La Real Escuela se suma a los actos de los 450 años de la de Viena

Cuatro jinetes y diez caballos deleitaron en un espectáculo al que acudió la infanta Elena

Un momento de las evoluciones de la Real Escuela  en la céntrica Plaza de los Héroes de Viena.
Un momento de las evoluciones de la Real Escuela en la céntrica Plaza de los Héroes de Viena.
Antonio Sánchez Solís Viena

28 de junio 2015 - 01:00

Si fueron caballos españoles los que le dieron su origen y su nombre, han sido también animales de raza andaluza los que han bailado en Viena para celebrar los 450 años de la creación de su Escuela Española de Equitación, en un espectáculo presidido por la infanta Elena, hermana del rey Felipe VI.

Los caballos de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez se sumaron a sus parientes vieneses de la 'Spanische Hofreitschule' en este aniversario, celebrado al aire libre en la céntrica Plaza de los Héroes. El espectáculo deleitó a los 3.187 espectadores que acudieron.

"La participación de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre en los eventos del aniversario de la Spanische son un símbolo de la admiración, el respeto y el afecto de España", dijo la infanta en un discurso al terminar el espectáculo.

La hermana del rey recordó que la institución vienesa nació en el siglo XVI cuando el archiduque Fernando I de Habsburgo, hermano de Carlos I de España, trajo a Austria los caballos españoles y los adiestradores que fueron el núcleo de la escuela.

Por ello, la infanta aseguró que esta institución "es un símbolo vivo de los fuertes y profundos lazos de amistad y afecto que conectan a Austria y a España".

Elena de Borbón, que es una gran aficionada a la hípica, deseó lo mejor para el futuro de la Escuela de Viena, para que "pueda continuar con su trabajo ejemplar en preservar el arte ecuestre clásico para las generaciones futuras".

"Esta escuela única ha logrado mantener durante siglos con perseverancia y entusiasmo la esencia y la cultura del arte ecuestre", reconoció la infanta.

Cuatro jinetes y diez caballos de la escuela jerezana viajaron a Viena para tomar parte en la jornada cumbre de los actos de celebración del aniversario.

En el espectáculo se pudieron ver distintos ejercicios de doma clásica, trabajos en la mano o carruseles, en los que los caballos de las dos escuelas, que se cuentan entre las más importantes de Europa, danzaron juntos por la pista.

"A nosotros nos llena de orgullo y es un placer que nos hayan elegido como invitados de honor para poder participar en este evento tan importante para ellos", reconoció Juan Carlos Román, director de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.

Román recordó que las dos instituciones están muy unidas y que, pese a las tradiciones propias de España y Austria, los números de alta escuela que ejecutan ambas son prácticamente los mismos.

Eso sí, el director del centro jerezano admitió que tanto los caballos como los jinetes españoles "transmiten mucha pasión en lo que hacen", algo que llega muy directamente al público. "Ellos (el público de Viena) lo denomina como que tienen chispa", dijo.

El espectáculo ecuestre fue el punto álgido de las celebraciones para conmemorar la fundación en 1565 de la Spanische Hofreitschule. Tras la gala se celebró una recepción para 800 personas a la que también acudió la infanta.

A partir de los ancestros españoles, la escuela vienesa creó una raza propia de caballos, mezcla de sangres andaluza, árabe y napolitana: los lipizanos, que nacen con un pelaje oscuro que se va aclarando conforme pasan los años.

La forma de doma es otra seña de identidad: el jinete y el caballo son socios de por vida y ninguno puede imponerse al otro por la fuerza. El proceso de adiestramiento es tan meticuloso que puede durar hasta siete años. Cada caballo tiene un solo jinete.

El majestuoso picadero barroco del siglo XVIII, para muchos el más bello del mundo, es otra de las postales de una escuela que desde 2010 es patrimonio inmaterial de Austria en la Unesco.

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