Polígono Industrial El Portal: no es Sarajevo, es Jerez

El estado de deterioro en el que se encuentran las calles del lugar por la falta de limpieza y luminosidad se suma a la despoblación del 50% del 'conglomerado'

1. Imagen de una de las calles que da acceso al polígono, en la parte trasero del mismo, que cuenta con mapa del lugar 2. Foto de uno de los 'vertederos improvisados' utilizados para tirar basura en las calles traseras del polígono El Portal. 3. Latas y residuos incrustadas dentro del paisaje 'natural' de las vías traseras del lugar. 4. Imagen de uno de los bordillos donde se pueden comprobar las marcas dejadas por el caucho y el deleznable estado en el que se encuentran los elementos de seguridad vial del polígono. REPORTAJE GRÁFICO: MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ.
1. Imagen de una de las calles que da acceso al polígono, en la parte trasero del mismo, que cuenta con mapa del lugar 2. Foto de uno de los 'vertederos improvisados' utilizados para tirar basura en las calles traseras del polígono El Portal. 3. Latas y residuos incrustadas dentro del paisaje 'natural' de las vías traseras del lugar. 4. Imagen de uno de los bordillos donde se pueden comprobar las marcas dejadas por el caucho y el deleznable estado en el que se encuentran los elementos de seguridad vial del polígono. REPORTAJE GRÁFICO: MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ.
Domingo Díaz

JEREZ, 18 de septiembre 2017 - 02:06

Nunca fue la joya de la corona. De hecho, no se recuerdan buenos tiempos allí. A pesar de que se trata del segundo polígono industrial más grande de la provincia. Nada parece importar que ejerza de salida y entrada a la quinta ciudad de Andalucía. Ni aunque los trabajadores que allí estén se cuenten por millares. Los camiones, furgonetas, turismos y motos siguen su paso sin mirar atrás. Como si lo de alrededor no importara; como si la destrucción existente en el Polígono El Portal fuese tan normal que al mirar por la ventanilla o a través de la visera del casco no asombre siquiera el bochornoso paisaje que se vislumbra.

Hubo un tiempo pasado que, por supuesto, fue mejor -que no bueno-. Al menos en lo que a la economía se refiere, pues la presencia e imagen de este lugar siempre fueron devastadoras. Atrás quedaron las hazañas de aquel viejo camarero que durante la época de bonanza veía volar sus pies para servir de forma puntual el desayuno a los trabajadores de las naves colindantes junto a varios compañeros. Ya ni siquiera su bar abre las puertas y, en un lugar donde trabajan alrededor de 3.000 personas, solo tres establecimientos hacen comidas al mediodía para servirlas a sus clientes.

Hasta el momento, nadie ha apostado por el polígono: de Pacheco a Mamen SánchezLas carreteras no están señalizadas: dos camiones han llegado a chocar frontalmente

El gran problema que existe en 'El Portal' es que es "muy difícil poner a 300 negocios de acuerdo", dicen los propios comerciantes. En este lugar existe la economía sumergida, como en cualquier otro. Sin embargo, es un escollo que dificulta la labor de crear un gran conglomerado de empresas y personas que permitiría hacer presión ante las administraciones existentes.

Para ejercer está presión, nada mejor que conseguir atraer gente al polígono. Pero la imagen no ayuda. Que este lugar nunca gozó de buen aspecto lo saben bien los que llevan décadas trabajando aquí. "Pacheco dijo que nos echaría una mano", afirman algunos de estos empresarios echando la vista mucho más atrás de lo que pudiera recordar cualquier joven nacido en la década de los 90. Sin embargo, Pedro Pacheco, Pilar Sánchez, María José García-Pelayo y Mamen Sánchez han regido un Ayuntamiento que según estos mismos trabajadores "nunca ha hecho mucho por nosotros".

Para ser fieles a la verdad, reconocen que se hizo el intento de adecentar aquello. El problema fue precisamente ese: quedó en mero intento e incluso ha provocado males mayores. Zona Franca era la encargada en última instancia de apostar por este polígono industrial, pero las reformas quedaron a medias. Apenas la entrada quedó adecentada mientras se levantaron los bordillos de todo el polígono. A partir de aquí toda construcción quedó completamente paralizada.

Otro de los problemas que alberga el polígono es la inseguridad que sufren los comerciantes. "Yo aquí he llegado a sufrir más de cinco robos en un año", reconoce un hostelero que alcanza un cuarto de siglo afincado en el polígono El Portal. Ahora ya no tiene ese problema porque ha reforzado el gasto en esta materia y tiene alarmas diferenciadas tanto para la terraza de su negocio como para el interior, lo que convertiría un hurto en toda una operación digna de película americana de acción: "Tengo cámaras por todas partes y tienen que saltar tres o cuatro alarmas".

Este hostelero, incluso, acude cada noche para ayudar a sus empleados a cerrar este local situado a la entrada del polígono. Sin embargo, la situación se vuelve más oscura conforme el paseo se adentra en el polígono. Y no solo porque aquí pocas farolas alumbran lo que deberían, sino porque las naves cerradas y la ausencia de tráfico de personas y vehículos por las noches convierten en un lugar propicio para delincuentes y amigos de lo ajeno.

Esto ayuda a la despoblación de un polígono del que las empresas que allí se asientan se avergüenzan. Algunas de las más fuertes -es decir, con mayor capital y un mayor número de trabajadores e influencia en el entorno- incluso se han llevado su departamento comercial a El Puerto. En la ciudad vecina un polígono industrial ofrece sus servicios a través de panfletos lanzados por debajo de las puertas de estos negocios. "Son cinco minutos más de camino solamente y mejores condiciones en todo...", dicen los representantes de Adecosur de manera amarga, sabiendo que las prestaciones son mucho mejores y, aunque el nombre de Jerez sigue tirando demasiado, el éxodo podría convertirse en una realidad dentro de poco.

Desde esta asociación cuentan anécdotas llamativas relacionadas con las empresas que aún siguen apostando por este espacio afincado en Jerez, el segundo más grande de toda la provincia: "Cuando un director comercial tiene que recibir a un cliente en su fábrica, establecen una ruta para llegar a ella en la que se vea lo 'mejor' del polígono porque se avergüenzan".

El motivo de la dejadez que la clase política ha otorgado a este espacio no puede escudarse en que por aquí no pase nadie. Los atascos en hora punta son una realidad y la ocupación de la mitad de las naves es suficiente para atraer a personas de diferentes zonas de la comarca y la región. Si se pueden ver locales de venta al por mayor que surten a negocios de toda la provincia, también existen fabricas proveedoras de material para otros lugares del mundo.

Pero no solo aquellos que ostentan un negocio tienen que acudir de manera regular a este polígono. De hecho, allí se encuentran las dependencias de la Inspección Técnica de Vehículos. Es decir, la ITV.

Pero el esperpento de la basura existente es un sumatorio que roza lo absurdo. Aquel que pronunció la frase de esto no es Sarajevo, es Jerez tendría que recordarla en caso de explicar la localización del polígono. Colchones, escombros y demás restos de basura se acomodan en las distintas calles de un polígono donde multitud de empresas expulsan residuos a diario. Sin embargo, durante un paseo por el lugar, los representantes de Adecosur preguntan: "¿Habéis visto algún bombo de basura en los últimos metros". La respuesta negativa se convierte en afirmativa en escasas ocasiones comparado con el número de metros cuadrados a cubrir y las empresas generadoras de residuos.

Pero, al final, esto parece ser incluso lo de menos. "Pagamos más impuestos de recogida de basuras por ser empresas", dice Javier Lobo, presidente de Adecosur, que deja una vez más al ojo humano la parte de comprobación del estado en el que se encuentra el polígono El Portal. El otro motivo de sarcasmo es que aquí también se encuentran las dependencias de Urbaser, empresa encargada de la limpieza en la ciudad, y un punto limpio, que es el que da la bienvenida al lugar.

Las señalizaciones brillan por su ausencia. Según Adecosur, esto, sumado a la estrechez de los aparcamientos, ha provocado que haya habido un choque frontal entre camiones hace pocas fechas. Solo al lado de una gasolinera está pintado el paso de peatones, porque el dueño de dicho establecimiento se encargó de hacerlo. Aquí las líneas continuas y discontinuas no existen. Los bordillos cuentan con más caucho que la propia carretera de las veces que se han montado encima los camiones y las furgonetas por la falta de iluminación. La última obra agrandó las aceras de un lugar por el que nadie pasea. La carretera, cada vez más estrecha.

De momento, no hay solución; ni la esperan. Hacer cortes de calles son algunas de las acciones que se les han ocurrido a los comerciantes, pero esto también les perjudicaría. Más que un polígono, esto es un círculo: el del pez que se muerde la cola. Aunque, hablando de animales, Adecosur y los comerciantes coinciden en el nombre que le otorgarían al Polígono Industrial El Portal: "La boca del lobo".

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