Putativo
Me contaba una profesora de religión que cuando se le ocurrió decir en una clase que San José era padre putativo de Jesús, los niños se reían mirándose unos a otros ante una palabra prohibida, como fueran las palabras ‘caca, culo, teta’. Aprovecho la ocasión para informarles que ante un colombiano pronunciar la palabra ‘culo’ es de lo más grosero y vulgar que se puedan imaginar. Sustitúyanla por ‘cola’.
Hace unos días se ha celebrado el día de San José y me acordé de esos niños robados que han crecido con padres putativos, o sea, según el diccionario: reputado o tenido por padre, hermano... No siéndolo.
En Jerez hay familias que han denunciado haber padecido el robo de un recién nacido. Cada día que pasa aparecen nuevos casos. Los niños robados no iban a casas de personas humildes, sino de los que podían pagar o dar limosna importante.
En una callejuela que da a la calle Francos está la antigua casa cuna, donde las mujeres y hombres que no podían mantener a sus hijos, o eran hijos de una relación no permitida, dejaban a los recién nacidos para que alguien los adoptara. Estos niños tendrían padres putativos. Existe en la parte trasera una inscripción en mármol que dice: “Porque mi padre y mi madre me abandonaron el Señor me recogió” (sic), Salmo 26, 10.
Al leer las noticias de esa familia jerezana que asegura que le robaron el hijo se me vino a la memoria lo que hicieron las dictaduras de Argentina y Chile.
¿Cuántos durante la dictadura franquista? Robar los hijos de los que asesinaban y darlos a familias de los asesinos o al menos de los que apoyaban a los asesinos. Es un horror que las personas puedan cometer esos asesinatos por cuestión de ideología y robar a los hijos, o esperar a que nazcan, asesinar a la madre y darlos en adopción. No cabe más maldad en la raza humana.
Sin embargo hay acciones maravillosas como la de esos matrimonios que se arriesgan a acoger y educar a niños ajenos, sea en adopción o acogida. Conozco a varias familias y si ya es difícil educar a los hijos propios, más difícil me parece hacerlo con los ajenos, porque a la larga el adoptado o acogido puede rechazar frontalmente la educación recibida, por aquello que a cierta edad es necesario “matar al padre” para hacerse adulto. Según decía Freud.
San José era padre putativo de Jesús y esta palabra ahora está siendo sustituida por el título de “padre virginal”. Al pobre José le dan ese título, no por su mérito, sino para aumentar el mérito de su esposa, que fue virgen antes, durante y después del parto. Y encima el pobre José tiene que aguantar las coplillas de Navidad, como aquello que le han roído los calzones, que se mosquea porque era gachó, que era calvo y le picaban los mosquitos. Al putativo José hay que tenerle un respeto por él mismo: no repudió a una mujer que estaba embarazada y que no había “conocido” y acogió a Jesús como suyo. Loor a San José.
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