La Puerta de Rota se abre a Jerez
Patrimonio
Una investigación propone la ubicación real de uno de los cuatro accesos a la ciudad en época andalusí
Y una torre llevó a la puerta... El proyecto de investigación histórico-arqueológico sobre la Torre Riquelme, que actualmente se conserva dentro de la bodega ‘El Castillo’, en las instalaciones de Fundador, en la Puerta de Rota, tenía como objetivo hacer visitable el monumento y llevar a cabo un futuro proyecto de puesta en valor y adaptación para visitas turístico-culturales.
Dichos trabajos, autorizados por la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía y encargados por Fundador a la empresa jerezana de arqueología y gestión del patrimonio ‘Arqueosistema’, consistieron en la realización de un análisis paramental de la torre, la excavación de sondeos arqueológicos en su interior y en la prospección intensiva de diversos archivos históricos, como el Archivo Histórico Municipal o el de la Real Chancillería de Granada, así como los archivos históricos de la firma bodeguera. Un trabajo que llevó a conocer por fin el origen de la torre de Riquelme, su evolución histórica y arquitectónica, y el grado de vinculación con el sistema defensivo medieval de Jerez.
El equipo, formado por los arqueólogos Diego Bejarano, Jesús López Jiménez, José María Gutiérrez López y Mª Cristina Reinoso del Río, y el historiador José Manuel Moreno Arana asegura que uno de los aspectos más destacados de la investigación es la ubicación real de la Puerta de Rota en el sistema defensivo andalusí de la ciudad, que “nos obliga a reubicarla en la actual rotonda de distribución del tráfico de la calle Puerta de Rota. Tenemos datos de peso para ello”, apunta Bejarano.
Todas las señales les indicaban que la Puerta de Rota se encontraba a unos 15-20 metros por delante de la torre. Durante los trabajos de investigación histórica y de prospección de archivos fueron localizados dos planos que representaban la finca en la que se inscribía la Torre de Riquelme y el entorno de la Puerta de Rota. En el más antiguo de ellos, conservado en el Archivo de la Real Chancillería de Granada, se inserta un plano fechado en 1777 que reproduce todo el entramado urbano en torno a la Puerta de Rota, incluyendo el trazado de esta última, además de una representación del solar de la casa donde se situaba la Torre de Riquelme. Este plano es, por tanto, crucial, ya que posibilita entender de manera definitiva la disposición del sistema defensivo andalusí en esta zona de la ciudad, así como el inmediato entramado urbano.
“En dicho plano, puerta y murallas estaban separadas del edificio en el que sabemos que estuvo la Torre de Riquelme por una calle de una anchura oscilante entre unos 20 y 15 metros”.
La casa de los Riquelme figura con el número 4 y es nombrada de forma llamativa como “casa de rrepartision”. La estructura defensiva ocuparía buena parte del amplio espacio urbano que se sitúa hoy delante de la torre y que se conoce ahora precisamente como calle Puerta de Rota. El acceso desde extramuros se encontraría por la actual Cuesta de la Chaparra. El dibujo describe una entrada en recodo, que estaría compuesta por dos sucesivos arcos, de los cuales el exterior parece que ya no se conservaba en 1777. Esta entrada estaba defendida por varias torres. El plano recoge dos: una más grande, adelantada, a la izquierda, y otra menor, a la derecha, junto al arco interior. En el intramuros, el entramado de calles es irregular, muy diferente al trazado rectilíneo actual.
“Sin embargo, llama la atención que el acceso interior de la Puerta de Rota estuviera enfrente de la salida de la calle San Blas, en una de cuyas esquinas se levantó la torre de los Riquelme. Un poco más a la izquierda observamos el primitivo trazado de la calle Balderramas. Delante de esta última calle, la muralla crea un recodo interior. Ahí estaría situada la escalera hacia el adarve, de la que consta su existencia pero de la que en el momento de hacerse el plano no quedaría ya ningún resto reconocible. El arquitecto dibuja únicamente en esta zona la silueta informe de lo que para él sería uno de los “castillos que resguardan a dicha puerta”, es decir, una tercera torre”.
En la declaración del citado arquitecto, Miguel de Olivares, fechada el 24 de diciembre de ese año, se alude al edificio como “antiquísimo y todo está arruinado, por haberle quedo sólo un resto de sus muros, que son los que le cercan”.
Respecto al documento, se trataba de un pleito iniciado en 1773 por Andrés de Torres contra los beneficiados de San Mateo sobre el cobro de unos censos de una casa situada cerca de la Puerta de Rota. La situación del lugar era entonces tan deplorable que incluso no había acuerdo a la hora de identificar dónde se situaba la casa sobre la que se pagaba dicho censo desde mediados del siglo XVI. Ante esta peculiar disputa, en 1777 se decide nombrar una serie de peritos para dilucidar la cuestión, llevándose a cabo una “escrupulosa inspección y excavaciones”.
Tras designar a los arquitectos Agustín Crespo y Juan de Bargas y no haber acuerdo entre ellos, se decide optar por Miguel de Olivares, quien el 24 de diciembre de ese año emite una declaración donde, junto al referido plano, ofrece una sucinta pero jugosa descripción de este decadente sector urbano. De este modo, además de referirse a la total ruina de la vieja casa de los Riquelme, habla del recodo interior que forma la puerta, señalando que esa zona “está despoblada y que es verosímil no estaría así en la fundación de estos sitios”, añadiendo que sólo hallaron en las excavaciones “un pedazo de cimiento, que como es el que solamente ha hallado no colige para qué sería fundado”.
Asimismo, deja constancia de que junto a esta explanada “dicen los más antiguos que en el día viven y han vivido en este barrio que saben hubo una cruz en forma de triunfo de que infiere que en aquel tiempo sería este sitio plazuela”.
La comparación de este último plano con otros dos, como uno de 1796 y otro de 1820-24 donde se representa la puerta y el entorno, no parece dejar lugar a dudas. Diversos testimonios escritos procedentes de la investigación en archivos desvinculan a ambas construcciones (torre Riquelme de Puerta de Rota). “El resultado de las investigaciones arqueológicas relacionan la torre con una edificación de finales del siglo XV, y no con una construcción defensiva de origen andalusí”, confirma Bejarano.
Hay que recordar que la ciudad tenía cuatro puertas de acceso al Jerez musulmán: la de Sevilla (Tornería-Alameda Cristina), Puerta de Santiago, Puerta Real y la Puerta de Rota, que es la primera que comenzó a deteriorarse. La Puerta de Rota se ubicaba en el flanco suroeste de la medina en época almohade, momento de máximo esplendor de la ciudad andalusí, y comunicaba directamente las localidades de la costa noroeste (Sanlúcar, Chipiona o Rota), de la que terminó recibiendo su popular denominación, y las alquerías o aldeas de esa zona de la campiña, con Jerez. A través de ella se accedía a la villa medieval a través de las calles Balderramas, San Blas y la antigua calle San Ildefonso, aunque un metro por debajo de la actual vía.
Una circunstancia particular de la puerta y de las murallas en este flanco de la ciudad es su prematuro deterioro y desaparición, condicionado por la degradación del entorno desde época muy temprana. Hay constancia del estado de ruina que iba presentando la puerta y la muralla desde el siglo XVI. La pérdida de la utilidad militar del sistema defensivo y, en particular, la apertura de una salida más cómoda hacia las poblaciones costeras a través de la nueva Puerta del Arroyo en 1520 harán que su deterioro sea imparable.
Es precisamente esa temprana ruina, unida a la intensa transformación urbana que experimenta la zona desde finales del siglo XVIII, lo que ha provocado la ausencia total de restos del sistema defensivo en este lugar, y ha condicionado que se ubique la puerta en la esquina de la calle San Blas, al identificarse la Torre de Riquelme como un resto conservado de las defensas andalusíes, bien como parte integrante de la puerta, o bien como torreón de flanqueo de la cerca medieval. “Esta identificación entre torre, puerta y murallas ha llevado a pensar a diversos autores que la muralla transcurría por la línea de fachadas bodegueras que hoy vemos”.
Desde Fundador apuntan que hace casi dos años, dentro de su política de recuperación y puesta en valor del patrimonio de la compañía, “decidimos poner en marcha un proyecto para rehabilitar la Torre Riquelme situada en nuestra bodega 'El Castillo'. Al mismo tiempo, aprovechando dichos trabajos de rehabilitación, también decidimos investigar la historia de la torre y al mismo tiempo, los datos historiográficos en torno a la misma, la ciudad y nuestra propia compañía. Con ello, teníamos la intención de dotar a la torre de su propio protagonismo, independientemente de su pertenencia e integración actual en nuestra bodega. Con este nuevo proyecto, Bodegas Fundador demuestra de nuevo su apoyo a la revitalización y puesta en valor de nuestro centro histórico, el cual necesita todo el consenso y esfuerzo posible, tanto sociales, públicos y privados, para que algún día todos podamos ofrecer a los ciudadanos y visitantes un centro para vivir, disfrutar, convivir, mostrar y compartir, del que nos sintamos orgullosos y se convierta en un motor económico y social de la ciudad. Pienso, sinceramente, que es la responsabilidad de nuestra generación, la de todos nosotros, y no podemos dejarla pasar”.
El estudio y las conclusiones sobre la Puerta de Rota se incluyen como artículo en el próximo número de la Revista de Historia de Jerez, que se presentará el próximo 28 de noviembre las 19 horas, en los Claustros de Santo Domingo.
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