpo Nacional de Policía con un modelo absolutamente civil y orientado al servicio público.

Los días del Palacio de Puerto Hermoso están ahora contados. Una vez que se levante la nueva comisaría, en el solar que dejó la antigua cárcel de Jerez tras ser demolida, la zona del Arroyo adquirirá (es casi seguro) un matiz especialmente cultural mientras que la zona de La Asunción pasará a ser el centro policial de Jerez por excelencia. No en vano la jefatura de la Policía Local estará pegada a la comisaría del CNP, con las ventajas que todo ello conllevará sin llegar a ser ambas una comisaría conjunta, como se barajó en su momento.

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