"Quisiera políticos que no sean loros del partido, que busquen el bien común"
El obispo afirma que la crisis es una llamada de atención para no seguir con "un materialismo exacerbado" · Recrimina a los que se empeñan en mostrar sólo "el basurero de la Iglesia"
-A su llegada comentaba que su prioridad era conocer la realidad de la diócesis. ¿Después de este tiempo, con qué realidad se ha encontrado en Jerez?
-Me he encontrado una realidad viva. Si tendría que describirla diría que hay una Iglesia viva, con ganas de vivir la vida cristiana, una Iglesia con gran esperanza.
- ¿Y Jerez como ciudad?
-La ciudad de Jerez me encanta, aunque está padeciendo por desgracia toda la crisis que se está viviendo en este tiempo y eso se nota, pero la gente de Jerez me ha acogido con gran hospitalidad.
-Seguramente ha tenido oportunidad de conocer ya la grave situación que atraviesan muchas familias.
-Sí que he tenido oportunidad de conocerlo, recuerdo que estuve visitando a los parados que se encerraron en San Francisco.
- ¿Cómo vive estas situaciones?
-Con preocupación y tantas veces con impotencia. A mí me gustaría poder resolver tantos y tantos problemas. Al mismo tiempo, tantas veces me cuesta decir lo que decía San Pedro: No tengo ni oro ni plata, pero lo que tengo te doy, esa esperanza de vida que es fundamental en el mundo. Hay una crisis de esperanza, de amor y generosidad, pero la Iglesia sigue creyendo en el amor verdadero y ante la crisis de esperanza, hay que abrir una luz.
-¿Es pesimista respecto a la salida de la crisis económica?
-Por un lado, soy optimista. Yo creo que la crisis es una llamada de atención a todo. Es el momento de pararnos y pensar que no podemos seguir este ritmo, haciéndole palmas al materialismo más exacerbado. Nuestra sociedad se ha asentado en un bienestar y una cultura del tener y la educación se tiene totalmente abandonada, a los jóvenes se les sigue educando en el tener y en el placer. Nada más hay que ver la educación sexual que están dando, se están creando auténticos monstruos del placer y del tener y si no arreglamos el escape de gas, no consiste en darle máscaras de gas a la gente, que es lo que quieren ahora hacer. Aquí hay que reflexionar, dejarse de historias y ver dónde estamos fallando, vamos a educar y vamos a coger el toro de la educación por los cuernos, pero la educación en valores y en la búsqueda de la verdad, no la educación en la ideología, que es uno de los grandes problemas que tenemos hoy, porque aquí estamos educando para la ideología y claro la ideología implica que la realidad la creo yo, la ideología es salirse de la verdad y entonces habrá que recuperar la educación en valores, en una realidad objetiva, no en ese subjetivismo que implica el relativismo, esa educación en el tener. Claro, la crisis nos está haciendo aguas porque gente educada en el individualismo y materialismo más radical, cuando la realidad está pidiendo ahora generosidad, solidaridad, no está dispuesta y eso que todavía tenemos generaciones que hemos sido educadas en solidaridad, respeto, tolerancia. Yo creo que esta crisis lo que nos está diciendo es que no podemos seguir alentando la ideología materialista y no podemos seguir sometidos a la dictadura del relativismo.
-¿Y cómo cree que lo están haciendo nuestros políticos?
-Por la respuesta que he dado, pienso que nuestros políticos se tienen que sentar y reflexionar y hay que coger el tema de la educación y la verdad sobre el ser humano.
-¿No les está usted pidiendo demasiado?
-Bueno, tengo que medir mucho las palabras para no ser malentendido. Partiendo de un hecho que lo aprendí del cardenal Amigo, médicos, ingenieros podemos importar, políticos no. Partiendo de la necesidad que tenemos de políticos, yo pediría políticos más preocupados por el bien común. Y sí tengo una queja. Estoy en contra del feudalismo de los partidos políticos, esta partitocracia que en el fondo nos está llevando de un sistema democrático a un sistema feudal. Pediría una cierta liberación del aparato del partido, que aparecieran los políticos no como números del aparato del partido, sin pensamiento ninguno, sin razonamiento, es como un número más, como un loro del partido. Preferiría que hubiera políticos buscando el bien común con una ideología, pero también con una manifestación propia, sobre todo, cuando tocamos temas tan importantes donde está en juego la vida humana, el futuro de un país, como es la educación. En fin, estoy en contra del pensamiento único de los partidos. Tienen que liberarse y abrir las ventanas.
-¿Qué opina de los sueldos millonarios de los políticos, sobre todo, en esta situación actual de crisis?
-Yo creo que un político abandona todo, hace un servicio al bien común y es verdad que está renunciando a una carrera propia y creo que debe estar muy bien pagado, no está mal, pero eso sí a un político hay que exigirle honestidad, por lo que dije antes, porque no podemos importar políticos, deben estar bien pagados para que puedan dedicarse a la búsqueda de ese bien común y repito hay que romper, hay que abrir las ventanas de la partitocracia.
-Hace poco hemos vivido una huelga general ¿Cree que eran justas las reivindicaciones?
-¿Tenía que haber huelga general o no la tenía que haber? Yo ahí no me voy a meter. Si unos señores piensan que es la fórmula, es un derecho constitucional, pero no puedo decir si esa es la solución del problema. Ahí entramos ya en una división de opiniones. Hay sindicatos que creen que pudo ser una solución, una llamada de atención, otros dirán que no. Ellos son los que debían tomar la decisión, siempre con el respeto a la huelga y a los que quieren ir a trabajar.
-Antes decía que ha encontrado en la diócesis una iglesia viva, pero en términos generales, ¿no tiene la impresión que la sociedad se está alejando de la Iglesia?
-Ciertamente nos está afectando el secularismo, pero también hay mucho efecto virtual con los medios de comunicación. Sí que es verdad que hay secularismo, pero está más ampliado por los medios de comunicación y me refiero a las televisiones, que son las que marcan la pauta y claro, se dan muchas informaciones muy sesgadas. Puedo decirle que los medios de comunicación televisivos pro iglesia no hay ninguno, y que den una información veraz y objetiva sobre la iglesia, no digo tampoco. Entonces hay unos medios con unos intereses antieclesiales muy fuertes y cuando aparece una noticia antieclesial o cuando aparece algún grupo antieclesial, algo minoritario, eso se ensalza, pero no se hace publicidad de toda la labor que hace la Iglesia, eso no interesa. ¿Se hace entonces justicia a los católicos de España? Yo pienso que no. La labor que están haciendo los católicos tendría que estar toda la sociedad agradecida y sin embargo, todo es malo. Si quiere le hablo de esa labor.
-Sí, claro.
-Primero una labor de conservación patrimonial, porque las iglesias se pintan, se arreglan las goteras, se cuidan los cuadros y en cuántos pueblos limpian y cuidan voluntariamente las mujeres su iglesia. Después tenemos la asistencia social, más del 40% de la obra social en España está llevada a cabo por la Iglesia y eso nadie lo dice. Claro, yo siempre digo, cuánto cuesta una asistenta social 24 horas al día, sábados y domingos, Feria, Semana Santa y Navidad. Pues mire usted, ahí están las Hijas de la Caridad, las Hermanas de la Cruz, las Hermanitas de los Pobres que lo hacen gratis. Después, vamos a la educación en valores, cada parroquia es un servicio de urgencia de caridad, donde van los vagabundos, los drogadictos, las personas que de pronto tienen un problema profundo económico. Donde primero van es a la parroquia, esas Cáritas parroquiales ayudando a tantas personas, después la catequesis de los niños donde se les enseña en el respeto, la tolerancia, todos esos principios. Yo pienso que tenemos un basurero, hay que decirlo, pero siempre hago una semejanza de la Iglesia con un pueblo bonito. Si yo traigo a alguien a Jerez y me lo llevo al basurero exclusivamente, pues cuando le pregunten por Jerez dirá: Es horroroso, no vuelvo más. Ahora bien, si yo le enseño además todo Jerez, el basurero quedará ahí como una cosa que habrá que cuidar, pero que no es el núcleo ni lo esencial de Jerez. Bueno, pues los medios de comunicación en su mayoría lo que están empeñados es en mostrar el basurero, que lo tenemos y no lo tenemos que esconder, si está ahí.
-Concrete cuál es el basurero de la Iglesia.
-Me refiero a los tres o cuatro casos que hay problemáticos, de los pecados de la gente.
-¿Está hablando de la pederastia?
- Claro, toda la cuestión esa. Que si en Irlanda...Está ahí y el primero empeñado en avanzar en purificación de la Iglesia, en la santidad de la Iglesia es el santo padre y resulta que está luchando para evitarlo y me lo ponen como que es..., lo quieren acusar de pederasta. ¡Pero, por Dios! Si él es el que está haciendo que el basurero sea lo más chico posible y pienso que la Iglesia es una de las pocas instituciones que está dispuesta a decir: bueno, aquí nos hemos equivocado, pedimos perdón. Pero lo que quería decir es que además del basurero, hay un pueblo maravilloso, mujeres que dan su tiempo para que los niños puedan hacer la comunión, mujeres y hombres voluntarios de Cáritas, esas personas que llevan adelante la obra social, y normalmente lo que nadie quiere, porque lo más abandonado allí es donde está la gente de Iglesia, que van a las cárceles, están con los presos. Eso no se dice. Nos enseñan el basurero de Jerez, pero no la calle Larga o la Catedral.
-No se venden ustedes bien entonces.
-Bueno, no nos vendemos bien porque hay interés en mostrar lo otro y los medios de comunicación no los tenemos nosotros.
-Jerez llena las calles en Semana Santa ¿Le gustaría que los domingos se llenasen igual las iglesias?
-No nos preocupa que las iglesias estén llenas, nos preocupa que vayamos creciendo en el amor a Dios. Lógicamente si las iglesias están llenas es porque hay una vida más fuerte en este sentido, pero me preocupa más que la gente conozca a Cristo.
-¿Cómo les afecta la falta de vocaciones?
-Bueno, en este tema venimos un poco de vuelta. A la Iglesia no le asusta nada de lo que está viviendo. En la carta a los colosenses se ve que el mismo problema que tenían los colosenses lo tenemos hoy. La Iglesia llega a Corintio y se encuentra con que todo lo que hoy se propone como modernidad y progreso ya se vivía en Corintio. Si hablamos de toda la propuesta sexual que nos hacen hoy, en Corintio ya lo tenían más que vivido, así que no estamos hablando de progreso y modernidad. Por eso a la Iglesia no le asusta esto de las crisis, al revés, lo que le interesa a la Iglesia es que haya hombres y mujeres dispuestos a seguir a Cristo, porque ahí está la solución. Y esto venía en relación a la crisis vocacional. ¿A qué se debe? Pues se debe a la crisis de valores, de las familias, a ese engordar el materialismo más absoluto, pero la Iglesia tiene una capacidad de regeneración para comenzar de nuevo. Ese es el tesoro de la Iglesia. Hay una crisis vocacional, pero la Iglesia es como la luna: cuando está la luna nueva parece que está desapareciendo y lo que está haciendo es acercarse más al sol para resplandecer más como luna llena. Y eso es la Iglesia, acercándose más al sol y resplandeciendo. Aquí han entrado cinco seminaristas este año, así que las esperanzas son buenas y es verdad que cada vez hay más laicos que ejercen cargos y misiones dentro de la Iglesia.
-¿El Obispado también ha tenido que hacer recortes por la crisis?
-No tenemos que hacer muchos recortes porque vamos cortos siempre. La riqueza de la Iglesia está en la mano de obra. Un cura vive ya muy recortadito, no vive sobrado, tiene un sueldo de 600 euros y lo que le van dando. Procuramos vivir ajustados. ¿Tenemos que hacer más recortes? Puede ser porque tenemos que seguir incrementando en caridad.
-¿Afectará a la construcción de nuevas parroquias?
-Cuando vemos la necesidad de una nueva parroquia nos lanzamos pero indudablemente la crisis se nota porque la generosidad de la gente es menor. Si tenemos en El Puerto una parroquia de chapa no nos metemos a construir.
-¿Cuál es el estado del patrimonio religioso?
-Bueno ahí está la iglesia de Santiago cerrada, pero no depende de nosotros, depende de la Junta, había una primera fase que no se acabó porque quebró la empresa constructora, luego viene una segunda fase, que habrá que ver cuando se acabe la primera. Lógicamente tendrá que hacerse porque es una iglesia emblemática para Jerez, y en la ciudad del flamenco para el mundo entero. Es un patrimonio importante donde la Junta de Andalucía debe poner mucha carne en el asador.
-Ahora que habla de flamenco. ¿Está entre sus aficiones?
-No soy un gran entendido en flamenco, pero me gusta escucharlo. Yo soy mi andaluz para eso, me gusta la Feria, me gusta el flamenco, me gusta estar con los amigos, tomarme mis copitas. Hay que tener en cuenta que tomé los hábitos ya mayor, me metí cura siendo médico, tenía una vida hecha.
14 Comentarios